jueves, junio 27, 2013

Opciones para la solución a la crisis de Venezuela

Es un clamor irrefutable, que según la gran mayoría de los venezolanos, la crisis de Venezuela se solucionaría con el cambio de actual gobierno, por uno más democrático, progresista, honesto, justo, incluyente y abierto; que aplique un modelo de desarrollo económico de libre mercado y/o mixto, con políticas públicas claras y coherentes correctamente bien aplicadas.

El gobierno actual, el cual se caracteriza por ser excluyente, incapaz, corrupto y obsesionado por el obsoleto modelo económico socialista, basado en el estatismo y controles extremos, solo podrá atenuar la grave situación actual con ayuda interna de la otra mitad de Venezuela, aunada a la que nos puedan proveer otros países genuinamente democráticos, que quieran y respeten verdaderamente a nuestro País, no que lo manipulen ni le especulen.

No obstante los exiguos éxitos y variados fracasos que a lo largo de 14 años ha tenido la denominada revolución bolivariana, como calificara el difunto presidente Hugo Chávez a su proyecto político, el liderazgo actual del mismo, exhorta en profundizar en el socialismo, a sabiendas de que con ello conduce a Venezuela a colapsar económicamente, afectándola en lo social y limitando su desarrollo y crecimiento industrial, la cual pareciera ser una decisión irreversible, marcada por el fanatismo y la falta de conciencia de un liderazgo insensato.

Considerando lo anterior,  en este escrito se tratarán solo las opciones democráticas y pacíficas que desde mi punto de vista personal, han ido surgiendo desde todos los sectores opositores, ajustadas a derecho, que eviten cualquier otra salida violenta, de esas que pululan por allí, que seguramente conllevarían a situaciones sangrientas indeseables, a saber:
1.   Que se convoque a una Asamblea Constituyente, para reformar la CONSTITUCIÓN y exigir nuevas elecciones presidenciales entre otras exigencias y mejoras a ésta.
2.    Que se espere el tiempo legal de 3 años, para solicitar un revocatorio al mandato del presidente Nicolás Maduro y forzar a nuevas elecciones presidenciales en 2016.
3.       Invitar al gobierno a un dialogo, con miras a lograr un entendimiento mínimo que permita llegar a un pacto que contribuya a aliviar la actual crisis política, social y económica y esperar nuevas elecciones presidenciales en el tiempo legal de 2019.
4.       Que se aplique la resistencia pacífica mediante el artículo 350, entre otros, de la constitución, hasta obligar al gobierno-estado a convocar nuevas elecciones.
5.     Que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) determine que hubo fraude electoral el  14 de Abril y convoque a nuevas elecciones presidenciales.
6.       Participar en la elecciones municipales del 8-D, insistir en la impugnación, y una vez que se tenga mayor información y claridad se plantee una solución final.
De estas opciones seis planteadas, la que me parece más realista, podría ser la 6ª opción. La 1ª y la 2ª pudieran tener más relevancia y viabilidad, luego de ejecutarse esta 6ª opción.
La 3ª opción, la cual implica la realización de un dialogo entre los dos sectores tan diametralmente opuestos desde el punto de vista ideológico, como lo son el gobierno y la oposición, pareciera que es imposible de realizar, dado la animadversión del partido del gobierno (PSUV) al dialogo y pacto con el sector opositor, al que califican de ultra derechista.

La  4ª opción no pareciera tener mucha acogida en los sectores opositores dado que implica riesgos y posible violencia, dada la habilidad del gobierno en capitalizar estas actividades en su favor y hacer de victimas, para luego replicar con violencia, lo cual en estos momentos pareciera contraproducente, si se considera que existen otras opciones menos riesgosas.

La 5ª opción, sería en mi concepto, la opción ideal y justa para la oposición y el país, de lograrse los resultados de parte del TSJ que se esperarían. Sin embargo, la lentitud con la que ha respondido el TSJ, la artimaña de dirigir el reclamo a la Sala Constitucional, así como su conocida y demostrada lealtad al gobierno, hacen prever que muy difícilmente se atreverán a darle la razón a la oposición y mucho menos convocar a nuevas elecciones.

La 6ª opción la cual ciertamente es la opción oficial de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), tiene sentido y lógica, puesto que le permite al sector opositor seguir firme en su reclamo justo de impugnación de las pasadas elecciones presidenciales del 14-A, hasta agotar todas las instancias nacionales e internacionales, que permita lograr una respuesta definitiva al reclamo planteado. Al mismo tiempo, puede continuar trabajando políticamente en hacerse de la mayoría electoral irrefutable en todo el territorio nacional, que le dote de un piso político más sólido, que el actual.

Una vez que el panorama se aclare y se conozca tanto la situación de la impugnación, como los resultados electorales del 8-D, la MUD tendría una visión más clara, objetiva y realista, sobre la cual pudiera perfilar una opción final, que le permita llegar al gobierno y dar la solución definitiva  al problema político, social y económico que los venezolanos hemos venido confrontando desde hace varios años, los cuales se han agravado con el gobierno actual.

Cada día que pasa, con el presidente ilegítimo Nicolás Maduro haciendo turismo, satisfaciendo las demandas de gobiernos aliados y/o cómplices, sin dar respuestas concretas a los diferentes problemas del país, la situación tiende a agravarse.

Con un gobierno sordo, intentando amedrentar y descalificar a los sectores opositores, abstrayéndose de sus responsabilidades de dar respuesta a los diferentes reclamos pacíficos de los sectores de la vida nacional que reclaman sus justos derechos, también se contribuye al empeoramiento de la crisis.


Por el contrario, en lugar de convocar a la nación entera a un diálogo abierto y sincero,  para buscar soluciones y al menos atenuar la crisis; el gobierno engaña, espía, se burla, maltrata o desconoce a los sectores que reclaman soluciones, empeorando la situación general del país, aproximándonos a probables soluciones violentas, que los opositores del lado democrático por sentido común y para el bien de Venezuela, rechazamos de pleno. 

martes, junio 25, 2013

Las dos mitades de Venezuela deben pactar.

Cuando una nación está en peligro, tal fue el caso de la Gran Bretaña, en la II guerra mundial, lo primero que hizo el gobierno, fue llamar al “enérgico y visionario” Winston Churchill, en reemplazo como Primer Ministro “del apaciguador” Arthur Neville Chamberlain, para que dirigiera al Imperio Inglés durante la declarada guerra a la Alemania Nazi de Adolf Hitler. El tiempo y los resultados dieron ampliamente la razón al liderazgo que tomó tal decisión.

Poco tiempo después EE.UU. se incorpora a la guerra junto a los aliados europeos, entre los cuales estaba Rusia, con quién EE.UU. ya tenía diferencias políticas e ideológicas, pero dado que se trataba de salvar a Europa, la unidad era necesaria ante el gran poderío militar que exhibía la ambiciosa Alemania de entonces, conducida por un megalómano. Sin la ayuda yanqui, hubiera sido imposible ganar la II guerra mundial a los países invasores.

Los ejemplos anteriores, pretenden alertar al gobierno de Venezuela, país este que se encuentra al borde del abismo, salvando las diferencias en tipos de peligro, dada la gran cantidad de dificultades políticas, sociales y económicas que enfrenta, las cuales difícilmente podrá el gobierno resolver unilateralmente, con la otra mitad de Venezuela observando.

Peor aún,  esa otra mitad recibiendo a diario, amenazas, ofensas y vejámenes del gobierno, sin que éste se decida a reconocer y a respetar a las minorías políticas como en cualquier país democrático y civilizado. Para colmo, el gobierno se niega a aceptar, que la oposición posee actualmente un nivel de fuerza electoral que ciertamente pareciera superarle.

Se conjetura que los radicales del gobierno, y sus asesores internacionales, preferirían seguir adelante solos, con la pretensión de dar una solución unilateral a esta severa crisis, o zozobrar solos en el intento, sin dar su brazo a torcer, ni intentar pactar con la otra mitad, ignorando la gravedad del momento que vivimos todos los venezolanos, lo cual no dejaría de ser una gran irresponsabilidad de parte de éstos radicales, de prevalecer esta estrategia. 
 
No obstante, las conocidas y evidentes divisiones y luchas internas que existen dentro de la militancia política del gobierno, se espera que la sensatez y la sindéresis predominen y lleguen a entender, que Venezuela es de todos nosotros, que todos sufriríamos las consecuencias de no actuar o actuar erróneamente, lo que obliga a reflexionar responsablemente.

Sin embargo, tarde o temprano la realidad obligaría al gobierno de Nicolás Maduro a concretar un pacto político con la oposición y con los sectores empresariales, entre otros, para resolver con éxito los diferentes problemas nacionales actuales, para así continuar con la gestión de su gobierno en calma, y con la gobernabilidad necesaria para llegar en relativa paz al año 2019.

Por otra parte, en el supuesto negado de que la MUD tenga la razón, y el TSJ llegue a la conclusión final de que hubo fraude en la elección presidencial del 14 de abril reciente, y se pronuncie por repetirlas, también sería necesario llegar a un pacto político entre ambas corrientes, para evitar que las emociones se desborden y se produzca ingobernabilidad.

El riesgo que se corre es demasiado grande, de seguir adelante con la situación actual la cual se complica día a día, sin que se produzca una especie de acercamiento o dialogo, entre las dos mitades de Venezuela y se logre un pacto, para salvar al país de un posible CAOS.

Algunos de los temas reales a resolver con carácter de urgencia son: Criminalidad agravada,  economía en franca emergencia, inflación galopante, indefinición del modelo económico a seguir, ataques perversos e inexplicables a las universidades y a la educación tradicional, deudas con trabajadores,  corrupción extrema en el gobierno sin culpables, nombramientos pendientes por la AN en organizaciones del Estado (CNE, Procuraduría, TSJ), decisión pendiente de parte del TSJ sobre las elecciones del 14-A, resultados de la investigación que se sigue al audio de Mario Silva, situación irrita e inhumana de los presos políticos opositores.

Los temas expuestos arriba son de carácter nacional vinculante, y obviamente afectan a toda la población venezolana, razón por la que es mandatorio para el gobierno, escuchar la opinión de las minorías y oír sus alegatos y probables contribuciones para su solución, tal como sucede en todo gobierno democrático, abierto, tolerante, justo y sensato. 

Aún cuando se conoce el rechazo de un sector radical del gobierno a los diálogos y pactos, lo cual han demostrado con sus ácidas e insostenibles críticas al pacto de Punto Fijo que hubo en periodos pasados entre AD y Copei, al cual aborrecen; este sería un pacto diferente, entre organizaciones políticas con profundas diferencias ideológicas, que seguramente será muy espinoso abordar y desarrollar por ambas corrientes políticas. No obstante, de no llevarse a cabo dicho acercamiento y pacto, se correría el riesgo de perder la republica, dadas las diferentes amenazas que bullen o pululan en el entorno actual del País.

Entre las amenazas que se ciernen sobre Venezuela, se destaca la posibilidad de un golpe de estado cívico militar, o de una guerra civil, esta última la cual ha invocado pertinazmente Diosdado Cabello. Ambas amenazas, pudieran producir un baño de sangre impredecible e incalculable en cuanto a costo en vidas, recursos y duración que tomaría en desarrollarse.

Además, se vislumbra la posibilidad cierta de una protesta nacional, la cual pudiera gestarse, en el caso de que el gobierno no resuelva con prontitud los diferentes problemas políticos, sociales y económicos que confronta Venezuela en la actualidad y afectan profundamente a la población venezolana.

Por lo que se observa y se conoce, la oposición democrática pareciera estar abierta al dialogo y dispuesta a contribuir con soluciones. Por el contrario, al gobierno se le hace más difícil y comprometedor aceptarlo para llegar a dicho pacto nacional. Las razones son bien conocidas.

De aceptar el dialogo y llegar a un posible acuerdo o pacto, el gobierno tendría que aceptar el fracaso del socialismo como modelo de desarrollo económico y se vería obligado a aplicar el modelo económico del libre mercado, cuya lucha contra el mismo ha sido una de sus banderas políticas, la cual comparte con el grupo del Alba, Cuba y Argentina, razón por la que requerirían consulta y aprobación de todos sus miembros, para dar ese fundamental paso.


Finalmente, es posible que el gobierno tenga reservas, de que la otra mitad de Venezuela, le haga fuertes exigencias democráticas, las cuales posiblemente no aceptarían por razones de: principios, orgullo, ideología, o miedo, entre otras posibles causas. Entretanto, seguimos esperando a ver qué pasa. ¡Que Dios proteja y bendiga a Venezuela!

lunes, junio 17, 2013

Vivir es insuficiente

Aún las personas más conformistas, deberían estar de acuerdo con esta afirmación. Está en la naturaleza del ser humano. En esencia somos: exigentes, inconformes, románticos, sensibles, ambiciosos, insatisfechos, soñadores, ansiosos, impacientes, esperanzados, y hasta pudiera afirmarse, que en nuestra gran mayoría, necesitamos algo más que vivir para ser felices y considerarnos realizados. Unos más o menos que otros.

En la medida en que el ser humano ha evolucionado, los grandes descubrimientos se han realizado,  éste se ha hecho más educado y civilizado, convirtiéndose en un ser humano más exigente ante los gobiernos y entornos entre los cuales se desenvuelve y vive. Le han abierto los ojos y tiene muchos más derechos que en la antigüedad. Los que antes eran esclavos ganaron sus libertades gracias a que siempre hubo y ha habido inconformidad y esperanzas.

Historias recientes como el apartheid surafricano nos han demostrado y reconfirmado que la vida, con todo lo preciosa e importante que es para todos, es insuficiente, si se vive: en esclavitud, con injusticia, con hambre, con frio o calor, sin oportunidades, sin esperanzas, sin fe, sin paz, sin respeto la persona y a sus derechos, enfermo, con abusos de poder por sus gobernantes; necesidades éstas, las cuales son las hacen que su vida tenga sentido y la disfrute a plenitud como realmente él, como ser humano se lo merece.

Existe tanta diversidad de mentalidades y personalidades, que en muchos casos, lo que es bueno para algunos es malo para otros y viceversa. Esos vacios o necesidades humanas diferentes que manifestamos las grandes mayorías en el planeta tierra, para considerarnos satisfechos, pueden variar entre continentes, tipos de gobierno, religiones, ideologías políticas, intereses económicos y costumbre culturales.

En el caso de los venezolanos,  hemos aprendido a valorar la libertad y la justicia, porqué fuimos oprimidos y maltratados por mucho tiempo, como la mayoría de las poblaciones indígenas del mundo que fueron descubiertas por otros pueblos más civilizados, que se aprovecharon de sus ventajas para colonizarnos y maltratarnos. Para ellos como colonizadores, sus actuaciones quizás eran justificadas y normales, para nuestros ancestros era una violación a sus derechos de vivir libres, en paz y felices en sus propias tierras.

Por todo ese pasado de dolor y sufrimiento que tuvimos, del cual nos liberaron los libertadores de América, entre ellos nuestro Libertador Simón Bolívar, es sorprendente que estemos viviendo épocas de represión dignas de los más terribles conquistadores de la época de las colonias, con la diferencia de que estos opresores son personas originarias del mismo país que nosotros; pero muy diferentes en valores, sentimientos, intereses y forma de valorar las libertades, los derechos y la justicia conquistadas en el pasado, con enorme derramamiento de sangre.


Por esta ingrata realidad, más de la mitad de la población de Venezuela vive y aprecia la vida.  Pero para éstos, es insuficiente vivirla plenamente con: satisfacción, justicia, libertades, respeto, dignidad y con plena felicidad; negadas en diferentes formas, muy similares a las que usaron los tiranos anteriores; con la fuerza de las armas, con irrespeto, sin consideración, con abusos de poder, con desconocimiento de que existimos, de que somos enemigos según ellos. 

lunes, junio 10, 2013

Urge la transformación de PDVSA

Como es conocido, PDVSA es la empresa petrolera venezolana que genera la mayor cantidad de divisas al tesoro público nacional. Junto a lo recaudado por el IVA y el ISRL de obligatorio cumplimiento; constituyen la base de la mayor parte de los ingresos totales de Venezuela, para el cumplimiento de inversiones y gastos anuales del país para su funcionamiento como nación.

PDVSA es la única de las empresas petroleras de los países de la OPEP que se ha estancado en su nivel de mejoramiento, modernidad y crecimiento. Peor aún ha retrocedido en el tiempo, de una producción promedio diaria de 3,3 MMBPD que se tenía para él 1999 a caído a un nivel inferior de 2,6 MMBPD de producción de petróleo en la actualidad.

Dado que el gobierno ha estado utilizando a PDVSA como un comodín, para hacer política nacional e internacional, la ha recargado de múltiples actividades que nada tienen que ver con el petróleo; dentro las que se destacan PDVAL, para la compra y distribución de alimentos, la misión Viviendas para construir viviendas, la misión Rivas, para educación de los adultos; entre otras tantas asignaciones que se le han ocurrido al presidente de Venezuela, que PDVSA debe cumplir a nombre del socialismo.

Para atender a tantas actividades, el personal de PDVSA se ha incrementado de unos 50 mil que tenía cuando fue secuestrada por el gobierno y convertida en caja chica de éste, hasta unos 150 mil o más, hoy día. Por supuesto, esta carga burocrática encarece el costo de la producción del barril de petróleo, a niveles que estimo debe estar cercano a los 20 US$/barril.

La desesperada necesidad enfermiza de dólares para diversos usos, a objeto de intentar imponer el socialismo en Venezuela, entre otras razones, han llevado al gobierno a excederse en los gastos y extravagantes despilfarros, razones por las que ha tenido que recurrir al endeudamiento innecesario de PDVSA y del país, a niveles jamás pensados.

Se estima que el endeudamiento actual de PDVSA ha rebasado los 50 mil millones de dólares. Lo más perverso de este endeudamiento,  mayormente con China, estriba en que éste se pagará con producción de petróleo a futuro. Como si fuera poco, a pagarse con crudo venezolano a precio por debajo del precio de venta en el mercado internacional. Es decir PDVSA se ha puesto voluntariamente, algo así como una camisa de fuerza, con limitadísima capacidad de maniobra operacional y comercial  para el futuro.

Si a estas limitaciones propias de PDVSA, les sumamos las que se tienen a nivel nacional por la falta de abastecimiento y escasez de los productos comestibles de primera necesidad, los cuales necesariamente debemos importar por las limitaciones severas que tenemos para producirlos en el país, gracias a las expropiaciones y apropiaciones ilegales de empresas del agro y de la ganadería que fueron desmanteladas y/o arrasadas; razones por las necesitamos dólares para su importación, la situación del país es más grave aún.

Aunado a lo anterior, las reservas operativas a la vista de Venezuela, depositadas en el Banco Central de Venezuela son tan escasas que al parecer solo son suficientes para unas pocas  semanas de duración, lo cual transforma la crisis económica venezolana, en una verdadera catástrofe financiera de proporciones altamente preocupantes.

Toda esta crisis ha obligado al gobierno a devaluar el bolívar aún más, a principios de año, razón por las que los alimentos y otros renglones de la vida diaria del venezolano han tenido que aumentar de precio, ante la impotencia del gobierno de frenarlo o diferirlo, dadas las necesidades reales que han mostrado los productores, inversionistas e importadores. Esto ha generado un crecimiento en la inflación, que en lo que va del año está en el orden del 30%.

Se ha llegado a un nerviosismo tal que el gobernador del Estado Zulla, Arias Cárdenas, se apresuró a señalar que haría falta la aplicación de una tarjeta racionadora en la venta de los alimentos, con un chip dentro de la misma, para controlar las cantidades de compra por persona. Afortunadamente, ante las protestas que se generaron a nivel local y nacional, la medida fue cancelada por el presidente Nicolás Maduro, quién la calificó de absurda.

Dado que Venezuela necesita de dólares con urgencia, y su capacidad de endeudamiento está al borde de sus límites, la producción o potencial de producción de petróleo de parte de PDVSA, no es posible aumentarla en el corto plazo, las opciones del gobierno se acortan, razón para pensar en medidas drásticas que el mismo gobierno no desea tomar, pero que será necesario hacerlo, so pena de correr el riesgo de un tsunami financiero y social en Venezuela, de consecuencias impredecibles.

Una de las medidas iniciales, sería la de confesarle y pedirle perdón al pueblo de Venezuela por el fracaso del modelo de desarrollo económico socialista, por haber resultado éste inviable para los propósitos de la revolución bolivariana, e inconveniente para el país.

Inmediatamente, deben tomarse medidas de austeridad a nivel nacional y empezar por suspender por tiempo indefinido las ayudas económicas a los países del exterior que reciben estos tipos de “apoyo” del gobierno de Venezuela, entre los cuales los que más afectan nuestro presupuesto son los 500 mil BPD de petróleo que despachamos a Latinoamérica y al Caribe a precios de venta y condiciones de pago muy generosos, que afectan sensiblemente nuestros ingresos anuales.

Siendo PDVSA la gallina de los huevos de oro de Venezuela, se hace imperativo, que ésta empresa nacional sea intervenida para su reestructuración profunda y mejoramiento integral. Se debe empezar por sustituir de su cargo de Ministro de Petróleo y Minería, y presidente de PDVSA, Rafael Ramírez, y a su tren ejecutivo, por su manifiesta incompetencia.

Seguidamente se debe empezar por eliminar de PDVSA, y reubicarlas en sus sitios naturales, a las empresas y actividades ajenas a las del petróleo y reorganizarla para los propósitos para la cual fue creada, como lo son: explorar, perforar, producir, transportar, refinar, y almacenar petróleo, gas natural y sus derivados, para su exportación al exterior y usos en las instalaciones nacionales y extranjeras propiedad de PDVSA.


Solo teniendo a PDVSA en condiciones administrativas y operacionales optimas para generar la mayor cantidad de beneficios económicos, para la nación, podría decirse que ésta cumple a cabalidad con los propósitos económicos, sociales y generales para los cuales se creó. PDVSA puede ser calificada de nacionalista, pero jamás de revolucionaria y mucho menos popular.

lunes, junio 03, 2013

Aprendamos a elegir a nuestros gobernantes

Un gobernante bien sea este Presidente de la República, Gobernador de Estado, o Alcalde de un Municipio, no es cualquier persona. Tiene el poder suficiente como para cambiar en positivo o en negativo el destino de los pueblos, regiones, naciones y hasta continentes.

No es suficiente apostar a que si el gobernante se porta mal le hacemos un revocatorio y lo cambiamos. Hay que asegurarse antes de elegirlo, de que esta sea la persona correcta para el cargo. Es decir, se debe apostar a que es el mejor para el cargo entre los que compiten.

La selección correcta del gobernante, empieza por lograr una nación con una sociedad mayoritaria responsable, que adquiera conciencia ciudadana y social, así como un nivel mínimo de educación general y en valores humanos, que le permita elegir al gobernante adecuado que garantice resolver los problemas de su comunidad, así como ser un modelo ejemplar a seguir e imitar, por los demás ciudadanos de la República, del Estado, o del Municipio del que sea gobernante.

No es  una utopía, quimera o un imposible de lograr en la sociedad venezolana.  Es un proyecto de nación a mediano y largo plazo, que pudiera lograrse si se invirtiesen más recursos en educación que en la compra de armamento de guerra, como sucede en Venezuela; donde se dilapidan los presupuestos en gastos militares innecesarios, se hacen donaciones absurdas,  y se gasta en propaganda política, para alimentar el egocentrismo de los gobernantes de turno.

Las mayores inversiones en gobiernos democráticos de cualquier país en desarrollo del mundo, como Venezuela, deben jerarquizarse en: educación, alimentación, salud, seguridad, desarrollo y servicios públicos básicos que requieren los países para dar calidad de vida a sus pueblos.

Está planteada una guerra frontal del gobierno chavista contra la sociedad democrática venezolana, intentando imponer un obsoleto modelo de educación. La idea es convertir el modelo de educación abierto, libre y pluralista que hemos tenido en Venezuela, por un modelo cerrado y totalitario, donde se pretende adoctrinar (idiotizar) al marxismo leninismo, a estudiantes venezolanos de primaria, secundaria y universitaria. Una tremenda aberración que ha venido avanzando despacio pero sin pausas. De esto se deriva la lucha soterrada de las escuelas, colegios, liceos y universidades privadas y/o autónomas, para impedir esta atrocidad perversa que intenta realizar el gobierno de Venezuela.

Esta arremetida salvaje no es solo en educación. Es en toda la nación, y en todas las disciplinas e instancias en las que desempeña la sociedad civil venezolana. Estos cambios incluyen cambiar (paso a paso),  la estructura básica y territorial de la República y convertirla en regiones “comunales” con vicepresidentes regionales que controlen férreamente todas las actividades de éstas regiones. Esto está subrepticiamente en vigencia en su primera fase.

En estos momentos el gobierno se encuentra en emergencia por el descalabro de la economía, razón por las se les hace difícil profundizar en el socialismo, ya que no hay presupuestos ni para comprar papel higiénico. Todo esto contrasta con las recientes declaraciones de Evo Morales, cuando recibía 9 aviones de entrenamiento militar para Bolivia, cuya compra la costeó el gobierno de Venezuela, bajo la presidencia de Hugo Chávez.

Dudo mucho que la situación económica de Venezuela se sostenga a flote por mucho tiempo más. No se requiere ser economista o un genio en macro economía para darse cuenta de las realidades venezolanas. La mayor inflación en el mundo,  desempleo de dos dígitos (lo intentan ocultar), desabastecimiento y escasez de comida y productos de consumo masivo, sin divisas suficientes para ofrecer a los que las necesitan para importar, últimos en productividad, primeros en corrupción, últimos en confianza, deudas externas e internas impagables, decrecimiento de la actividad petrolera, por colapso de PDVSA.

Ante este escenario, financiero y social, aunado a la crisis política que no se termina de resolver; donde el Gobierno actúa como una dictadura, y la oposición actúa como una democracia, sin la existencia de un Estado de Derecho, donde los poderes del Estado son dirigidos por activistas políticos del PSUV, partido político del gobierno,  con una Asamblea Nacional en Rebeldía contra  la Constitución y las Leyes, con el presidente interino Maduro  ordenando a la FANB armar a los obreros y en una eterna campaña electoral; los niveles de nerviosismo aumentan y llegan a niveles exasperantes, razón para predecir al azar, de que cualquier cosa puede pasar en Venezuela.

Costó mucho tiempo y esfuerzo, lograr que se implantara la descentralización de la administración y conducción de las actividades en los 23 estados de la República de Venezuela. Se empezó por elegir con el voto popular a los gobernadores de cada Estado, quienes venían siendo nombrados por el Presidente de la República, durante la dictadura de MP Jiménez. 

Repentinamente, pasando por encima de la constitución y las leyes, el presidente de la República Hugo Chávez, sin explicaciones mayores, decide abolir esta descentralización y ordena que los gobernadores les entreguen a la administración nacional, los puertos, aeropuertos, hospitales y otros activos que venían siendo administrados con éxito por las gobernaciones y alcaldías locales respectivas. Algo inaudito e insólito en una democracia.

Haciendo un balance somero de que la gestión de todos estos gobernantes de la República, de los Estados y de las Alcaldías, son algunas excepciones, la gran mayoría de las administraciones han sido desastrosas. En toda Venezuela solo se ve desolación. El progreso ni se distingue.

La explicación es muy sencilla. Quienes han llevado la gestión del gobierno central y de la mayoría de gobernaciones y alcaldías,  les dieron prioridad al trabajo político (ideologización) y al populismo. Se ha trabajado para satisfacer parcialmente a un solo sector del país; dejando a un lado por resolver los problemas de envergadura que afectan a todas las comunidades, como las necesidades en: vivienda, nuevas escuelas liceos y universidades, de vías de circulación nacionales, mejor atención en los hospitales, generación de empleos, mejoras de la calidad de vida, mejoras en el poder adquisitivo, generación de energía eléctrica, solución a problemas por doquier de aguas negras, diversificar la economía, fortalecer a PDVSA, etc.


Sin duda alguna que la década del 2003-2013, ha sido las más catastrófica que jamás haya tenido Venezuela en lo político, social, económico, moral y en soberanía. Hemos sido una nación ultrajada en todo sentido y entregada a intereses externos, con una facilidad y entrega anti patriótica que debería avergonzar al liderazgo que lo permitió. Aprendamos a elegir.