lunes, junio 17, 2013

Vivir es insuficiente

Aún las personas más conformistas, deberían estar de acuerdo con esta afirmación. Está en la naturaleza del ser humano. En esencia somos: exigentes, inconformes, románticos, sensibles, ambiciosos, insatisfechos, soñadores, ansiosos, impacientes, esperanzados, y hasta pudiera afirmarse, que en nuestra gran mayoría, necesitamos algo más que vivir para ser felices y considerarnos realizados. Unos más o menos que otros.

En la medida en que el ser humano ha evolucionado, los grandes descubrimientos se han realizado,  éste se ha hecho más educado y civilizado, convirtiéndose en un ser humano más exigente ante los gobiernos y entornos entre los cuales se desenvuelve y vive. Le han abierto los ojos y tiene muchos más derechos que en la antigüedad. Los que antes eran esclavos ganaron sus libertades gracias a que siempre hubo y ha habido inconformidad y esperanzas.

Historias recientes como el apartheid surafricano nos han demostrado y reconfirmado que la vida, con todo lo preciosa e importante que es para todos, es insuficiente, si se vive: en esclavitud, con injusticia, con hambre, con frio o calor, sin oportunidades, sin esperanzas, sin fe, sin paz, sin respeto la persona y a sus derechos, enfermo, con abusos de poder por sus gobernantes; necesidades éstas, las cuales son las hacen que su vida tenga sentido y la disfrute a plenitud como realmente él, como ser humano se lo merece.

Existe tanta diversidad de mentalidades y personalidades, que en muchos casos, lo que es bueno para algunos es malo para otros y viceversa. Esos vacios o necesidades humanas diferentes que manifestamos las grandes mayorías en el planeta tierra, para considerarnos satisfechos, pueden variar entre continentes, tipos de gobierno, religiones, ideologías políticas, intereses económicos y costumbre culturales.

En el caso de los venezolanos,  hemos aprendido a valorar la libertad y la justicia, porqué fuimos oprimidos y maltratados por mucho tiempo, como la mayoría de las poblaciones indígenas del mundo que fueron descubiertas por otros pueblos más civilizados, que se aprovecharon de sus ventajas para colonizarnos y maltratarnos. Para ellos como colonizadores, sus actuaciones quizás eran justificadas y normales, para nuestros ancestros era una violación a sus derechos de vivir libres, en paz y felices en sus propias tierras.

Por todo ese pasado de dolor y sufrimiento que tuvimos, del cual nos liberaron los libertadores de América, entre ellos nuestro Libertador Simón Bolívar, es sorprendente que estemos viviendo épocas de represión dignas de los más terribles conquistadores de la época de las colonias, con la diferencia de que estos opresores son personas originarias del mismo país que nosotros; pero muy diferentes en valores, sentimientos, intereses y forma de valorar las libertades, los derechos y la justicia conquistadas en el pasado, con enorme derramamiento de sangre.


Por esta ingrata realidad, más de la mitad de la población de Venezuela vive y aprecia la vida.  Pero para éstos, es insuficiente vivirla plenamente con: satisfacción, justicia, libertades, respeto, dignidad y con plena felicidad; negadas en diferentes formas, muy similares a las que usaron los tiranos anteriores; con la fuerza de las armas, con irrespeto, sin consideración, con abusos de poder, con desconocimiento de que existimos, de que somos enemigos según ellos. 

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