El
Partido “político” Socialista Unido de Venezuela, (PSUV) está desintegrándose y
fenecerá, debido a muchos factores no previstos que atentan contra su
desaparición. En una oportunidad, el difunto ex presidente Hugo Chávez aseguró
que llegarían a una militancia de 10 millones de seguidores, lo cual no se ha
cumplido y por lo que se observa pareciera imposible que llegue a cumplirse. En
la actualidad su militancia merma considerablemente.
En
el momento de su creación, en mayo de
2008 escribí un artículo que titulé: “PSUV: Nacido para perder”, el cual
anexo a este segundo escrito sobre el tema. Aun cuando los pronósticos y
argumentaciones dados en la fecha del escrito no se dieron en su totalidad, las
realidades actuales indican que no estuve tan desacertado. http://analitica.com/opinion/opinion-nacional/el-psuv-nacido-para-perder/
Revisando
un viejo y pequeño libro, sobre los inicios del socialismo en Europa, especialmente
en Alemania del Este, titulado “La cultura en la vida cotidiana socialista”; pude
percatarme de que los procesos iniciados por el Kremlin soviético, para inducir
y adoctrinar a la población alemana de ese sector Este de Berlín, tienen gran
similitud con el proceso político utilizado por el chavismo, para imponer al
socialismo en Venezuela. Encontré las siglas PSUA (Partido Socialista Unido de
Alemania), similares en parte a a las del PSUV de Venezuela. Si asociamos el
nombre de la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) vemos otra rara similitud
con las siglas del partido del gobierno venezolano PSUV (Partido Socialista
Unido de Venezuela). Mezcolanza de naciones y/o ideologías políticas unidas que
pretenden ser socialistas.
Hugo
Chávez quién aspiraba a ser reconocido entre los personajes socialistas
prominentes de la historia universal, paralogizaba al dictador difunto Joseph Stalin,
en sus procedimientos y sus métodos, para copiarlo. Así que no es de extrañar
que el partido PSUV, sea el resultado de esa inmensa aspiración egocéntrica y
megalómana de intentar eternizarse en el poder, plagiando y utilizando las
ideas de los personajes históricos del socialismo mundial.
El
PSUV se desintegrará, debido a que si bien es cierto que éste tuvo un creador, aún
admirado por millones de venezolanos, también es cierto, que al caer este
régimen, muchos de los líderes del PSUV que acompañaron a Hugo Chávez en esta maléfica
revolución, tendrán que esconderse debajo de las piedras por los inmensos y
numerosos delitos cometidos: contra la constitución, contra el erario del país,
contra las personas, contra las instituciones, contra la soberanía de la
nación, contra la moral del pueblo, contra las empresas del estado, por haber
institucionalizado la corrupción, etc., etc.
El
Partido Comunista de Venezuela y el MIR, fueron ilegalizados el 9 de mayo de
1962, según el decreto 752, por el gobierno de Rómulo Betancourt, en la
oportunidad en que éstos quisieron derrocar a su legítimo gobierno mediante un
golpe de estado fallido, siendo éste presidente electo en libérrimos comicios
electorales.
El
único presidente comunista electo en Latinoamérica ha sido el asesinado
Salvador Allende. Se dice que fue depuesto y muerto por temor a que se
impusiese el comunismo en Chile y posteriormente este se esparciera por Latinoamérica.
Con
esto deseo significar, que a los partidos comunista, y a los partidos
clasificados como socialistas, ambos de ideología marxista leninista, debería
impedírseles participar en países democráticos de América. Simplemente, son
partidos políticos enemigos acérrimos de la democracia, que seguirían
conspirando contra gobiernos legítimos para derrocarlos. La única forma que el chavismo, aspire en el
futuro, continuar en la actividad política democrática, una vez desplazados del
gobierno, sería fundando otro partido político con diferente nombre, y comprometerse
a no imitar en el futuro, los métodos subversivas de los aventureros que
dirigieron a la fallida y derrotada revolución bolivariana de ideología marxista
leninista.
Soy
de los que piensan, que la próxima Venezuela tendrá que revisar en profundidad
la ley de los partidos políticos y otros artículos de la constitución y leyes
vigentes, a objeto de evitar que grupos de aventureros e inescrupulosos,
vuelvan a conspirar tan fácil y abiertamente contra el estado de derecho, como
lo han logrado los actuales gobernantes del chavismo con su revolución marxista
leninista, o comunista.
De
haber existido una ley que prohibiese indultar a personas con penas impuestas por
golpistas, contra gobiernos democráticos, legalmente constituidos y sin
justificación alguna, no se hubiese presentado el desastre que hemos vivido
durante estos últimos 15 años de atraso
y bandidaje. Ni Hugo Chávez ni ninguno de sus seguidores, hubiesen disfrutado
de los favores que les brindó la democracia a través del difunto ex presidente
Rafael Caldera, al indultarlos por la condena que como delincuentes y asesinos
convictos les fue imputada. Debe existir una ley que evite que este error se
repita en el futuro.
Si
algún tema reviste importancia hoy día en Latinoamérica, es precisamente el de
la “suavidad” y “permisividad” de las leyes que van en defensa de la democracia
y el respeto al estado de derecho. Siendo
la democracia el sistema de gobierno que los americanos del norte, centro y sur
nos hemos dado voluntariamente como el mejor de todos los modelos de gobierno existentes
y vistas las amargas experiencias con dictaduras que hemos vivido la mayoría de
los países de habla española y portuguesa de América, debemos ser los primeros
en “blindar” nuestras constituciones y leyes para impedir que aventureros militares
y civiles del chavismo, continúen abusando de esa impunidad que les permite
conspirar abiertamente y actuar con gran libertad, tal como ha sido con la
experiencia vivida con el chavista en Venezuela.
Creíamos
ingenuamente, que con la creación de la OEA, era suficiente para sentirnos a
salvo de los conspiradores y dictaduras. Nos hemos equivocado totalmente, y esa
seguridad que creíamos “blindada”, ha sido vulnerada. Esto debido a que el
chavismo habilidosamente y comprando conciencias por doquier con el uso de los
petrodólares de Venezuela, resquebrajó a la OEA y la hizo sumisa a sus mandatos
e intereses.
Las
violaciones a la constitución y a las leyes existentes, así como otros tantos abusos
y delitos, cometidos contra las instituciones, las personas y las libertades y
derechos de la población, bien conocidas por la OEA y todo el mundo en general,
conforman un expediente culposo tan extenso, que no se explica la actitud tan
complaciente y pasiva de la OEA.
Con
todo este prontuario delincuencial del chavismo ha sido inútil e imposible de
que la OEA, le envíe la carta democrática al régimen dictatorial de Venezuela.
Son tan perversos los chavistas aupados por el marxismo leninismo impuesto por
Cuba en la región, que hasta pretenden sustituir a la OEA por algo como la
CELAC, con el propósito de excluir a EE.UU y el Canadá de la comunidad
democrática de América, por el solo hecho de alinearse política e
ideológicamente con Cuba. Algo verdaderamente insólito sucede en algunos países
de Latinoamérica al atacar a las democracias y defender las dictaduras.
Duele,
desespera y entristece ver como en Venezuela se usa la política, el chantaje,
la demagogia y el populismo para hacer negocios, para ganar dinero, para
enriquecerse, para lograr y mantenerse en el poder y utilizarlo alegremente y
sin ningún escrúpulo, para desfrutar de las banalidades más absurdas que uno se
pueda imaginar. Una de los extravíos mayores de nuestra política, es la
facilidad con la que se permite la creación de nuevos partidos políticos. No los he contado, pero en Venezuela, con 30
millones de habitantes existen más de 100 partidos políticos entre nacionales y
regionales. Creo que en esto superamos a los EE.UU. y a mucho otros países con mucha
mayor población que la nuestra.
En
la democracia que se avecina, debemos mirar con mayor atención y
responsabilidad, el rol de los poderes del estado venezolano y de las
instituciones de la nación, para aplicar los correctivos que haya que aplicar, a
objeto de mejorar la república. Reducir la burocracia, mejorar la productividad
de la nación y enterrar los vicios y contradicciones que poseemos, debe ser
parte de nuestro Norte. Si Venezuela pretende enseriarse y actuar como nación
republicana y soberana, para garantizar pleno empleo, desarrollarse
económicamente y ofrecer soluciones sociales viables a toda la población;
tendrá que pensar seriamente en adecuar su constitución y sus leyes a lo
estrictamente necesario, y hacerlas cumplir para funcionar como nación responsable,
competitiva, respetada, moderna y digna.
El
partido político PSUV, es lo contrario a lo que debe ser partido político democrático. Con la muerte de Chávez
y el fracaso de la revolución socialista, empezó a desintegrarse y extinguirse,
por la esencia misma de su creación y justificación.
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