lunes, mayo 18, 2015

Debilidades que nos impiden avanzar hacia el éxito.

Venezuela, al igual que la mayoría de los países latinoamericanos, tiene en su población, debilidades  irreconciliables con el éxito, que nos impiden alcanzarlo plenamente como nación, aún con todo lo bondadosa que han sido la naturaleza y Dios con nuestra tierra.

La flojera, el conformismo, el odio, el egoísmo, el facilismo, la educación fallida, el populismo, la corrupción y la indolencia; parecieran ser marcas congénitas de fábrica que nos ha dejado el destino; como para que no intentemos triunfar más allá de lo necesario para sobrevivir.

El venezolano es un caso único para los estudiosos de la antropología, la historia, la sociología, la política y la economía; disciplinas éstas, que aún no se explican, el por qué una nación que ha tenido casi todas las bendiciones del universo, no ha despegado hacia el éxito. Algunos alegan que esas bendiciones acaso han sido la raíz de nuestro problema; puesto que jamás habíamos sido puestos a prueba como nación luchadora en contra de las adversidades. Quizás con la actual crisis, nos llegó el momento de demostrarlo al mundo.

Mientras tanto, seguimos buscando a culpables de nuestras desgracias, en: los españoles, los europeos, los gringos, al capitalismo, los conservadores, los oligarcas y pare usted de contar. Cuando apareció el petróleo en Venezuela, a principios del siglo XX, un insigne escritor,  historiador e intelectual visionario llamado Arturo Uslar Pietri, califico a ese maravilloso hidrocarburo, como el estiércol del diablo, anticipándose sabiamente a lo que se nos se venía encima.

Hay quienes piensan que toda la culpa de nuestros fracasos se debe al actual gobierno. Otros piensan, que con solo salir del gobierno actual, Venezuela resolvería sus viejos y ancestrales problemas. Nada es más incierto que eso. Nuestras culpas y errores vienen siendo arrastrados desde hace mucho tiempo. Nos cuesta reconocer, que los culpables somos nosotros, los venezolanos.

Si bien es cierto que el actual gobierno declarado marxista leninista, fracasó estrepitosamente, y merece ser sustituido por otro más eficiente y progresista; también es cierto que no sería el único impedimento para lograr desarrollar a Venezuela tal como lo desearíamos, para beneficio “real” de su pueblo.

Un simple cambio de gobierno con un sistema totalitario, por uno democrático, sería mejor en muchos aspectos; pero tal condición es insuficiente para avanzar hacia el éxito. Harían falta reformas profundas, mejoras en la educación y en los valores humanos y éticos de la población, profundización en los liderazgos, cambios inteligentes y necesarios en la constitución, auto censura y sinceridad de los líderes que conducirían a Venezuela a otro nivel de nación. Esas reformas fundamentales no se lograrían tan fácilmente.

La población de Venezuela está seriamente enferma y necesita urgentemente de alguien quien la cure. Esto no será posible lograrlo de la noche a la mañana, ni sucederá por obra y gracia del espíritu SANTO. Se requerirá voluntad política y esfuerzos colectivos unidos y variados de emprendedores reales. Estos emprendimientos, deben ser bien estructurados, promovidos y coordinados por líderes venezolanos legítimos a carta cabal, para lograrlo con éxito.

Hemos sido incapaces en el tiempo en lograr cambios sustanciales en nuestra mentalidad, idiosincrasia y forma de ver al mundo. Hemos sido incapaces de lograr la siembra del petróleo tan evidente y vital, para lograr ser multi productores y garantizar así nuestra subsistencia, sin frustraciones ni incertidumbres. Seguimos siendo apreciados y respectados en el continente, por la gesta heroica de un grupo de ciudadanos venezolanos quienes arriesgaron sus vidas, comodidad y fortunas,  para contribuir a liberar a gran parte de Sur América del colonialismo español de la época, que nos explotaba.

Doscientos años después, seguimos pensando como los protagonistas de esa época. Peor aún, seguimos actuando como ellos, sin percatarnos de que vivimos en el siglo XXI, y las cosas han cambiado enormemente.

No voy a explicar en detalle lo de las debilidades del venezolano en general, ni justificar si son todas las que mencioné arriba las que deben ser especificadas, dado que no soy experto en la materia. Sin embargo sé que las tenemos y en demasía. Admito igualmente que tenemos fortalezas, para explotar y aprovechar en beneficio de Venezuela, lo cual sería hermoso que alguien se percatara y promocionara con verdadero fervor y patriotismo auténtico.

Tomará décadas cambiar a Venezuela para mejorarla integralmente. Se requerirá de abundantes y variados recursos para lograrlo. Será necesaria una larga etapa de reconciliación dado el grado de segmentación y polarización hoy existente. Será necesario inventariar todo el daño físico, político, social, económico, institucional y moral hecho a la nación por el actual gobierno, y establecer un cronograma para la reedificación, reparaciones y/o cambios necesarios para enmendar ese gran daño hecho por el actual gobierno.

Para el nuevo gobierno de Venezuela, no habrá excusas que valgan para eludir el enorme compromiso que deberá contraer con el país y su pueblo. La idea de este mensaje esperanzador, es la de despertar conciencia en los venezolanos y su liderazgo. Expresar abiertamente que no estamos tan bien como muchos se lo creen y/o nos lo hacen creer. Debemos reflexionar seriamente, sobre las múltiples oportunidades que ha tenido Venezuela para crecer en grande, y las ha des aprovechado, mejor dicho, vilmente desperdiciado.  Apreciado lector, le exhorto a tomarse algo de su valioso tiempo para meditar sobre ello.

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