sábado, diciembre 17, 2016

Al capitalismo hay que defenderlo, en lugar de intentar destruirlo.

En democracia, al sistema económico de libre mercado o capitalista, se le defiende, no se le destruye. Ese argumento ridículo y enmohecido, de considerar al sistema económico capitalista, como enemigo del pueblo, para reemplazarlo por el sistema económico socialista (estatista), es un adefesio político y económico envejecido, que en la era moderna no tiene ningún sentido ni cabida. Hoy día, vemos como prueba de ello, que el aparato productivo de Venezuela, durante este gobierno “comunistoide”, la actividad comercial privada se ha empequeñecido en un tercio de lo que era. De no actuar a tiempo, se convertirá en la política económica antigua de las bodegas. Por ello, considero que el haber declarado la guerra al capitalismo, fue un colosal error. Tanto del gobierno castrista como del chavista.

Son tan fanáticos e ignorantes, los comunistas rusos, norcoreanos, cubanos y venezolanos, que no se dan cuenta del surgimiento de las nuevas economías asiáticas, medio asiáticas, europeas y americanas, en constante crecimiento, cuyo PIB promedio, está por lo general en positivo. China ha sido la excepción, porque se dio cuenta a tiempo de la debilidad de su sistema económico socialista, y decido cambiarse al sistema de libre mercado o capitalista. Adoptó al sistema capitalista, como su sistema económico principal, aun cuando su sistema político de controles y limitaciones a la democracia, siga siendo restrictivo, o menos severo que antes. ¿No les parece, que esta situación en China sea tan paradójica y peculiar? ¿Se han preguntado alguna vez, por qué los chinos, en lo económico aman al capitalismo y en lo ideológico y político, continúen con el comunismo?
El capitalismo podrá tener muchas fisuras, pero éstas son corregibles. El sistema socialista o comunista no tiene razón de existir, porque sencillamente, no han descubierto la forma de hacerlo viable y sustentable. Siempre dependerá de algún factor QUE LO SUBSIDIE. A Cuba la subsidió la URSS, y cuando colapsó el socialismo en Europa y el mundo, Cuba estaba a punto de colapsar, y la empezó a subsidiar Venezuela. Cuando Venezuela empezó a tener problemas, Cuba acudió al capitalismo y los EE.UU., le tendió la mano y empezó un acercamiento diplomático y comercial, al capitalismo, el cual está aún en marcha, si es que el nuevo senado norteamericano lo permite.

Más temprano que tarde, el socialismo en Cuba y en Venezuela, colapsara, por inviable. No tendrán factores externos que les subsidien. Sus economías seguirán siendo raquíticas y dependientes de otros. Jamás podrán crecer, económicamente, para lograr la felicidad de sus pueblos. Hoy día, ambos gobiernos solo tienen fracasos económicos que destacar. Hoy, la calamidad económica y monetaria en Venezuela es desastrosa y las protestas se multiplican. En Cuba ni hablar. Basta con viajar a Cuba para constatarlo. Por cierto, al parecer Cuba ha iniciado contactos con Canadá, el cual estaría relacionado con la advertencia de Trump de solicitarle a Cuba intentos de apertura a la democracia. De no hacerlo Cuba, el acercamiento con EE.UU. corre peligro de estancarse indefinidamente.


En Venezuela, la oposición hace enormes esfuerzos para zafarse de esta dictadura comunista. Es tan notorio que el gobierno solo desea permanecer en el poder. Está actuando con acciones cada vez más dañinas, que ignoramos hasta donde nos llevarán. Los economistas talentosos, coinciden en pronosticar, que la incertidumbre seguirá creciendo y los resultados empeorando, lo cual es muy preocupante. Ayer se dieron disturbios violentos y alarmantes en el interior de la república que causaron mucho daño. Ojalá la sensatez prive dentro del gobierno y accedan a resolver los conflictos en paz y democráticamente, como usualmente lo predica la Mesa de La Unidad Democrática, MUD.  De no hacerlo, la responsabilidad de lo que pueda suceder, sería totalmente imputable al gobierno.

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