lunes, enero 21, 2013

La subasta de Venezuela


La nación más codiciada de Centro y Suramérica sin duda alguna es Venezuela. Y todo porque tiene mucho petróleo, mucha gente cándida, mucha gente codiciosa y mucha gente anti patriota. Y como si fuera poco, existen muchos gobiernos latinoamericanos con mucha gente vividora, mucha gente falsa, mucha gente bribona y mucha gente mentirosa.

La situación de Venezuela en estos momentos es sumamente delicada, crítica, impredecible e inescrutable. Su población se encuentra totalmente dividida, angustiada, descontrolada, desconfiada, desconcertada, desesperanzada, frustrada, harta, nerviosa, preocupada y sorprendida. Solo se necesita de un gran milagro, para que Venezuela no se convierta en una república bananera caótica y sin control, donde pueda ocurrir todo lo inimaginable.

Los escenarios del futuro inmediato político son tan impredecibles, que ningún analista político que se aprecie, se atreve a afirmar ni a predecir absolutamente nada. Ni siquiera es posible vaticinar cómo llegaremos al próximo mes de febrero de 2013.

¿Habrá ausencia temporal o absoluta? ¿Seguirá Hugo Chávez vivo, o muerto? ¿Quién será el presidente, si lo hubiere? ¿Habrá nuevas elecciones presidenciales, cuándo? ¿Cuántos aspirantes a presidente surgirán? ¿Se habrá unificado la oposición? ¿Surgirán nuevos líderes políticos? ¿Permanecerá el chavismo unido? ¿Quién tendrá la mayoría política, el chavismo o la oposición? ¿Habrá algo de república para entonces? ¿Quién tendrá el control político en el chavismo? ¿Habrá gobernabilidad? ¿Habrá elecciones para alcaldes? ¿Se habrá devaluado la moneda? ¿Cuál será el nivel de inflación? ¿Aumentará la escasez? ¿El estado comunal seguirá su ruta? ¿Cuál será la situación de PDVSA luego de haber sido calificada de riesgosa?

Mucho menos se puede adelantar la solución sensata y realista que requiere Venezuela con urgencia, para salir de la dificultad, en la que ha estado inmersa. Un sinnúmero de variadas y complejas crisis, a saber: política, social, institucional y económica, una peor que la otra.

Llegar a soluciones pacíficas y compartidas entre los venezolanos, pareciera que es una misión imposible. Aún, cuando ambos bandos políticos tengan elementos válidos para la concertación, pareciera que el momento no se presta mucho para ello. Todo pareciera indicar que la “guerra política” debe continuar “a muerte” hasta quién sabe cuándo.

Mientras tanto, nosotros, los de a pie, no dormimos bien, tenemos pesadillas, elucubramos más de la cuenta, nos volvemos irritables, estamos desconcertados, no disfrutamos de la vida, vemos fantasmas por doquier, no tenemos a quien preguntarle ¿pana, cómo van las cosas?

La vía lógica a seguir es la de respetar lo establecido en la constitución, lo cual dependerá de la voluntad política del chavismo de aceptarlo. ¿Lo harán? No lo creo. Estos son mis pensamientos del momento. Espero estar equivocado y que los escenarios a esperar no sean tan dramáticos como los estoy presintiendo. Honestamente amigo lector, no hay manera de ser optimista.

Solo falta la solución extrema, de colocar un aviso en los medios de comunicación que diga: “Se vende al mejor postor Nación en CAOS. Favor dirigir su ofertas al señor Raúl Castro en la Habana, Cuba; con copia al señor Nicolás Maduro en Caracas, Venezuela”. 

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