Decidí
retomar la idea indicada en el título, dado que pienso que estaba en lo cierto
cuando en abril de 2012 escribí la primera parte de “Morir matando”, inspirado en un escrito del conocido
Ibsen Martínez, “El Tercer Acto de Hugo Chávez”.
Cuando
el difunto Hugo Chávez sabía que estaba gravemente enfermo, empezó a actuar
descabelladamente, como si nada le importara. Tan es así, que en lugar de darle
paso a otro candidato del PSUV, para dedicarse a un tratamiento a tiempo, el
cual posiblemente le hubiese salvado la vida, decidió lanzarse a la arena
electoral para garantizar la victoria, a sabiendas de que era una decisión
temeraria que le podría llevar irremediablemente a la muerte.
Prefirió
MORIR MATANDO, porque sabía que si no lo hacía perdería las elecciones del 7 de
octubre del 2012, y su proyecto se hubiese esfumado, deshecho, olvidado,
desaparecido. Esto, dado que no confiaba en ninguno de sus cercanos
colaboradores, ni incluso en Nicolás Maduro. No los creía capaces de ganar unas
elecciones presidenciales a la oposición.
Razón
tienen los chavistas cuando lo adoran y sienten su pérdida con tanto dolor y fervor
como lo han demostrado en los funerales, porque prefirió la muerte, a una victoria
dudosa, y eso lo hizo más grande ante el chavismo y el mundo de la ultra
izquierda.
La
tesis de MORIR MATANDO se hizo más evidente, cuando eligió a Nicolás Maduro
como su sucesor, quién según su adoctrinamiento marxista leninista y lealtad a
su persona, le garantizarían que sería inclemente con la democracia, que la
oposición representa, hasta las últimas consecuencias.
Según
se deduce, el gobierno de Nicolás Maduro, al parecer prefiere la violencia, al
dialogo y a la paz, lo que le permitiría sobrellevar su gestión hasta nuevas
elecciones presidenciales en 2019. Al contrario, opta por generar un caos de efectos
impensables, donde posiblemente moriría mucha gente, para cumplir el deseo sublime
de Hugo Chávez de MORIR MATANDO.
Me
pregunto: ¿Qué habría pasado si Hugo Chávez, hubiese permitido al PSUV que
escogiese libremente y según la voluntad de las mayorías de ese partido
político a su sucesor, para las elecciones presidenciales realizadas el 7 de
octubre de 2012, en caso de su muerte?
En
mi opinión esa posibilidad jamás existió. Esto se explica, si se considera la
personalidad megalómana y ego centrista de Hugo Chávez, quién se consideraba a
sí mismo como una especie elegido, quién ni siquiera a la puerta de su muerte,
aceptaría el protagonismo de otro que no hubiese sido él.
En
una ocasión, asomó de lo que era capaz de hacer, cuando suponía una invasión de
los EE.UU. Expresó en cadena nacional, que de producirse ésta invasión, los
invasores solo encontrarían pozos de petróleo ardiendo. Algo parecido a lo hecho
por Saddam Hussein en Iraq.
Cuando
vemos a Diosdado Cabello instigando a los MILITARES y al chavismo para ir a una
guerra civil, a un grupo de líderes chavistas haciendo trabajos sucios a los
opositores, y Maduro negándose a negociar con la oposición, para intentar
resolver la crisis; me convenzo más de que el chavismo estaría usando el lema
de MORIR MATANDO, antes de permitir, que la oposición asuma el poder pacífica y
democráticamente, ni por ningún otro medio. Habrá que esperar para ver el
desenlace de este dilema. Obviamente preferiría no estar en lo cierto.
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