El
pueblo venezolano pensante y demócrata, tiene varios años solicitándole al
chavismo que: actúe apegado a derecho, que gobierne para toda Venezuela, que
respete los derechos humanos, que libere a los presos políticos, que administre
los recursos con sensatez e inteligencia, que diga la verdad y no mienta tanto,
que invierta en proyectos prioritarios para el país, que respete la majestad de
la presidencia, que utilice políticas publicas adecuadas y con lógica, que deje
el populismo a un lado y gobierne para generar empleos, que castigue a los
corruptos, que administre al país respetando a la constitución, etc.
Nada
de eso se ha logrado, ni se logrará, mientras el chavismo sea gobierno. Por el
contrario, el gobierno chavista continua imperturbable actuando según su
proyecto político anticuado, obsoleto e inconstitucional. El chavismo ha
destruido la institucionalidad de los poderes públicos y empresas estatales, ha
impuesto la centralización y ahogado a la descentralización, ha despilfarrado
los recursos del tesoro nacional, ha provocado la inflación más alta del
mundo, ha devaluado el bolívar a nivel
abismal e incalculable, ha destruido la
moral del venezolano, ha impedido el desarrollo sustentable que requiere el
país para crecer económicamente, ha hundido la economía de Venezuela a niveles
impensables e irresponsables.
El
6D el noble pueblo de Venezuela reaccionó con valentía, astucia e inteligencia
y les quitó la mayoría política que hasta el momento cacareaban a con desdén y
arrogancia. Les derrotó en las elecciones parlamentarias y tomo el control
político del país, que según entiendo será irreversible e irrevocable.
Ante
estos hechos ocurridos, en mi opinión, seguirle pidiendo al gobierno que se
comporte bien y gobierne correctamente hasta el final de su periodo
constitucional a cumplirse en 2019, me parece una temeridad y una pérdida de
tiempo. Al contrario, mientras más cosas correctas y ajustadas a derecho se les
pidan al gobierno, más atrocidades cometerá y peor comportamientos tendrá. El
gobierno es como un niño malcriado, con baja auto estima, con educación
precaria, formación intelectual deficiente, alta inmadurez y conducta delictiva
que le impide asumir su responsabilidad en lo ocurrido. Por el contrario, con
tal perfil de conducta desviada, seguirá comportándose como un niño malcriado.
Ejemplos
recientes de su conducta delictiva y malcriadez son los anuncios hechos por sus
líderes, tales como: imponer un parlamento comunal (inconstitucional) en la
sede de la Asamblea Nacional, amenazar con elegir precipitadamente a 10 nuevos jueces, invitar
a su militancia a sabotear la toma de posesión de la nueva Asamblea Nacional, amenazar
profundizar en la revolución, el socialismo y actividades comunales, etc.
Mientras
tanto, la economía del país se desmorona cada vez más. Las divisas desaparecen,
la escasez aumenta, las necesidades del pueblo se hacen más difíciles de
cubrir, la inflación aumenta a niveles exorbitantes, la incompetencia del
gobierno se expande y la hambruna se pronostica con mayor fuerza.
Ante
esta indeseable situación que se nos aproxima, al pueblo de Venezuela no le
queda otro recurso que aplicarle al presidente el revocatorio constitucional,
elegir en corto tiempo a otro gobierno e intentar revertir la situación
económica, social y moral que nos devora aceleradamente. Para ello, las
mayorías políticas conquistadas tendrán la mayor responsabilidad y peso de
conducir por el camino correcto a ese gran rebaño que les ha dado la tamaña
tarea de salvar a Venezuela. Para ello, esta vez se necesitará de la unidad
férrea del pueblo al lado de la dirigencia política y democrática dentro de la
Asamblea Nacional y de todo el país. Ello será necesario, para culminar con
éxito la marcha hacia la democracia y el crecimiento económico que tanto hace
falta lograr, para una Venezuela sustentable. ¡Por un pueblo sin hambre y con
trabajo digno!
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