La estructura cívico militar que ideó
y estructuró Hugo Chávez para perpetuarse en el poder, hoy día, a unos pocos
meses de su muerte, está más vigente que nunca, aunque no tan cohesionada como
la tenía su creador durante su liderazgo, como presidente de Venezuela.
Ese poder armado, inquieta
permanentemente a la población civil pacífica, sobre todo a la del lado
opositor, sin descartar que dentro del mismo chavismo existe preocupación y
zozobra, por las contradicciones que se están viendo y haciendo cada vez más
evidente, entre el sector militar y el de las milicias, a la luz de la
presidencia espuria y débil de Nicolás
Maduro.
A decir verdad, las milicias
nunca han sido bien vistas por los militares venezolanos en general, puesto que
evidentemente fueron creadas e impuestas como contrapeso al sector militar, en
caso de deslealtades u otros síntomas de arrepentimiento o dudas sobre el
destino y rol de la revolución bolivariana.
En esta nueva fase del chavismo,
con Nicolás Maduro como presidente, este legado empieza a preocupar al mismo
gobierno nacional. “Maduro no es Chávez”, promueve luchas internas dentro de
PSUV, vistas las pretensiones evidentes de Maduro de hacer un gobierno a
semejanza del que hubiera hecho Hugo Chávez, lo cual luce inviable, vistas las
diferencias evidentes entre ambos personajes, aunadas a las diferentes necesidades
actuales del País.
Para nadie es un secreto, que los militares le tenían una mezcla de
admiración, respeto, odio y miedo, a Hugo Chávez, dada su condición misma de ex
militar, y el tipo de carisma y liderazgo que tenia y ejercía. Es oportuno
recordar que la casi totalidad de los militares de alto rango que manejan y
controlan las tropas y ejércitos armados, provienen de la misma promoción de
Hugo Chávez o posteriores a esta, convertidos ahora en fichas que defienden la
revolución.
Partiendo del principio de que
los liderazgos no se heredan ni se decretan. Estos nacen, se cultivan, se
ganan, o se imponen a fuerza de talento y logros personales o grupales. La
constitución de Venezuela, establece, que el Comandante en Jefe de la FANB es
el Presidente de la Republica. No obstante, si este Presidente no ejerce el
mando adecuadamente, pudiera ser desconocido como tal, por el sector militar
inconforme, y pudieran presentarse consecuencias violentas e indeseables. Estas
consecuencias pudieran ser legales o ilegales, según sea el caso.
Por ello, se evidencia la
desconfianza que empieza a mostrar Nicolás Maduro por sectores militares. En
contrapeso, intenta reivindicar el importante rol de las milicias que les
atribuyó Hugo Chávez. Según se dice, las milicias están armadas, entrenadas y compuestas
por unos 400.000 ciudadanos civiles venezolanos, quienes son fichas políticas afectas
al chavismo.
Mientras tanto, las Farc, quienes
siempre habían tenido el respaldo de Hugo Chávez, quién las califico de
beligerantes, y les dio apoyo y cobijo en tierras venezolanas, lo cual a mi
entender sigue ocurriendo; las mismas están participando en diálogos de paz con
el gobierno colombiano, cuyo final está por verse. Estas mismas fuerzas narco
terroristas, han dado su apoyo a Maduro, y muy difícilmente entreguen las
armas. Por el contrario, gracias a las torpezas del gobierno de JM Santos, las Farc se fortalecen y pudieran
seguir representando un peligro evidente por muchos años más, para Colombia, Venezuela
y Latinoamérica.
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