Ante
la grave crisis de escasez, desabastecimiento, inflación, altísimos precios, e
indefensión económica en que se encuentra el venezolano, el gobierno en lugar
de dar un giro adecuado y pertinente a sus nefastas políticas económicas, se ha
dedicado a fomentar los conucos y fincas comunales, ignorando y despreciando la
era de la industrialización, que vive el mundo desde el siglo XVIII. Hemos
visto por la televisión del Estado, a la primera dama de la republica
exhortando a campesinos y pequeños inversionistas a desarrollar al campo
abandonado en gran parte debido a una realidad irrefutable.
Aún
cuando los conucos y fincas son importantes y necesarios en toda nación, es
importante destacar, que éstos solo satisfacen las necesidades parciales de
grupos reducidos de consumidores de productos de la tierra y del campo. Quienes
ejercen esas actividades las hacen más por amor al campo y manutención de sus
familias que por el disfrute de un negocio rentable. Por otra parte, no
olvidemos los insumos en materias primas, herramientas y servicios que
requieren éstos campesinos y ganaderos en sus actividades, que como sabemos
también están severamente limitados y/o inexistentes en el país.
Desestima
el gobierno con soberbia, que la solución a nuestro gigantesco problema es
mediante el desarrollo de la industrialización para la producción masiva de alimentos
y bienes de servicio; única manera de rebajar costos y ofrecerles mayores
beneficios a la población. Y yendo más allá, no se trata solamente de no
morirnos de hambre, se trata de desarrollar y modernizar al país, dotado de
muchas y variadas riquezas naturales a
la vista para explorar y explotar en beneficio de todos los venezolanos.
Se
trata de aumentar, diversificar y modernizar las industrias en Venezuela, para
no seguir viviendo del rentismo petrolero y podamos así, tener diferentes
fuentes de ingresos de divisas, aumentando las exportaciones, tan precarias y
prácticamente inexistentes en la actualidad. Se olvida el gobierno que hemos
entrado al siglo XXI, donde las naciones deben por necesidad, eliminar
paradigmas y preparar a sus respectivas naciones para los exigentes retos del
futuro, los cuales ciertamente, no dependerán de conucos ni fincas como medio
de desarrollo industrial, rentable y productivo. Esta es una gran realidad que
el gobierno no termina de entender ni de aceptar.
Dado
que desde el punto de vista político,
ideológicamente el gobierno continua creyendo que, el rentismo, el populismo, la demagogia y el marxismo
leninismo aún están vigentes, los
venezolanos nos encontramos entrampados y en un estado de indefensión
inaceptable. Si a lo anterior sumamos los abiertos casos de corrupción masiva
de parte de militares y funcionarios del gobierno, así como la negligencia manifiesta del
gobierno; es fácilmente deducible que este gobierno no podrá resolver las
crisis existentes en todos los ámbitos de nuestras vidas.
Dado
que al presente periodo presidencial le quedan constitucionalmente algo más de
3 largos años de gobierno, es pertinente e imprescindible buscarle una solución
constitucional democrática e inmediata, para sacarlo del poder antes del
término de su periodo constitucional que dejó de ser legal. Ante la
insoportable situación actual, los venezolanos que padecemos terriblemente con
lo que sucede en el país, tenemos a
nuestro favor, el hecho de que la constitución y leyes contemplan varias formas
de hacerlo. No obstante, será necesario apoyar en las elecciones parlamentarias
del 6D a los representantes políticos opositores al actual gobierno, para ganar
holgadamente la mayoría en la Asamblea Nacional. De tal manera, que estos
diputados, con visión más amplia y moderna, podrán utilizar los instrumentos
legales y constitucionales para llevar a cabo esa magna tarea.
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