miércoles, julio 17, 2013

¿Entregar nuestro petróleo a EE.UU.?

Entre las críticas frecuentes que recibo por correo, mensajes o telefónicamente; de fanáticos del gobierno por mis escritos, la más increíble y frecuente es la siguiente: “la oposición desea gobernar a Venezuela para entregarle la INDUSTRIA PETROLERA a los EE.UU.”

Esta matriz de opinión, que pregonan los seguidores de este apátrida e inepto gobierno, es necesario desmentirla y desenmascararla. Es evidente y demostrable, que quienes han entregado nuestro petróleo, al servicio del comunismo internacional, han sido los gobiernos socialistas de Venezuela, aupados y asesorados por Cuba comunista, durante 14 años.

Es lamentable que a objeto de ganar apoyo político en Latinoamérica, se dispensen unos 400 mil barriles de petróleo por día, a precios muy por debajo del mercado internacional, con facilidades de pago a largo plazo e intereses por mora al 2%. ¡Increíble pero cierto!

Algunos de esos países, como Cuba y Nicaragua, según se comenta con fuerza, revenden parte de ese petróleo para favorecer sus propias economías. Incluso van más allá. Pretenden instalar refinerías en ambos países para exprimir económicamente tales regalos y vender gasolinas y derivados a otras naciones. ¡Esa si es una vulgar y apátrida entrega de nuestro petróleo!

En lugar de regalar el petróleo tal como lo hace este gobierno, sería preferible que Venezuela pudiera ser  capaz  de vender todos los barriles de petróleo, gasolinas, diesel, aceites y demás derivados por día, que pueda producir PDVSA, a los EE.UU., o a cualquier otro país que los requiera y adquiera a su justo precio comercial. Regalarlo es una cachetada al pueblo.

Los ingresos, se usarían para diversificar la economía, creando empresas que generen trabajo y múltiples renglones de exportación, para el desarrollo industrial, crecimiento económico, y reducir la importación; que permita realizar la auténtica labor social que reclama el pueblo con justicia desde muchas décadas atrás. Desarrollado previamente al país y atendiendo las diversas necesidades  del pueblo venezolano, podríamos permitirnos ayudar a otros países.

Como venezolano progresista, estaría de acuerdo con que vinieran al país, las mejores empresas petroleras del mundo, entre las cuales, las norteamericanas y europeas están entre las  20 mejores empresas en avances tecnológicos. Esto, a fin de que inviertan en Venezuela y nos asesoren con sus tecnologías de punta, con el propósito de extraer las máximas cantidades posibles de petróleo de los yacimientos prospectos, para explorar y desarrollar a plenitud.

De no hacerlo así, Venezuela se quedaría atrás con el petróleo bajo tierra, vistos los descubrimientos de petróleo y de gas en lutitas en varios países del mundo, entre los que se destacan los EE.UU., lo cual representa una amenaza competitiva real para nuestro petróleo.

Otra amenaza a considerar, parecieran ser los adelantos tecnológicos de los próximos 20 años, que harían económicamente viable la producción de energía no fósil (solar, eólica, hidráulica  hidrógeno, etanol, entre otras). Al parecer, el gobierno sub estima o ignora estas realidades.

Durante 14 años, Venezuela ha malgastado miles de millones y excelentes oportunidades para desarrollar a la INDUSTRIA PETROLERA a niveles por encima de sus capacidades actuales. Por ello, los Indicadores petroleros operacionales y financieros están por debajo de lo esperado.

Por otra parte, no se entrena al personal (técnico, administrativo y gerencial), ni se mantienen instalaciones adecuadamente, la meritocracia ha sido abolida y PDVSA está totalmente politizada. ¿Qué se puede esperar de una industria que ha llegado a tales condiciones?

La anterior PDVSA ya hubiese rebasado los 5 millones de barriles por día de potencial de producción y cuidado si ese potencial estuviera en los 10 millones de barriles por día. No me queda la menor duda de que con el tipo de dirección, gerencia, capacidad técnica, capacidad administrativa,  mística y valores que se tenían en PDVSA, ello hubiese sido una gran realidad.

La infraestructura física que se tenía antes del chavismo, en: exploración, perforación, producción, transporte,  tratamiento, almacenaje y refinación, en gas y petróleo,  ha sido desmantelada en parte, paso a paso. Y no solo eso. No ha habido políticas eficientes de mantenimiento. El personal esta profesionalmente desactualizado y no es entrenado adecuadamente. La poca capacidad tecnológica que tenía antes la industria, ya no existe. Muchos andan perdidos aprendiendo idiomas extraños y difíciles de aprender, para poder comunicarse con sus actuales socios, cuando el idioma inglés es el utilizado mundialmente.

El desastre actual de la INDUSTRIA PETROLERA NACIONAL, fue posible debido a que el gobierno le dio prioridad a la política, al populismo y a la demagogia, pensando que con lo que se tenía en desarrollo e ingresos petroleros era más que suficiente para convertir a Venezuela en un país socialista como Cuba.

Quizás el evento que cegó al gobierno para comportarse con la administración de PDVSA tan erráticamente, haya sido la fortuna que este tuvo, tuvo con el aumento brutal del costo del barril de petróleo desde unos 30 USA$/barril promedio, hasta los 100 USA$/barril promedio actuales, que aún se mantiene. Algunos ignorantes piensan, que ello se debió a Hugo Chávez.

Todos estos fracasos de la PDVSA chavista, han demostrado fehacientemente, que LA GENTE DEL PETRÓLEO tuvo razón al declararse en huelga indefinida en diciembre de 2002, como medida desesperada para intentar evitar la politización de PDVSA y ésta se convirtiera en caja chica del gobierno para sus planes políticos, cuyos resultados adversos están a la vista.

Para el colmo de todos los males, luego del saboteo y fracaso de la huelga petrolera, despidieron a unos 20.000 empleados técnicos y administradores excelentemente entrenados, muchos de ellos expertos y con estudios de post grado en sus diversas disciplinas. Hoy día la gran mayoría de ellos, están esparcidos por todo el mundo cosechando triunfos profesionales para ellos, sus nuevas empresas y aportando éxitos a otros países que encontraron esa gran ventaja, gracias a la imbecilidad del presidente de Venezuela Hugo Chávez en ese entonces.


El verdadero temor que debe tener el gobierno actual de Venezuela del ilegítimo presidente Nicolás Maduro y sus fanáticos, no es el de que la oposición entregue el petróleo a EE.UU. Su temor real debería ser el mal uso del petróleo que ha hecho y hace el gobierno del mismo, lo que impide desarrollar aceleradamente al país, antes de que sea demasiado tarde para lograrlo. De esa manera, la población de Venezuela se evitaría, tener que comer petróleo crudo como alimento en el futuro, por falta de dirección y visión a largo plazo. Al aparecer, Venezuela perdió el tren de la historia y quedo rezagada varias décadas atrás.

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