Desde
que escribí el primer artículo de la serie MORIR MATANDO, en Abril de 2012, he
corroborado lo acertado que fue el uso de este concepto; sobre la posición del régimen
respecto a lo que se debe hacer en Venezuela para superar las diferentes crisis
en las que estamos hundidos desde hace varios años. Insistir en aplicar el
concepto MORIR MATANDO, por la terquedad del régimen en no reconocer el fracaso
de sus políticas públicas, en la imposición absurda del obsoleto sistema de
gobierno denominado “SOCIALISMO DEL SIGLO XXI” como sistema político, social y económico,
para conducir el destino del país, alejan cada vez más las soluciones juiciosas
y sensatas a la vista.
FEDECÁMARAS,
organización que representa al empresariado privado de Venezuela, ha invitado al
presidente Nicolás Maduro a la celebración de su 71ª Asamblea anual, a celebrarse a mediados de
Julio. Puedo percibir fe y esperanza en que
esta invitación tenga acogida, vista la situación real que existe. Esto, debido
a la posibilidad real de la desaparición de más empresas productivas del
mercado venezolano, las cuales bajarían la Santamaría, de no recibir el apoyo solidario
del régimen en abrirse al sector privado.
Entiendo
que FEDACÁMARAS aspira del régimen: su apoyo, aceleración en los trámites y amplia
colaboración para la compra ágil de los insumos que éstas necesitan, para lograr
mantener en operación las empresas que aún quedan, y reactivar en otro tanto a las empresas privadas que
contribuyen con el aparato productivo venezolano, el cual como sabemos está
prácticamente colapsado y en vías de desaparecer.
Ojalá,
son mis deseos y pienso que el de todos los venezolanos, de que el presidente
asista a esta Asamblea y dialogue abierta y sinceramente con el empresariado
privado, para el bien de Venezuela. Qué bueno sería, que entre el Ejecutivo
Nacional y Fedecámaras, se llegue a un acuerdo serio y sincero para solventar
muchas de las trabas existentes, para dar solución a los planteamientos de
Fedecámaras en beneficio de la reactivación de la economía del país.
Cuando
vemos que el costo de la cesta básica está en el orden de los 50 mil bolívares,
y los sueldos, salarios y pensiones están muy por debajo de ese costo, con reducción
dramática del poder adquisitivo del venezolano; el concepto MORIR MATANDO cobra
mayor fuerza. Cuando vemos a gente invadiendo los espacios comunes destinados a
estacionamientos, aceras, pasillos, áreas de esparcimiento, sótanos, etc., para
hacer las inmensas colas en todo el
país, para obtener alimentos; el concepto MORIR MATANDO cobra mayor fuerza. Cuando
vemos el espectáculo de millones de personas de la tercera edad, jóvenes, y mujeres
cargando a sus bebes (llorando y quizás con hambre) en colas en supermercados,
distribuidoras, farmacias, tiendas etc., para poder comprar la comida y demás
artículos de primera necesidad; el concepto MORIR MATANDO cobra mayor fuerza. Cuando
vemos que la inflación crece y va por la vía de los 3 dígitos bajos con
tendencia a seguir creciendo exponencialmente; el concepto MORIR MATANDO cobra
mayor fuerza. Cuando vemos la devaluación acelerada del bolívar, con el valor
del dólar llegando a los 500 bolívares; el concepto MORIR MATANDO cobra mayor
fuerza. Cuando vemos la merma de apoyo popular al régimen chavista la cual cada
día es mayor e indetenible; el concepto MORIR MATANDO cobra mayor fuerza.
Con
estas señales que indican, que el colapso económico y social podría presentarse
en cualquier momento, la posición del régimen resulta absurda e inexplicable.
Al insistir en no reconocer que su sistema de régimen colapsó y algo urgente debe
hacerse al respecto, me pregunto: ¿Es que acaso el régimen pretende continuar
aplicando el concepto MORIR MATANDO, para no dar su brazo a torcer? ¿Es que
acaso, insistir en un proyecto político obsoleto y fracasado, tiene mayor
importancia que la suerte de todo un país y la de su población? Concisamente, esta
actitud del régimen, pudiera calificarse de: fanática, irresponsable y suicida.
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