lunes, noviembre 14, 2016

Amenazas reales y alternas para Venezuela.

La primera y real amenaza para Venezuela continúa y sigue siendo, la permanencia en el poder del chavismo, encabezado por Nicolás Maduro o por cualquier otro líder alterno de ese maléfico y perjudicial grupo político, auto constituido en revolución marxista leninista. El daño humano, estructural, económico, social, cultural y moral que han hecho a Venezuela es incuantificable e “inauditable”. No existe diálogo posible que pueda enmendar tal daño.

Existen otras posibles amenazas alternas para Venezuela que andan pululando y asomándose como fantasmas, exhibiéndose en las redes sociales populares que confunden, amenazan con la anarquía y el caos, proponiendo la rebelión violenta, anárquica e insensata que asustan al venezolano; quien, por el contrario, espera una salida pacífica y democrática a nuestro enorme problema. De producirse tal rebelión violenta, es posible que los daños en Venezuela lleguen a niveles impensables en destrucción y vidas humanas. Lamentablemente, esas amenazas alternas provienen de ambos sectores; el oficialista y el opositor. Cada uno de éstos, con sus propios intereses personales y/o grupales.

Como el venezolano común y corriente, no está al tanto de estas variadas amenazas alternas, es la razón por la que escribo sobre el tema, con la esperanza de al menos intentar develar otra cara del conflicto, que percibo trabaja en silencio y en la oscuridad. Tales amenazas, se presentan y se hacen visibles en la realidad, en los momentos en que les dan la oportunidad de hacerlo.

Me pregunto; ¿Quiénes podrán ser estos venezolanos aventureros, que desean que en Venezuela se presente una situación anárquica y sin control? De algunas reflexiones hechas, he llegado a la siguiente conclusión. A saber:

Amenazas alternas:

  1. Grupos dentro del chavismo que han cometido crímenes de lesa humanidad los cuales no prescriben, y sobre los cuales existen listas de chavistas violadores de los derechos humanos.
  2. Grupos de narcotraficantes del chavismo, especialmente militares, con expedientes abiertos en los EE.UU., a la espera de ser capturados para que rindan cuentas ante las leyes nacionales y/o internacionales. Tales actores tienen horror de verse encarcelados.
  3. Grupos dentro de la oposición, o que dicen pertenecer a ésta, cuyos intereses son personales y/o grupales que, en lugar de velar por Venezuela, lo hacen por sus propios intereses económicos.
  4. Grupos de venezolanos abandonados, angustiados, hastiados, indefensos, marginales, que casi ni comen, que han perdido la fe en la política y en sus líderes, sin esperanzas cercanas a una solución permanente; y quienes estarían dispuestos a iniciar una aventura parecida a la del caracazo. Existe la creencia de que tales acciones fueron promovidas por la izquierda marxista leninista, conspiradora de entonces.
  5. Posiblemente, exista otro tipo de grupo anárquico (cívico militar), ajenos o cercanos al chavismo, que desearían pescar en río revuelto para disfrutar del poder, aun cuando sea por tiempo temporal.

En este escenario de probables amenazas alternas anárquicas, la MUD en particular, tendrá que estar muy consciente de su real existencia. De ser éste el caso, intentar en lo posible develarlas y/o neutralizarlas, antes de que puedan hacer mayor daño a Venezuela.  Si el amigo lector duda de esta realidad, le invito a que se pasee por las redes de información y medios de información, e interprete las declaraciones de supuestos “líderes y notables” y saque sus propias conclusiones.

jueves, noviembre 03, 2016

Las elecciones presidenciales en los EE.UU.

Donald Trump.

Empresario norteamericano de 70 años de edad, Donald Trump, candidato a la presidencia por el partido político republicano de EE.UU., polémico, anti político, auténtico, antipático, prepotente, cáustico, indelicado, etc. Quizás, los líderes del partido republicano no imaginaban los dolores de cabeza, que les causaría Donald Trump, cuando aceptaron que éste participara por ese partido, en las elecciones presidenciales de EE.UU. Inició la campaña presidencial prácticamente “pulverizando” a cada uno de los varios pre candidatos a quienes se enfrentó.
En la medida en qué avanzaba la definición de la candidatura del partido republicano, y se fueron conociendo sus diferentes puntos de vista, sobre su plan de gobierno, los diferentes sectores a quienes supuestamente ofendía, se fueron molestando y encendiendo las polémicas declaraciones que hacía. Al mismo tiempo que perdía probables partidarios, ganaba afectos a su campaña.
Se atribuye a Donald Trump el haber ofendido a los mexicanos, al proponer un muro al sur de los EE.UU. para reducir la cantidad de inmigrantes ilegales que ingresan diariamente a ese país. También ha dicho que en esa masa de indocumentados se infiltran delincuentes y narcotraficantes, que hacen daño a su país. Oro punto polémico es el de anunciar que revisará el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre México y EE.UU., para lograr mejores condiciones para los EE.UU. Las naciones de la OTAN deben pagar su contribución.  Se debe controlar la inmigración de musulmanes. Si llego a ser presidente meteré en prisión a Hilary Clinton. 
    
Hilary Clinton.

A Hilary Clinton se le hizo más difícil ganar la candidatura del partido democrático, aun cuando tuvo ciertas dificultades. El pre candidato independiente Bernie Sanders a quien derroto en un final apretado, resultó ser un ideólogo populista de izquierda que logro encantar a los votantes jóvenes del partido demócrata con sus ideas y propuestas populares, algunas de las cuales tuvo por obligación que incluir en su programa de gobierno. Hilary Clinton empezó a debatir con Donald Trump, y empezaron a salir aspectos negativos que incidían en su campaña a la presidencia, tales como: los amoríos de su esposo con las mujeres, la fundación Clinton y los supuestos beneficios económicos que engrosaban sus cuentas familiares y sus fallas como secretaria de estado en varios casos delicados de seguridad nacional.  No obstante, la mayor experiencia de Hilary Clinton en política, le permitió empezar a superar su favoritismo sobre la candidatura de Donald Trump, a tal punto que la mayoría de las encuestas la daban como ganadora de la presidencia.
Repentinamente, surgió un evento que ha desatado mucha polémica, y ha enturbiado aún más la inédita y enmarañada campaña presidencial. Al punto de que Donald Trump ha empezado a remontar la diferencia cercana a 10 puntos que llevaba por encima de éste último candidato. Se trata de los correos de Hilary Clinton durante el tiempo que ésta fue Secretaria de Estado. Por ser más fácil para ella, desechó el uso del correo oficial de su despacho, para sustituirlo por un correo personal, en al cual guardaba tanto los correos personales como los correos oficiales. Se dice que Hilary Clinton borró miles de estos correos. Este asunto empezó a ser investigado por el FBI, quién declaró públicamente que no existían fallas de seguridad que comprometieran a la nación. Repentinamente, la aparición de nuevos correos no revisados - publicados por terceros - encendieron las alarmas y el caso fue reabierto, para desgracia de Hilary Clinton y su campaña.
En dos semanas, su favoritismo se fue reduciendo en forma sostenida; y se podría afirmar que actualmente existe un empate técnico, que en la semana que resta para las elecciones se pudiera reducir más. Es decir, cuando se creía que ganaría las elecciones holgadamente, la situación actual pareciera ser otra.

Discusión.

Según las diversas opiniones recogidas, estas elecciones han sido calificadas como las más duras y polémicas de los EE.UU., donde los ataques personales han estado por encima de la dialéctica sobre los programas de gobierno. Otro aspecto que llama la atención es el apoyo incondicional de Barak Obama a Hilary Clinton. La participación de Obama a la campaña ha sido más intensa de lo usual. Aun cuando la popularidad actual de éste está por encima del 50%, no se puede ignorar el alto nivel de desempleo que existe en el país, el cual está por encima de los dos dígitos. Tampoco se puede olvidar la inmensa deuda externa e interna de los EE.UU., calificada por algunos de impagable de no lograr un PIB más alto que los 3 puntos del actual y que éste sea sostenido en el tiempo.
Hilary Clinton propone subir los impuestos, para recaudar más dinero, y destinarlo a crear más empleos. Para algunos esta política, pareciera ser la correcta, para otros es errada por razones de lógica.  Si el gobierno se compromete a resolver el problema del alto desempleo, lo lógico es que se comprometa al sector privado a lograrlo, para lo cual sería necesario incentivarlo, en lugar de hostigarlo con mayores impuestos. Según una explicación de ejecutivos de la campaña de Hilary Clinton, éstos afirman que el sector a quien le subirían los impuestos es de solo un porcentaje mínimo de un dígito del total del empresariado norteamericano. Quizás esto explique el mote de socialista que algunos le han tribuido al gobierno de Barak Obama.
Al contrario, Donald Trump utilizaría una política totalmente contraria a la de Hilary Clinton.  Bajaría los impuestos a niveles moderados, que permita incentivar a los inversionistas para que inviertan más en el país, desarrollen más puestos de trabajo, se produzca mayor actividad económica y se logre aumentar el PIB a niveles mucho mayores de los actuales. Una vez logrado, el pago de la deuda se haría más fácil y menos traumático.
Este punto es tan importante para los EE.UU., que sobre pasa con creces a las diferentes críticas que se le atribuyen a Donald Trump por su temperamento, su falta de experiencia en política, su indelicadeza al tratar algunos asuntos de la vida cotidiana. La institucionalidad en los de EE.UU. está tan comprobada, que Donald Trump aun cuando lo quisiera, no podría actuar como la gana. El sistema de gobierno de los EE.UU. no es presidencialista, puesto que tiene muchas instituciones que los controlarían, más allá de sus propias iniciativas personales.

Conclusiones.  

Sin duda, que las elecciones a desarrollarse la próxima semana, serán para escoger al menos malo de los candidatos. El porcentaje de aprobación por el pueblo norteamericano, según las encuestas de ambos candidatos son mínimas y el rechazo es máximo. Ambos tienen mayor cantidad de defectos y fallas, que virtudes y fortalezas que mostrar. Me atrevo a afirmar, que el pueblo norteamericano pide a gritos un cambio de gobierno, que resuelva la pérdida de credibilidad, y de poder político y económico de los EE.UU.  Como venezolano, con un pañuelo en las narices, prefiero que gane Donald Trump, a pesar de los miedos que ocasiona. Lo último que deseo ver, es a EE.UU. convertido en socialista.