jueves, junio 03, 2010

No quiero a Hugo Chávez,……. ¡Pero de la revolución bolivariana no me saca nadie!

Guillermo A. Zurga, viernes 28 de abril de 2010.

Para un buen entendedor, posiblemente esa extraña expresión significa que: “no me gusta el estilo personalista político administrativo dominante de Chávez de cómo conduce a mi amada revolución bolivariana”. Si esa es la explicación, entonces me pregunto: ¿Qué es la revolución bolivariana?

Por el fervor con que algunos de los chavistas disidentes siguen apegados a la revolución bolivariana, aún cuando el líder supremo e indiscutido de la misma: los maltrata, los ofende, los ridiculiza, los acusa de traidores a la revolución, los margina, y hasta los mete presos; no deja de ser un caso de estudio sociológico y político importante que alguien tiene que estudiar y divulgar, para la cultura general del venezolano.

Amar y defender a la revolución bolivariana, no obstante que ésta ha sido desde el punto de vista moral, económico, político y social un total fracaso, no pareciera tener sentido común ni lógica. Una revolución que ha gastado un billón de dólares en once años y aún existen en el país grandes carencias en: salud, educación, servicios públicos, justicia, infraestructura vial, viviendas, productividad, producción de alimentos, industrialización, tecnología, etc., no merece ser defendida por nadie que se considera un ser pensante.

Sin duda alguna, que la revolución bolivariana ha tenido algunos éxitos, la mayoría de los cuales no le han servido al venezolano común para alimentarse, progresar y crecer como persona y familia. Al menos, Venezuela ha sido promocionada a nivel mundial como nunca se había hecho por ningún otro gobierno. Lamentablemente, esta promoción se ha hecho negativamente, para que países forajidos del tercer mundo nos reconozcan como una nación anti imperialista que desea incorporar un sistema socialista de gobierno, que la población mayoritariamente rechaza.

Otro éxito negativo e innegable de la revolución bolivariana, ha sido el de destruir al sistema productivo venezolano para convertirlo en fábricas inoperantes, cooperativas fantasmas, comunas fracasadas y en galpones vacios; por la persecución violenta y sanguinaria que la revolución ha emprendido contra los capitalistas del sector privado, quienes son acusados arbitraria e injustamente sin pruebas de especuladores y hambreadores del pueblo.

Una de las premisas más importantes de la revolución bolivariana fue la de promover la unidad y la solidaridad entre las naciones latinoamericanas. Para cualquier latino, ese ha podido ser un gran y anhelado sueño que ha debido ser respaldado por toda Latinoamérica. Lamentablemente, el enfoque que le dio la revolución bolivariana a esta supuesta unidad y solidaridad Latinoamérica fue excluyente y exclusiva, para los países que profesasen la ideología política de extrema izquierda (socialista/comunista), alimentada con odio y rencor hacia los países considerados por estos como imperialistas y por ende capitalistas. Por supuesto, lo que se ha conseguido con esta premisa ha sido de desunir profundamente a Latinoamérica en varios bloques irreconciliables, que de paso ha avivado un armamentismo sin precedente alguno en la región.

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