En Venezuela, la situación se complica
cada vez más. Al punto de que esta vez, estamos llegando al cruce de la línea
roja por el gobierno, al cual, la sociedad democrática venezolana, tendrá que
ponerle un límite, para evitar que nos esclavice y nos siga humillando. Estamos
en un punto de inflexión, donde tenemos varias opciones a la crisis. A saber:
Primera: Si logramos que se realice
el referendo revocatorio al presidente Nicolás Maduro, sacaríamos al gobierno del
poder por la vía pacífica. Para ello, tendremos que seguir la lucha pacífica,
pero tenaz y democrática que nos hemos impuesto, por ser la oposición sensata y
respetuosa de la democracia y apegada a la constitución y a las leyes. Como se
sabe, el propósito mayor, es lograr la Venezuela que queremos. Del gobierno no
aceptar realizar el RR., pasaríamos a las acciones de la segunda opción.
Segunda: Consiste en aplicar el
artículo 350, de la constitución saliendo a la calle en plena rebeldía contra
el gobierno, por: negligente, asesino corrupto, narcotraficante y asesino. Salimos
masivamente a la calle para provocar su salida mediante la desobediencia civil,
hasta que el presidente Maduro, salga del gobierno por la fuerza del pueblo. Esta
salida es también democrática, y está ampara por la constitución. Durante esta
fase, la Asamblea Nacional, podrá seguir juzgando políticamente al presidente y
llegar a las conclusiones a las que haya que llegar.
Tercera: Si el gobierno suspende las
garantías constitucionales indefinidamente, declarándose de hecho, como es de
esperarse, en una dictadura o tiranía; empezaría una nueva lucha. Con la
diferencia, de que esta vez, sería más definida, violenta y probablemente
sangrienta, con muchos encarcelados. Dado que los venezolanos elegimos al
gobierno actual, democráticamente, para ejercer la democracia y este tuerce el
camino hacia el socialismo comunista, los venezolanos tenemos el derecho y el
deber moral de declararnos en desobediencia y rebeldía para rechazarlo. Hasta
Simón Bolívar, no los recuerda en sus sabios manifiestos.
Cuarta: Esta opción no depende del
gobierno ni de la oposición. Depende los venezolanos de a pie, que comen de la
basura, que no comen, que comen incompleto, que comen un día sí y otro no,
pueden ser del gobierno o de la oposición. Esta opción es a la que tanto el
gobierno como la oposición le tienen más temor. En caso de darse, será
infinitamente peor que el caracazo. Esto porque sería caos y anarquía absoluta
e incontrolable. De darse esta opción, ni dios lo permita, los militares
institucionales, que todavía existen, se verían obligados a tomar el poder
provisionalmente, quien sabe hasta cuándo. Esta opción, aun cuando sería una
opción probable y suicida para salir del gobierno, por razones obvias, sería
rechazada por la mayoría de los países civilizados.
En Cuba, por ejemplo, país que el
gobierno chavista ha querido emular, su población fue adoctrinada durante
sesenta años, y al parecer ya se acostumbraron, y andan por allí como zombis,
gritando viva Fidel, “Patria o muerte, venceremos”. No creo que sea eso lo
aspiramos. En Venezuela, por muchas razones, no han podido adoctrinarnos, ni lo
harán jamás. Entre otras, razones porque nos opusimos, y el gobierno tuvo miedo
de hacerlo por la fuerza. El gobierno venezolano, sigue jugando con candela. Son
de la idea, de que somos tan cobardes que pueden seguir haciendo con nosotros,
los que les de las ganas.
Los venezolanos hemos perdido suficiente
y hemos sufrido lo inimaginable. Todo esto, durante 17 años. Este desquiciado experimento
socialista o comunista, nos ha obligado; bajo mentiras, engaños, perversiones,
manipulaciones, persecuciones, componendas y cárcel para nuestros líderes; a
vivir una vida de sometimiento y terror donde se violan permanente los derechos
humanos de todo un pueblo, incluyendo al mismo pueblo que lo eligió. Hemos
perdido tiempo. Seguimos perdiendo familiares. Otros se han del país, o huido,
quizás para siempre. Otros han perdido sus negocios, sus viviendas y haberes,
logrados en toda su vida con trabajo honrado y decente. Otros están sufriendo
maltratos, burlas y actos xenofóbicos de parte de ciudadanos de otros países a
los cuales se han ido. Hemos perdido nuestro estilo de vida. Hasta los valores
humanos y parte de nuestra educación, han desmejorado sensiblemente. No debemos
permitir seguir perdiendo cosas, materiales, espirituales, auto estima,
fracasos profesionales, asuntos folclóricos, culturales, etc., por miedo. Me
pregunto amigo lector ¿Qué más podemos perder, que no sea la vida?
Confunden educación, ponderación y
sensatez; con cobardía. Si hasta ahora hemos seguido la lucha pacífica,
electoral y democrática ha sido debido a que nos han permitido el juego
democrático, hasta donde han considerado pueden hacerlo. El primer gran triunfo del 6 DIC de 2015,
obtenido por la MUD, con ayuda del chavismo, les enveneno sus mentes y los
volvió a la realidad actual. La revolución bolivariana colapso, fracasó, y está
en terapia intensiva. No tiene sentido seguirla usando como bandera, en la
lucha interna de Venezuela, por qué no tiene más nada que ofrecer. Robarle
juguetes a una gran industria, para hacer proselitismo político entre los pobres,
y ganarse su apoyo. Este método inspirado en la vida de Robín Hood, es una
forma salvaje y grotesca de hacer política, que está dando la vuelta al mundo,
por la forma salvaje en que ven al gobierno venezolano socialista desde el exterior.
El gobierno, acaba de intentar burlarse otra
vez de la Asamblea Nacional, y del pueblo opositor, al negarle a ésta, su
derecho constitucional de elegir a los directores del CNE, a quienes se les
venció el periodo del ejercicio del cargo. Para ello, ordenó al TSJ que lo
hiciera, violando nuevamente a la constitución. Es evidente que desean seguir
teniendo un CNE servir a la revolución. Esta vez se vuelven a equivocar. Tal
equivocación, pudiera convertirse en una declaración de guerra a muerte, que la
MUD, pudiera aceptar. Por supuesto, la resistencia a una dictadura, de parte de
una oposición desarmada, suena risible, pero es realizable. Se tendrán que
ofrendar victimas que irán presos (as), otros se convertirían en mártires porque
morirían, otros tendrán que actuar en la clandestinidad. Otros se seguirán
yendo de Venezuela, y terminarán en el exilio, hasta que algún día el conflicto
termine. No obstante, este es un régimen débil, astuto y maligno, sin recursos
económicos suficientes, impopular, que tiene que robar, para mantener feliz a
su militancia y seguidores, donde existen muchos arrepentidos y desilusionados.
Conclusión: Tengo la certeza, de que la
opinión internacional, apoyaría a la población opositora venezolana, de escoger
a cualquiera de las tres primeras opciones a las que el gobierno nos está
obligando elegir. A su vez, la población opositora e inconforme, espera por la
voz y conformidad de sus líderes de la MUD, para actuar, según sea la salida a
la cual recurriríamos. Por mi parte, y en lo personal, estoy dispuesto a dar mi
vida para intentar lograrlo. Por supuesto, esta es la versión personal de un
venezolano opositor, que piensa y cree, que es la hora de actuar, ante el
recrudecimiento de la tiranía desquiciada que pretende mantener el gobierno, la
cual el 80% del pueblo rechaza.
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