lunes, noviembre 11, 2013

El absurdo TABÚ de la privatización

Uno de los grandes tabúes en Latinoamérica es el de las privatizaciones de empresas que normalmente deberían ser desarrolladas, administradas y dirigidas por el capital privado en cualquier nación con un sistema de gobierno democrático.

No es en vano que la gran nación norteamericana de EE.UU., ha sido por muchísimos años la abanderada en desarrollo industrial, avances tecnológicos y en crecimiento económico, gracias a que permiten que el capital privado se encargue de crear industrias, para éstas que produzcan bienes y servicios y contribuyan con la economía del país, paguen sus respectivos impuestos, y además contribuyan en educación, deportes y en necesidades sociales básicas del pueblo norteamericano.

Por esta peculiar y lógica delegación de tareas, donde el capital privado se encarga del desarrollo económico y el ESTADO se encarga de garantizarlo, facilitarlo, guiarlo, regularlo y establecer leyes y controles para evitar excesos, a los EE.UU. les ha ido muy bien, yo diría que excelente.

Después de dos siglos de liberados de los imperios que nos invadieron en la época de la colonia, los latinoamericanos no hemos querido aprender las cosas positivas de los EE.UU., que nos hubiesen permitido liberarnos económicamente y tener mejores resultados y oportunidades de crecimiento en general. Pareciera que nuestro rol es el de criticar y bloquear sin sentido, las iniciativas de los norteamericanos,  viendo solo el lado oscuro de éstos e ignorando su lado bueno.

Pudiera afirmarse, que el rol del Estado norteamericano es mucho menos ambicioso que el rol de la mayoría de los Estados latinoamericanos, muchos de los cuales se convierten erróneamente en “totalitarios” y además pretenden inmiscuirse en todas las actividades de la vida nacional de cada país, sin dar respiro a las actividades, la creatividad e iniciativas privadas, las cuales pretenden controlar férreamente, como si el país les perteneciera en exclusividad  a los políticos.

En Venezuela vivimos una "socialización" extrema de la economía y de la política. Pereciera que el modelo a seguir es el cubano, cuya economía socialista está por los suelos y su sistema político comunista es el más represivo, perverso y autoritario en toda Latinoamérica.

El gran orgullo de la revolución cubana es el de haberse liberado del capitalismo, y como nación sentirse “soberana”, sin importar el hambre y penurias que vive silenciosamente su población adoctrinada y apaciguada a golpe de fusilamientos. El gobierno venezolano trabaja intensamente en lograr el objetivo cubano y quizás emularlo. Una verdadera locura cuyo costo es ya excesivo.

Hablar en Venezuela de privatización y economía de libre mercado es algo parecido a un gran tabú. La versión del gobierno sobre privatización y economía libre de mercado es distorsionada y satirizada constantemente. Es divulgada a sus seguidores y a toda la nación por televisión, radio y prensa. La campaña pareciera ser tan efectiva, que ni a lo oposición se le ocurre hablar de privatizar industrias y empresas estatales quebradas que dan pérdidas, por miedo a que les califiquen de oligarcas y en definitiva se ahuyenten los votos de quienes tienen miedo a ésta.

Pareciera que el rendimiento económico, la generación de empleos, la productividad, las ganancias, el crecimiento, la producción, costos justos de producción y demás indicadores económicos usuales en las empresas del sector privado, son eclipsados por la palabra “nacionalización”, que como sabemos implica “subsidio”, “corrupción” y “pérdidas económicas.

En Venezuela existe excesiva demagogia en proteger en demasía al ciudadano mediante dadivas directas, o indirectas vía subsidio, en servicios tales como: Telefonía, alimentación, agua, electricidad, energía, hospitales, escuelas, universidades, peajes en autopistas, transportes públicos, aseo urbano, hoteles, líneas aéreas, teleféricos, etc. Con economía tan subsidiada e insincera ningún país puede desarrollarse adecuadamente. Sería más prudente y conveniente nacionalizar solo a empresas “estratégicas” y algunos servicios básicos. El resto de empresas  dejarlo a la inversión privada, para lograr mayor desarrollo industrial, pleno empleo, diversificar la economía, lograr mayores ingresos al país y permitir así sincerar salarios y precios y lograr mejor armonía económica, recuperando el valor real de nuestra moneda. Vaya TABÚ el que tenemos.

La siguiente es una tabla comparativa entre empresa privada y estatal  la cual se explica por sí sola. En ella se destacan las diferencias sustanciales entre ambos tipos de empresa, que no dejan lugar a dudas sobre las ventajas para el país de la empresa privada sobre la empresa estatal.


FACTORES COMPARATIVOS ENTRE EMPRESA PRIVADA VERSUS EMPRESA ESTATAL
FACTORES DE COMPARACIÓN
TIPO DE EMPRESA
PRIVADA
ESTATAL
Accidentes de trabajo
Ocasionales
Comunes
Ausentismo laboral
Siempre Menor
Siempre Mayor
Calidad del personal
Privan los méritos
Priva la lealtad al gobierno
Calidad del producto/servicio
Por lo general mejor
Por lo general peor
Cantidad de personal
El óptimo necesario
Generalmente excesivo
Control de calidad
Por lo general bueno
Por lo general mediocre
Corrupción
Se controla la corrupción
Se facilita la corrupción
Costos de producción
Por lo general óptimos
Por lo general altos
Desarrollo de personal
Generalmente bueno
Por lo general inexistente
Gerencia
Por objetivos, la mejor
Politizada y mediocre
Impuestos sobre la renta
Cumplimiento  cabal
Generalmente en mora
Mantenimiento
Generalmente programado
Generalmente improvisado
Nuevas inversiones
Cuando hacen falta
Politizada y lenta
Productividad
Generalmente alta
Generalmente baja
Rentabilidad
Mayormente rentable
Por lo general da pérdidas
Seguridad laboral
Estable
Inexistente
Tamaño de la empresa
Depende de la demanda
Depende de los “guisos”
Tecnología
Generalmente actualizada
Generalmente desactualizada

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