Se hace necesaria una reforma a
la constitución de la República Bolivariana de Venezuela que solicite a los
aspirantes a cargo de elección a la presidencia de la república un certificado
médico, que garantice que la salud de éstos es normal y pueden competir sin
temor a que el que resulte electo presidente, se enferme de gravedad o se muera antes de juramentarse, o al poco
tiempo de hacerlo, o en el ejercicio temprano de su gestión.
Es necesario además, limitar el
poder del presidente, para cambiar la estructura del Estado, a objeto de que el gobierno de Venezuela sea
menos presidencialista como lo ha sido hasta el presente y que su gestión, sea
más colectiva y menos individualizada o personalizada. Es necesario que una
nueva constitución garantice la autonomía e imparcialidad de los otros poderes
del Estado (Justicia, Legislativo, Electoral y Moral). Igualmente que, la
elección de los miembros de estos poderes se realice con menos injerencia e
influencia del partido o partidos del gobierno, a objeto de los poderes hagan
realmente de contra parte en el control y seguimiento a la gestión del Poder
Ejecutivo, para un mejor equilibrio político en la nación.
Dado que con el actual gobierno,
convertido en Estado, no se podría aspirar a tales modificaciones, vista la
forma retorcida de éste de interpretar la constitución actual, y tomando en
cuenta su sectarismo y vocación totalitaria, se sugiere que la misma se lleve a
cabo una vez que este régimen salga del poder y que la situación institucional
actualmente en caos, se normalice y se pueda confiar en las futuras decisiones
del Estado venezolano, para realizar una reforma parcial de la misma, a objeto
de adecuarla a las experiencias y realidades vividas últimamente y se reduzcan
a un mínimo, los riesgos de mal interpretarla y/o aplicarla erróneamente.
La reforma se justifica
plenamente, debido a los grandes daños políticos, morales, económicos y
sociales que se está causando a la República, por el régimen actual, el cual
esta fusionado con los demás poderes del Estado, para llevar a cabo su proyecto
totalitario comunista, asesorado y guiado por el régimen de Cuba, con más de 50
años en el poder, y antiguo enemigo de la democracia venezolana, el cual una
vez nos intentó invadir, y fue repelido por el institucional, valiente y leal
ejército venezolano, que una vez tuvimos, y del cual nos sentíamos orgullosos
en aquellos momentos.
Esta reflexión arriba indicada, se
hace como una contribución personal honesta y sincera, a favor de la Venezuela violada,
para prevenir que en el futuro, no tengamos
la necesidad de vernos protagonizando un escándalo con repercusiones
internas e internacionales como el que ahora nos ocupa, por tener a un gobierno
con una dirigencia desbocada, insensible, inapropiada, sectaria, negligente, excluyente y muy mal preparada,
como para gobernar a un país como
Venezuela.
Dado que no sabemos qué pasará en
el país, en el futuro próximo inmediato, se me ocurre pensar, que la única
forma de prevenir que se siga abusando de los venezolanos y violando reiteradamente la constitución en
la forma en que lo hacen actualmente, es la de sugerir reforzar a la Mesa de la
Unidad Democrática, haciendo un llamado
a todos los otros factores democráticos opositores que han estado hasta ahora
abstraídos, o en desacuerdo con las estrategias de la MUD, a que se incorporen
a la lucha común en favor de la democracia.
La idea central, sería la de
darle mayor poder, apoyo y mayor representatividad a la MUD, o a la
organización que al final resulte creada, para encabezar la lucha a favor de la
democracia, el progreso, las libertades y la justicia; en esta fase de la
máxima radicalización del gobierno.
Es importante considerar a todas
las diferentes corrientes e ideologías políticas partidistas, independientes y profesionales en esta re estructuración en la cual sea posible agrupar a partidos políticos,
organizaciones no gubernamentales defensoras de los derechos humanos, sindicatos de trabajadores, colegios profesionales, academias científicas y demás
defensores organizados de la democracia. Es una necesidad obligatoria y madura, dar un
paso al frente y acercarse a la MUD, o al revés, que la MUD invite a los
referidos sectores, para dialogar, unirse e interactuar juntos en una sola dirección de propósitos
comunes.
De lograrse esta unidad ampliada,
más coherente y representativa de toda la oposición democrática venezolana,
estaríamos en mejores condiciones políticas, como para enfrentarnos al régimen
y continuar protestando y presionando política y jurídicamente al Estado, a que respete y se apoye en la constitución y las leyes, y para que
cumpla correctamente su rol. Todavía se
estaría a tiempo de frenar los excesos del gobierno y reparar los daños
constitucionales hechos a la República y considerarlos como colaterales e
irrepetibles.
A los opositores que sigan
pensando en la tercera vía, se les hace un llamado, para realicen la reflexión
serena y necesaria, que les lleve a
reconocer y aceptar que tenemos a un adversario político en común al cual
combatir. Ese adversario está bien organizado, tiene un importante apoyo
popular, el alto mando militar y los poderes del Estado se han pronunciado
abiertamente que lo defenderán, y además, es apuntado por otros gobiernos del
mismo signo ideológico, u otras razones interesadas; razón por la cual, la única vía y forma sensata e inteligente de enfrentarlos y vencerlos es mediante la conformación de un único gran bloque democrático, que
les emplace.
Personalmente pienso que en estos
momentos no hay otra salida pacífica viable, para obligar al gobierno a
reflexionar y a respetar la Constitución. La rebelión nacional y el desconocimiento
de la legitimidad de este gobierno, sería una medida extrema e indeseada por
ahora. Pienso que no es el momento adecuado para aplicarla. Si la posición del
gobierno se endurece y se radicaliza aún más, con lo cual esta situación incierta
y angustiosa que vivimos se complicaría extremadamente, se justificaría el uso de acciones más
radicales de parte del sector opositor. Eso sí, trabajando unidos en un solo
bloque compacto y homogéneo.
No nos queda otra salida lógica y
sensata, distinta a la de seguir esperando por la suerte o recuperación del
presidente reelecto Hugo Chávez Frías, quién ojala aparezca vivo y apto para
gobernar, para que las tensiones y ánimos vuelvan a la calma y podamos
continuar con nuestras actividades rutinarias.
Por las informaciones dispersas y
herméticas que circulan, en mi opinión este último escenario es bastante
improbable que se presente, no obstante, es pertinente que nos preparemos
adecuadamente, nos organicemos y unamos monolítica y responsablemente, actuemos
con ponderación y madurez, y esperemos a
ver qué sucede. ¡Dios proteja a
Venezuela!
No hay comentarios:
Publicar un comentario