martes, enero 03, 2017

Venezuela necesita más líderes demócratas.

Para los demócratas opositores que tienen vivir dentro de una dictadura comunista, militar o de cualquier otro tipo, significa, que debemos aprender a vivir en la clandestinidad o en el exilio. Debemos mentalizarnos para eso. Cuando viví la dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez, era un joven estudiante sin grandes problemas, puesto que había comida, seguridad, progreso económico, el bolívar era una moneda fuerte, cada año se inauguraba una gran obra, se estaban eliminando los ranchos en Caracas, la seguridad ciudadana en las calles era óptima. Mucha gente estaba feliz. Otros eran perseguidos, torturados y desaparecidos. Sin embargo, era una dictadura, donde se añoraba la libertad, por sobre todas las cosas. El liderazgo político clandestino en el país era de primera y muy valiente. Fueron varios los líderes de Acción Democrática, del Comunismo, de URD, y de Copei: que entregaron sus vidas por la causa de la democracia.
Ante la posibilidad de una dictadura comunista, parecida a la cubana, en comparación a la de Marcos Pérez Jiménez, la preparación de la oposición debe ser mucho más rigurosa y exigente para enfrentarla. En esta ocasión, a las libertades que añorábamos en el anterior régimen o dictadura militar, debemos agregarle: la falta de: comida, las colas para adquirirla, la inseguridad personal, la falta medicinas y de salud, la falta de liquidez, la corrupción galopante, del control cambiario, de la irracionalidad del presidente, del deterioro de la altamente deteriorada infraestructura física del país, de la devaluación, de la destrucción de PDVSA, y de servicios básicos.
Es decir, habría muchos más argumentos del pueblo, para luchar con una dictadura comunista, como la que pudiéramos tener con Nicolás Maduro y sus fanáticos dementes y descontrolados. Se necesitaría de una morbosidad sin límites y un despego absoluto de la patria, la familia, la moral y la sensatez, para no luchar contra ese proyecto político desquiciado que nos pretenden imponer por la fuerza de las armas. Cuando el pueblo despierte y entienda a cabalidad, lo que está en juego, y el sufrimiento extra al que se expone, por no luchar contra esta tiranía, entenderá por qué la oposición no le dará tregua al gobierno para que nos oprima como pretende hacerlo.
En esta oportunidad en que se necesitan líderes políticos de envergadura dispuestos a luchar y a vencer a la maldad, la injusticia, y la corrupción. Debemos reflexionar sobre el lado del cual nos colocamos. Es incomprensible que un venezolano como el músico Gustavo Dudamel, declare lo siguiente: "No quiero tomar ninguna posición sobre la situación de mi país". ¡Qué pobre diablo es ese personaje!. Supongo que con tantos viajes que realiza, no tiene tiempo de leer las noticias. Me pregunto: ¿Es que necesita de la colaboración económica del gobierno para sobrevivir?
Venezuela es un país de líderes y de liderazgos. Lo hemos demostrado en infinidad de oportunidades. Un líder político debe creer en la democracia y defenderla del totalitarismo. En el comunismo ni en otro tipo de dictadura, no existen líderes políticos puesto que no aceptan la pluralidad de ideas. Tampoco creen en las lecciones libres y trasparentes, puesto que las decisiones las toma un grupo autoritario de adoctrinados. ¿Siendo la democracia el mejor sistema de gobierno que existe en el mundo, que nos puede hacer pensar que el sistema comunista es mejor que el sistema de gobierno democrático?
Los nuevos líderes políticos de la nueva Venezuela, deben ser demócratas, que defiendan: el Estado de derecho, la pluralidad de ideas, las libertades individuales, los derechos humanos, la libertad de expresión, la propiedad privada, el derecho a elegir mediante el voto, la justicia ciega, la ética, etc. Por sobre todas las cosas un líder democrático, cree en la constitución y la respeta. Bienvenidos los nuevos líderes políticos venezolanos, que engrosarán las filas de la democracia.

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