martes, enero 01, 2013

La gran pesadilla del venezolano


La “revolución bolivariana” se edifico en base a mentiras, revanchismo, populismo, odio, corrupción, improvisaciones e ilegalidades. Muchos creemos, que ésta caerá estrepitosamente, cuando su líder desaparezca o merme su capacidad para ejercer el mando, debido a la gravedad del estado de su salud. Solo el presidente Hugo Chávez, dado su liderazgo y enorme poder que se ha endilgado, pudiera garantizar ejercer por algo más de tiempo, el control del CAOS gubernamental que nos afecta a los venezolanos, el cual empeora cada día.

No existe la constitucionalidad necesaria, que garantice la gobernabilidad en el destino inmediato de Venezuela. Todos los Poderes del Estado sin excepción, están penetrados por la mediocridad, la amoralidad, la parcialidad, el fanatismo, los intereses económicos y la indolencia. O sea, que los venezolanos estamos en la presencia de un vacío de poder generalizado, consecuencia de las políticas y decisiones gubernamentales erradas y estilo de gobernar totalitario, donde cualquier cosa podría pasar en muy breve tiempo.

El país está secuestrado por la mediocridad, y los intereses internos y foráneos que en estos momentos luchan decididamente por sus privilegios y posiciones. La lucha soterrada que se desarrolla, pareciera ser feroz y brutal. El interés foráneo del gobierno comunista de Cuba, pareciera que jugará un rol fundamental en nuestro destino inmediato, con la anuencia y permisividad del gobierno bolivariano. Se dice, que las FANB adelantan movimientos militares preparatorios, con participación de civiles y militares cubanos, para contener y aplastar cualquier tipo de manifestación que pretenda poner en peligro a la revolución bolivariana.
Estamos a la espera de una decisión que no depende de alguien en particular, puesto que estaría en manos del destino. De Dios depende el futuro de Venezuela. Si le da vida, si deja que fallezca, o si le permite vivir incapacitado para gobernar. Todos oramos para que Dios decida sanar y prolongar la vida al presidente, para que éste termine de gobernar. Esa seria la solución humana y piadosa esperada por la oposición. Cualquiera de las otras dos soluciones sería indeseable, impredecible, peligrosa, y hasta pudiera convertirse en sangrienta.

Muy pocas veces, Venezuela ha empezado un nuevo año con tanta incertidumbre y angustias entre su población. El liderazgo de todas las tendencias pareciera estar petrificado, y/o a la espera de lo que Dios decida hacer. Hay como una barrera invisible que impide ver o predecir lo que sucede entre bastidores en el seno de los factores de poder civil y militar.

El gobierno se ha negado reiteradamente el permitirle a toda Venezuela, estar informada veraz y oportunamente en detalle, sobre el estado real de la salud del presidente Hugo Chávez. Hoy vivimos en base a rumores, los cuales abundan de todo tipo, unos más pesimistas que los otros. La guerra sucia arrecia, empeora y se hace más patética.

Ante este panorama tétrico que se cierne sobre nuestro país, los venezolanos intentamos seguir nuestras vidas como si nada estuviese ocurriendo. Fingimos contrarrestar esta tragedia con acciones rutinarias como lo hacemos cada día normal. Reímos, bailamos, hacemos chistes, viajamos, tomamos, escribimos y hacemos planes para el futuro. No obstante, sabemos que estas vivencias no son espontaneas, e internamente rogamos que esto que estamos viviendo, resulte ser una gran pesadilla pasajera que vivimos soñando despiertos.
  

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