lunes, octubre 24, 2016

Reformas aducativas en el banquillo de los acusados.

Sin ser experto en educación, me atrevo a opinar y aportar mi granito de arena en un tema tan trascendental para Latinoamérica y el mundo sub desarrollado  como lo es la reforma educacional. Desdichadamente, para la mayoría de los políticos, columnistas, periodistas, analistas y escritores, pareciera ser que: la política, lo social, lo económico y la migración, parecieran ser temas prioritarios a la educación. Quizás sea ésta, la razón por la que observo poca información en los medios noticiarios latinoamericanos, sobre las reformas en educación.

Los gobiernos de Chile y de México han emprendido reformas educativas, con la sana y supuesta lógica intensión de mejorar la calidad de ésta en tales naciones. Una iniciativa muy laudable y con mucho sentido de crecimiento y desarrollo integral que se supone demanda ambas naciones líderes en Latinoamérica.

Lamentablemente, ambas reformas están siendo cuestionadas por manifestantes en ambos países. En el caso de México, la acusan de estar orientada más a una reforma administrativa que educacional en sí. Por el lado chileno, el reclamo viene por el alcance de ésta, la cual, según los manifestantes, debería incluir la gratuidad de la educación superior a nivel nacional, entre otros desacuerdos.

La primera pregunta que se me ocurre hacerla a los gobiernos que impulsaron, redactaron y dieron luz verde al desarrollo de tales reformas, sería: ¿Fueron estas ideas originales y sus respectivos borradores consultados debidamente con las organizaciones políticas, las no gubernamentales, y las educativas, antes de darles el visto bueno para su implantación? De no ser así, es elemental pensar que existan discrepancias entre el gobierno y los oponentes a estas reformas.
Intentar llevar a cabo una reforma educacional con tanta oposición de parte de otros sectores de la sociedad, pareciera ser contraproducente. Ya se han ocasionado víctimas fatales en México y no es de extrañar que éstas también se produzcan en Chile de continuar, tales manifestaciones.
Más como forma anecdótica, que estimula la excelencia en la educación ideal en  algunos países; sus gobernantes, en lugar de destacar la importancia de sus próceres, mediante la edición de billetes con fotos de éstos,  imprimen fotos alusivas a las escuelas, universidades y ambientes educacionales. Esto, con la intensión de sugerir la importancia vital de la educación en tales países.

En base a lo poco que he leído sobre algunas experiencias mundiales en reformas educativas, he encontrado algunas novedades o premisas que han dado resultados asombrosos a los países que las han aplicado. 1) En primer lugar, la de considerar al maestro o educador como un profesional de altísimo relieve e importancia dentro de su sociedad. 2)  Como profesional de la educación, sus honorarios, sueldos y demás compensaciones sociales y económicas, son de las más elevadas y consideradas en tales países, al compararla con otras profesiones. 3) Las instalaciones de las escuelas, liceos, institutos gubernamentales o privados deben ser impecables. 4) El propósito final es comúnmente el de lograr la excelencia en el nivel de la educación que se espera alcanzar una vez que la reforma haya concluido. 5) Una reforma educativa para cualquier país que la intente requeriría algo de tiempo razonable para lograrla. Se estima que se lograría en varios años, con ajustes graduales. 6) El alto costo de una reforma educacional dependiendo del país donde se haga, pudiera resultar de altísima magnitud, razón para pensar más racionalmente en cómo y cuándo financiarla.
Si algún tema importante necesita de extrema discusión, dialogo y discusión antes de su definición, aprobación y promulgación; ese sería en mi opinión el tema educacional. Por la magnitud y violencia de los reclamos opuestos a tales reformas en Chile y México, pareciera ser que se requeriría de un alto en tales reformas educativas para reiniciar revisiones y discusiones de las cuales deben salir acuerdos y consensos aceptados y respetados por todas las partes.

Desde el punto de vista del clima político, económico y social, ni Chile ni México, parecieran tener la estabilidad suficiente y necesaria como para continuar adelante con sus reformas educativas. Tanto la popularidad del gobierno Chileno como el Mexicano están por debajo del 30%, de aprobación; insuficientes como para imponer condiciones exigidas por los manifestantes.

De ambas experiencias podrán sacarse las siguientes conclusiones, que pudieran ser útiles para futuros gobiernos latinoamericanos que aspiren  abordar el tema de la reforma educativa. 1) Para iniciar una reforma debe existir la máxima calma, paz y armonía en el país. 2) Debe haber crecimiento económico razonable y estable. 3) Debe haber consenso entre los partidos políticos más importantes. De ser posible, unánime. 4) Una reforma educacional penosa-mente se pueda lograr en un periodo presidencial, lo que obliga a firmar acuerdos de continuidad en la reforma. 5) Los aportes de estudiantes, maestros, profesores y sector educacional privado deben ser oídos y considerados en tales reformas; dado que éstos son protagonistas.

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