martes, noviembre 05, 2013

La engañosa polarización en Venezuela

Desde el mismo inicio del gobierno de Hugo Chávez, en Venezuela se viene hablando y aceptando que existe una polarización ideológica entre la ciudadanía del país. Quizás al principio de este gobierno, cuando se hablaba de democracia y de valores democráticos se hubiese podido aceptar esa engañosa apreciación de que vivíamos en un país polarizado.

Han pasado 15 largos años desde entonces y en Venezuela se sigue hablando de polarización, la cual se me ha ocurrido calificarla de engañosa, porque para mí no existe tal polarización. Mi principal argumento para negar tal polarización, es el de que para que exista polarización ideológica en un país, este debe vivir en plena y real democracia.

En países maduros y desarrollados como los de EE.UU., Inglaterra, Francia, Italia, España, etc., por solo nombrar algunos, se puede hablar de polarización, que a lo largo de su vida electoral, se turnan los gobiernos dependiendo de la eficacia de estos en el poder. La actividad política de éstos, se desarrolla entre conservadores y liberales, entre izquierdas y derechas, o entre demócratas y republicanos. Estos son países que viven eternamente polarizados ideológicamente, pero viven en plena democracia, lo cual establece una diferencia bien clara respecto a la situación de Venezuela.

Cuando se habla de polarización política en un país democrático, existe una decisión sincera y desinteresada por parte de la ciudadanía para preferir alguna de las dos tendencias. Por lo general, la decisión se toma por el convencimiento pleno  de esta persona sobre cual considera ésta es el mejor programa de gobierno que ofrecen ambas tendencias.

Usted jamás verá en estos países mencionados arriba que los partidos políticos regalen artefactos domésticos a los votantes para comprarles la conciencia y voten por su preferencia. Jamás se verá a gobiernos en ejercicio pedirle a sus empleados públicos que voten por el gobierno so pena de despedirlos. Jamás se verá a un gobierno despedir a un empleado porque sospecha que voto por el otro candidato.

Decir que Venezuela está dividida entre comunistas y/o socialistas y demócratas siempre ha sido incierto y engañoso. Antes de que Hugo Chávez se declarara marxista leninista y abrazar la causa del socialismo, que el caso de Venezuela es un simple comunismo el que pretenden imponer, el venezolano prefería la democracia  al comunismo o marxismo leninismo en un 80%.

Lamentablemente, la misma ignorancia del pueblo, aunada a sus inmensas y numerosas necesidades, tiene la costumbre y preferencia de votar por quién les ofrezca más.  En el caso actual, han preferido votar por el gobierno, dada la cantidad de dádivas que recibe a través de  programas de ayuda diseñados y dirigidos claramente a los más necesitados, lo cual ha establecido una especie de dependencia paternalista del gobierno. Esta persona no está votando por una ideología comunista, está votando para alimentar, vestir y educar a su familia. Tiene temor a que los próximos gobiernos cambien estas líneas de políticas públicas por otras desconocidas que les excluya y les nieguen esos beneficios logrados con el chavismo.

Es engañoso hablar de polarización en la actual Venezuela, cuando los poderes del Estado tales como la Asamblea Nacional, el CNE, la Fiscalía, el TSJ,  la Defensoría del Pueblo,  y la Contraloría estén secuestrados por el Poder Ejecutivo y sigan al pie de la letra las directrices emanadas de éste.

Es incorrecto hablar de polarización entre el gobierno y la oposición, cuando el sector gubernamental viola la constitución de la república y el otro lo respeta y acata. Es incorrecto hablar  de polarización, cuando la justicia venezolana acusa y condena a un diputado para sacarlo de la Asamblea Nacional y convocar a su suplente, para que éste supuestamente, vote por la ley habilitante que solicitó Nicolás Maduro. Es incorrecto hablar de polarización, cuando el presidente de la Asamblea Nacional exhorta a la militancia chavista a tomar aquellas empresas que se nieguen a trabajar con pérdidas, y/o incumplan con exigencias caprichosas del gobierno.

Podrán existir polarizaciones ideológicas entre izquierdas y derechas, entre republicanos y demócratas, entre conservadores y liberales en países democráticos. Es lo que por lo general las costumbres y tendencias indican.

Jamás se podrá observar polarización ideológica entre comunismo y democracia. El comunismo fue políticamente derrotado nivel mundial a finales del siglo pasado. Por sus altas deficiencias e inviabilidad económica de perdurar sosteniblemente en el tiempo es de esperarse que nunca jamás se vuelva a convertir en una amenaza para el mundo civilizado y democrático.

Tal es el caso de la engañosa polarización que se pretende disfrazar en Venezuela, entre democracia y comunismo.  Desde hace varios años el gobierno se declaró marxista leninista e intento y aún lo sigue intentando en cambiar la constitución democrática de Venezuela, para convertir a Venezuela en un satélite comunista del gobierno de Cuba. Hasta ahora su proyecto revolucionario comunista les ha funcionado a medias.

Para mantenerse en el poder, han coartado derechos y libertades, han militarizado a Venezuela, se han adueñado de instituciones como el Banco Central y PDVSA para mantener un flujo económico suficiente de dinero que les permita comprar conciencias internas y externas para implantar su tan ansiado comunismo. En tales condiciones de secuestro, es imposible hablar de polarización.

Sin embardo, cometieron dos grandes torpezas que les está costando mantenerse en el poder por mas tiempo. La primera, haber destruido el aparato productivo de Venezuela, preparando el terreno para la nacionalización de todas las industrias del país. El segundo, haber destruido la gallina de los huevos de oro conocida como PDVSA, sin la cual es imposible financiar tal proyecto.


A partir de allí, lo demás desastres han venido como consecuencia directa de estos dos grandes errores. Las indetenibles devaluaciones, los endeudamientos desbocados, la inexorable inflación, el alto costo de la vida, la falta de dólares y el deficiente control cambiario, siguen avanzando inexorablemente. Por lo anteriormente expuesto hablar de polarización es engañoso. 

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