La dictadura de Cuba, inspirada en el marxismo
leninismo, nació para hacerle las cosas bien difíciles a los EE.UU. En mi
opinión, Cuba ha sido el país más pequeño que ha causado el mayor daño político
a la nación norteamericana, en más 50 años, desde que esa nación se declaró
marxista leninista y aliada de la extinta URSS y de la actual Rusia.
El envío de tropas cubanas al África (1975-2002),
para contribuir con la instalación del comunismo en Angola, durante la guerra
fría, a pesar de las penurias económicas y dificultades políticas que venía
confrontando Cuba, son ejemplo evidente del fanatismo extremo de esa dictadura
y del odio exacerbado que han sentido desde entonces hacia las democracias.
Otro ejemplo del peligro y costo que ha
significado Cuba para los EE.UU. fue la temeraria irresponsabilidad del
gobierno dictatorial de Cuba de permitir en su territorio la instalación de
bases para el lanzamiento de misiles con cargas nucleares apuntando al
territorio norteamericano, hecho este conocido como la crisis de los 13 días durante
octubre de1962, tiempo durante el cual casi se produce una guerra nuclear entre
los EE.UU., y Rusia. La guerra se evitó milagrosamente, gracias a las
concesiones políticas y militares que tuvo que ofrecer EE.UU. a Rusia como
precio para eliminar tales bases en Cuba.
Como asunto que confirma la conducta demencial
de Fidel Castro, y demuestra el poco respeto por su pueblo, según
correspondencia habida entre Nikita Kruscheff (Jrushchov) y Fidel Castro, este
ultimo dio su visto bueno, para que el primero no cediese ante la presión
norteamericana y continuase con la instalación definitiva de las bases, aún a
sabiendas de que el primer país en ser borrado del mapa mundial sería la Isla
de Cuba. http://www.cubanet.org/htdocs/ref/dis/10140201.htm
Lo que sucede actualmente en gran parte de
Latinoamérica y la pretendida aspiración de imponer al socialismo o marxismo
leninismo en esta región, no es casualidad ni un accidente político aislado. Es
parte de un proyecto y aspiración del megalómano Fidel Castro (apoyado y
asistido por Rusia), de convertir a toda Latinoamérica en enemiga de los
EE.UU., empezando por pretender reemplazar a los gobiernos democráticos por
gobiernos totalitarios, atacar al sistema económico capitalista e intentar
destruirlo, aún cuando toda la región latinoamericana se arruinase, tal como
sucede con Argentina y Venezuela y el enorme desequilibrio fiscal en ambas
naciones, con Brasil en la sala de espera de no reaccionar a tiempo.
El viaje
de Fidel Castro en 1959 a Venezuela, tenía como propósito vital
convencer al recién electo presidente Rómulo Betancourt defensor continental de
la democracia, para que Venezuela contribuyese política, moral y
financieramente con su proyecto continental. La negativa contundente de Rómulo Betancourt lo enojó y
suspendió su visita al país, para convertirse en enemigo acérrimo de éste y de la
democracia de Venezuela. El fracaso y muerte del Che Guevara en Bolivia, entre
muchos otros fracasos, no amilanó a los Castro en insistir intentando imponer
su proyecto socialista por otras vías.
El asedio por los Castro a las democracias
latinoamericanas, se ha hecho en diferentes formas y maneras. A saber:
En Colombia viene intentándose desde hace 50
años por medio del narco terrorismo de las Farc y el ELN. Ahora después de
medio siglo de lucha armada, muertes y secuestros, intentan abrir en Colombia un
frente político con las gestiones de paz a las que se prestó el presidente JM. Santos,
e intentar sumar Colombia al club del socialismo por la vía electoral tal como
sucedió con Venezuela y otras naciones.
En Chile se intentó en los años 70 por la vía
electoral con Salvador Allende como presidente, vía esta que fue impedida en
1973 por los militares con ayuda de los EE.UU. y el establecimiento de una
férrea dictadura de derecha que se extendió por unos 20 años.
En Bolivia lo intentaron mediante las
guerrillas dirigidas por el Che Guevara, la cual fracasó, con la captura y
muerte de éste en 1967. En Nicaragua y Centro América se intentó por medio de
las guerrillas del frente Farabundo Martí, las cuales fueron derrotadas por los
Contra, financiados y apoyados por los EE.UU.
En Venezuela lo intentaron varias veces,
durante el gobierno de Rómulo Betancourt (1959-1964), con intentonas de golpes
de Estado fallidos. Al fracasar en todos ellos, intentaron la invasión cubana fallida
por las playas de Machurucuto, en Mayo de 1967, para introducir en el país
mercenarios cubanos, con el propósito de entrenar a guerrilleros venezolanos en
montañas de los andes que pretendían derrocar al gobierno democrático de Raúl
Leoni. La segunda vez, por la vía del golpe de Estado fallido del 4 de febrero
de 1992 ejecutado por Hugo Chávez Frías, quién luego lo logró por la vía
electoral en 1998. Después de haber sido electo democráticamente, Hugo Chávez, en
un cobarde e inverosímil engaño a la nación; se declaró marxista leninista y
parte de una revolución denominada bolivariana que posteriormente aglutinó a
los gobiernos de Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Nicaragua y Uruguay.
EL FORO DE SAO PAULO. Cito SIC Wikipedia:
En el momento de su fundación en 1990, el único miembro que ejercía el poder
ejecutivo en un país soberano era el Partido Comunista de Cuba. Veinte años después la mayoría de
sus miembros accederían mediante las urnas a ejercer el gobierno en distintos
países o formarían parte de coaliciones oficialistas, otros llegarían a ser
primera fuerza de oposición. La elección por medios democráticos de Hugo Chávez en 1998 en Venezuela representó
la llegada al poder del primer gobierno de izquierda en muchas décadas en
Latinoamérica y el primer gobierno de un partido
miembro del Foro de Sao Paulo (el entonces MVR futuro PSUV)
después de Cuba .
Le siguió el triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva del Partido de los Trabajadores en 2002 en Brasil,
luego Tabaré Vázquez del Frente Amplio en Uruguay en 2004, Evo Morales por
el Movimiento al Socialismo en Bolivia en
2005, Michelle Bachelet del Partido Socialista de Chile en 2006, Rafael Correa por Alianza PAIS en Ecuador en 2006, Daniel Ortega por
el Frente Sandinista de Liberación
Nacional de Nicaragua en 2006, Fernando Lugo por
la Alianza Patriótica para el Cambio (hoy Frente Guazú) a la
cual pertenecen varios miembros del Foro de Sao Paulo en Paraguay en 2008, José Mujica por
el Frente Amplio en Uruguay en 2009, Mauricio Funes del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional de El Salvador en 2009, Dilma Rousseff por
el Partido de los Trabajadores de Brasil en 2010, Ollanta Humala por
el Partido Nacionalista de Perú en 2011, Nicolás Maduro del Partido Socialista Unido de Venezuela en 2013,
Michelle Bachelet del Partido Socialista de Chile de nuevo en 2014 y Salvador Sánchez Cerén del Frente Farabundo Martí de
Liberación Nacional en 2014. También hubo miembros del Foro de Sao Paulo que
han formado parte de las coaliciones gubernamentales que respaldaron la
candidatura y eventual gobierno tanto de Néstor Kirchner como
de su sucesora y esposa Cristina Fernández en Argentina, como
el caso del Partido Comunista de Argentina Congreso Extraordinario.
También puede destacarse que
los partidos dominicanos Partido de la Liberación Dominicana y Partido Revolucionario Dominicano ambos son miembros del Foro y
han tenido varios gobiernos en República Dominicana. En México el Partido de la Revolución Democrática es la principal fuerza de
oposición y ostenta varias gubernaturas y la jefatura en Ciudad de México y en Costa Rica el Partido Frente Amplio fue el tercer partido más
votado en las últimas elecciones nacionales.
La asociación con Hugo
Chávez y su sucesor, Nicolás Maduro y al “chavismo” por la pertenencia al Foro
ha reverberado en las campañas electorales de diversos países latinoamericanos.
Candidatos rivales a menudo acusan a candidatos de partidos miembros del Foro
de ser “chavistas” y/o estar ligados a los intereses de Venezuela o querer
plantear un gobierno similar al venezolano. Esto sucedió por ejemplo a Ollanta Humala en
Perú, Andrés Manuel López Obrador en México, José María Villalta en Costa Rica y
Salvador Sánchez Cerén en El Salvador, en
algunos casos como los de López y Villalta, pudiendo haber sido una de las
causas para que perdieran las elecciones. Fin de la cita.
Lo que no logró
Fidel Castro diplomáticamente en 1959 durante su visita a Venezuela, ni por la
fuerza de las armas con la invasión que intento en 1967, ni con las FARC y el
ELN en Colombia donde han muerto cientos de miles de colombianos, ni en Bolivia
con el Che Guevara; lo logró sin hacer un solo disparo, gracias a la entrega vil
y traidora por Hugo Chávez Frías, de la República de Venezuela a la causa del
socialismo (léase comunismo) que tanto ambicionaba el egocéntrico y megalómano
de Cuba, para Latinoamérica. De allí en adelante todo ha sido fácil para la
dictadura marxista leninista de Cuba.
Con el dinero
venezolano, se evitó el colapso económico de Cuba, se compraron conciencias de
personajes que actuarían en favor de la revolución bolivariana, se financiaron
campañas electorales de candidatos del Foro de Sao Paulo, se invirtió
fuertemente en campaña mundial de divulgación de la revolución, se construyó
una inmensa red de comunicaciones a favor del marxismo leninismo, se compraron
armas para rearmar a las FARC colombianas, se ayudo financieramente a gobiernos
con necesidades, tales como: Argentina, Bolivia, Cuba, Ecuador, y Nicaragua,
entre muchos otros gobiernos.
Una vez que Luiz
Inácio Lula da Silva fue electo presidente en 2002, se intensificó el comercio
entre Venezuela y Brasil, el cual era insignificante. Empezó a sentirse la
presencia, participación y supremacía de Brasil en la revolución socialista y
hasta se habló de construir entre ambos gobiernos una refinería a ser ubicada
en Brasil, con financiamiento de Venezuela.
El imprevisto
crecimiento económico de Brasil durante los dos periodos presidenciales de Luiz
Inácio Lula da Silva, al parecer, debido al crecimiento del comercio con
Latinoamérica, pero cerrándose al comercio mundial, en especial con los países
europeos y con los EE.UU. en particular. En el gobierno de Dilma Rousseff, se
empezó evidenciar el decrecimiento económico, y el fracaso de sus políticas
internacionales, cada vez más limitadas y excluyentes a la globalización.
El decrecimiento
económico en Brasil, la corrupción, sus políticas de inversión y sociales fallidas en energía y vialidad,
aunadas a las limitaciones proteccionistas impuestas a Mercosur de impedirle negociar
libremente con quién lo desease y convenga, so pena de ser sancionado por el
organismo; estarían obligando al gobierno de Brasil a un cambio sustancial en
sus políticas económicas e internacionales.
El hecho de que
Dilma Rousseff no haya podido ganar las elecciones presidenciales en la primera
vuelta muestra al gobierno del Brasil en
una posición comprometedora, con la posibilidad de perder las elecciones en la
segunda vuelta. De ser así, el nuevo presidente de Brasil, tendrá que cambiar el
modelo económico socialista al sistema económico de libre mercado (o mantenerse
navegando entre ambos modelos), para retomar la vía del crecimiento económico
en ese país.
De darse tal posibilidad,
esta representaría una catástrofe para el proyecto socialista promovido por la
dictadura cubana, el cual el gobierno democrático del Brasil decidió
espontáneamente apoyar e impulsar en su rol de país líder suramericano.
Esta posibilidad casi
inminente de que Dilma Rousseff pierda las elecciones en Brasil, tiene
angustiados a los líderes de los países que pertenecen a este proyecto político
socialista, cuyo propósito primario está orientado a: combatir al capitalismo,
impulsar las relaciones políticas y económicas con dictaduras y países de
doctrina política marxista leninista, de aupar el antinorteamericanismo y el anti
occidentalismo, etc.
La política
exterior de Brasil a finales del siglo XX, impulsada por ex presidentes que
antecedieron a Inácio Lula Da Silva, al ubicarse esta política entre el primer
y tercer mundo, fue parcialmente exitosa, puesto que ciertas contradicciones, aunadas a la ambigüedad
política del modelo económico adoptado “autoritario capitalista” le impidió
acelerar el desarrollo de su propia economía. http://www.nuso.org/upload/articulos/550_1.pdf
A llegar el izquierdismo
marxista leninista al gobierno de Brasil, conducido por Luiz Inácio Lula da
Silva, el cambio en la política internacional no se hizo esperar, empezando por
el alejamiento de Brasil de los EE.UU. y del ALCA, aunado al fortalecimiento y
ampliación de Mercosur. Al mismo tiempo, Brasil se acerca política y económicamente a Rusia y China,
entre otros gobiernos que adversan políticamente a los EE.UU. Es decir, Brasil
decide incorporarse plenamente en el proyecto cubano socialista contra el
capitalismo, que tanto había soñado lograr Fidel Castro.
Contrastados estos
dos modelos económicos (capitalista – versus mixto o fuertemente estatista), y visto
el descalabro hacia donde apunta la economía actual del Brasil, no es de
extrañar que la sociedad brasileña clame por un regreso al anterior modelo
económico capitalista; incluidas mejoras necesarias para garantizar su
funcionamiento y aplicaciones plenas.
De cambiar Brasil
sus políticas internacionales obligado por su futuro económico incierto, es probable
que estos cambios también se produzcan en Argentina y Venezuela posteriormente en
sus respectivas próximas elecciones presidenciales (2015 y 2019). De
concretarse esto, ello representaría el desmembramiento de un proyecto
socialista nacido en Cuba, el cual jamás
ha tenido las más mínima posibilidad de éxito, visto su estrepitoso fracaso a
nivel Mundial por inviable.
El hecho de que hoy
Brasil sea víctima de sus propias políticas, debería servir de reflexión para
latinoamericana, y obligarla a repensar nuestras tendencias reiterativas de
pretender incriminar a los EE.UU., a Occidente, y a las democracias
participativas; por nuestras miserias y problemas, en lugar de analizar nuestras
políticas y actuaciones y reconocer nuestros errores. No tiene sentido enemistarse caprichosamente,
por odio, rencor, envidia o complejos absurdos, con un país americano, líder
mundial en: libertades, progreso, modernidad, educación, ciencia y tecnología,
etc...
El sistema económico
de libre mercado, ha demostrado ser un sistema económico exitoso y confiable,
como para pretender cambiarlo por un sistema económico socialista fracasado,
que hasta la China comunista se convenció de ésta cruda realidad, razón por la
que cambió su modelo económico y se sumo al uso del sistema económico
capitalista, con sólidos resultados.
Es cierto que las
naciones tienen el derecho a escoger el modelo económico que les sea más
beneficioso, dentro de la constitución y leyes de esas naciones. Pero ese
viraje violento de 180º que pretende dar la extrema izquierda de, Latinoamérica
de plegarse al proyecto político socialista marxista leninista (estimulado por
Cuba) y todo lo que él representa en materia de: restricción de las libertades
civiles y económicas en general, las limitaciones de la libertad de expresión,
la violación de los derechos humanos en particular, del control de los demás
poderes del estado por el poder ejecutivo; es una arbitrariedad, un sinsentido
e irresponsabilidad de tal ideología, que dicen representar a las mayorías y
desear lo mejor para éstas; cuando en verdad las empobrecen más, ya que solo
les interesa el poder político y lo que éste representa.
Brasil, un país
rico y privilegiado en bellezas y riquezas naturales, tan grande territorialmente
como los EE.UU, con una población algo menor; no ha podido encontrar la brújula
del éxito económico que le corresponde lograr, quizás por las tantas
ambigüedades y contrastes políticos que le impiden definirse como nación
auténtica de un país americano, que pareciera negarse a serlo. Un país con un
enorme territorio por desarrollar, que se niega a hacerlo por la falta de
voluntad, y visión que limitan el emprendimiento. Un país que se empeña en
proteger a una dictadura brutal y tirana
como la de Cuba, entre otras, que impide al pueblo cubano disfrutar de las
libertades que les corresponde como seres humanos, por el solo hecho de
llevarle la contraria a la política de EE.UU.
Suramérica, con
Brasil como líder, comete un grave error al negarse a ser un amigo sincero y
leal de los EE.UU., por intentar proteger a una dictadura longeva que se niega a darle la libertad a su
pueblo y les permita elegir espontáneamente a sus gobernantes, para intentar
crecer y desarrollarse como nación auténtica, libre y soberana. Brasil con esta
actitud, de aliarse al marxismo leninismo, no castiga ni daña al pueblo
norteamericano. Castiga y daña al pueblo cubano que resiste desde hace algo más
de 50 años a esa dictadura comunista que les robó su pasado, su presente y su
futuro.
Los
latinoamericanos en general, deberíamos sentirnos orgullosos de tener como
vecino a la nación más exitosa en la historia moderna del mundo. La que es
vista por muchas naciones como esperanza, para su futuro. Donde los sueños se
hacen realidad. La que defiende la democracia, las libertades y la justicia. La
que inspira a emprendedores del mundo. La que ha contribuido más con la
humanidad en ayuda; económica, social, educacional, deportiva, salud, militar,
etc.