La
mundialmente conocida terrible situación,
“sui géneris” o inédita, como la califico, que vive hoy día Venezuela, requiere
de un pueblo firme y totalmente unido para lograr revertirla por la vía democrática
y pacífica, sin la necesidad de que se produzca
un derramamiento inútil de sangre, ni un golpe de estado por militares
gorilas, únicos que pueden hacerlo por ser guardianes de las armas de la
nación, supuestamente necesarias para
garantizar la soberanía del país.
Existen
quejas del pueblo opositor sobre la conducta y comportamiento de los dirigentes
de los partidos políticos de la MUD, algunas. Se les pide que sean más
diligentes, más consistentes, más valientes, más determinantes, menos
complacientes con el régimen, más transparentes en su conducta y comportamiento
público y privado, más unidos, más realistas con la situación nacional, más
osados en sus reclamos, más ejemplares, a ser modelos a seguir, etc. Eso es en
resumen lo que percibo del pueblo opositor respecto a sus exigencias a sus
dirigentes y al liderazgo político de la MUD.
Estas
exigencias, algunas más justas, reales y viables que otras, reflejan la gran
responsabilidad que llevan sobre sus hombros los miembros políticos del
liderazgo de la MUD. Se entiende que Venezuela hoy día transita sobre un enorme
polvorín, que de activarse por torpeza de algunos, pudiera traer consecuencias
aún más graves que las actuales y retroceder en el tiempo en nuestras
exigencias de recuperar la democracia, las libertades, la justicia y el respeto
a nuestros derechos.
Por
ello, las exigencias a la MUD deben ser razonables, realistas y prudentes.
Debemos agotar hasta el cansancio una salida electoral contemplada en nuestra
constitución. Como nos recordaba, a todo el país el difunto presidente Hugo
Chávez (principal culpable de la situación actual), quien ante situaciones
políticas difíciles, lo afirmaba sarcásticamente, con un dejo de burla, pero llena
de una propiedad irrefutable: “dentro de la constitución todo, fuera de la
constitución nada.
Debemos
seguir exigiéndole a la MUD que mejore su liderazgo, que cumpla con sus obligaciones
políticas y cívicas, y lo haga más confiable para el pueblo opositor. Sin
embargo, estas exigencias deben ser lógicas, razonables y realistas. La MUD
representa el liderazgo legítimo de la democracia en Venezuela. Debemos seguir apoyándola
hasta el mismo cansancio, puesto que es lo razonable y correcto para la causa que
las libertades democráticas que deseamos lograr como pueblo. Aún con sus fallas, superables por cierto, debemos
darle un voto de confianza al liderazgo de la MUD, para que continúe
representando al sector opositor ante este gran drama político, económico,
social y moral que vivimos.
Estamos
cerca de la realización de una de las elecciones más dramáticas e importantes
de nuestra historia republicana, quizás solo comparable a la fecha del 19 de
Abril de 1810, cuando se dio el primer paso para la emancipación de Venezuela
de la colonia española. Y aunque parezca extraño, exagerado y estrambótico, me
atrevo a hacer la similitud con la fecha del próximo 6 de Diciembre de 2015, para
elegir a la próxima Asamblea Legislativa, puesto que la considero como un
primer paso, para la emancipación de Venezuela del yugo chavista, corrupto,
inmoral, socialista y totalitario que hoy vivimos los venezolanos desde 1999
hasta el presente.
No
obstante que las encuestas recientes nos favorecen ampliamente al sector opositor,
debemos asegurarnos de que esta tendencia crezca, continúe y nos permita
asegurar holgadamente las mayorías determinantes en la Asamblea Nacional, razón
por la cual será necesario darle la mayor importancia posible a estas
elecciones, para empezar a recuperar la democracia, las libertades, la
justicia, la economía del país y nuestras propias vidas. No debe haber motivos,
por más importantes que estos sean, para
no asistir a votar y defender con firmeza y valentía nuestro trascendental voto.
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