Es de esperarse que esta
prolongada crisis política de 14 años de divisiones, conflictos y persecuciones
políticas que hemos tenido en Venezuela sea tomada como un periodo intermedio
de reflexión y referencia en el antes y después de la violencia en Venezuela.
El uso abusivo e indiscriminado de
recursos económicos de Venezuela, por parte del gobierno, para comprar
solidaridad de gobiernos amigos, muestra una realidad inaceptable que alimenta
las protestas de la mitad del pueblo y alimenta la violencia del gobierno
chavista.
Han pasado 52 años desde que
Fidel Castro visitó por 1ª vez a Venezuela. Se especula que le propuso al
presidente Rómulo Betancourt, la idea de que le ayudase a financiar la
expansión de su revolución comunista en Latinoamérica. La propuesta de Fidel Castro no tuvo acogida
y éste regreso frustrado a Cuba, al parecer determinado a lograr sus fines por
otra vía.
La invasión militar de Cuba a
Venezuela por las costas de Machurucuto, el 8 de mayo del año 1967, fue un
intento desesperado de la revolución cubana, para lograr por las armas, lo que
no pudo lograr políticamente, con el presidente Rómulo Betancourt.
Luego que Marcos Pérez Jiménez fue
derrocado, empezó la conspiración del comunismo en Venezuela. Varias
conspiraciones e intentos de golpes de estado obligaron al presidente de
Venezuela Rómulo Betancourt, a inhabilitar al comunismo el 8 de mayo de 1962.
Junto a los otros partidos
políticos conspiradores de la ultra izquierda, el comunismo se constituyó en
guerrillas, las cuales fueron vencidas política y militarmente, para
posteriormente ser pacificadas durante la presidencia del difunto presidente doctor
Rafael Caldera (RIP). El 4 de Febrero de
1992, el comunismo emergió nuevamente acompañando al fracasado golpe de Estado comandado
por Hugo Chávez, líder de esa conspiración.
Fidel Castro tuvo que esperar 40
años desde aquel intento de 1959, para lograr sus objetivos en forma
increíblemente fácil, con el gobierno populista de Hugo Chávez, electo
democráticamente en diciembre de 1998, quién le ofreció a Fidel Castro la ayuda
económica, a cambio de asesoramiento de todo tipo, incluyendo adoctrinamiento
en marxismo leninismo.
Las donaciones del chavismo a países
de Latinoamérica y de otras latitudes, para lograr el apoyo político de la comunidad internacional, para su revolución socialista,
ha dado sus frutos a cambio de la pérdida de democracia. En la juramentación de
Nicolás Maduro, pudimos presenciar el pisoteo impune a la democracia venezolana,
que jamás hubiésemos imaginado.
El discurso destemplado de Maduro,
atacando inmisericordemente a la oposición democrática, de Venezuela, hoy liderada
por Henrique Capriles, no tiene calificativos ni interpretación democrática alguna.
Sin duda alguna, ha sido el discurso de un potencial y peligroso tirano.
En una fecha cívica importantísima
para los venezolanos como la del 19 de Abril de 1810, en la cual se proclamó la
independencia de Venezuela, permitir la presencia de Raúl Castro en la Asamblea
Nacional, líder de la dictadura cubana de 52 años, la más longeva del mundo, y
aplaudirlo rabiosamente cuando era mencionado por Nicolás Maduro, reafirmaron
el tipo de grave situación que vive nuestra agredida democracia.
Los miembros de UNASUR, donde se
cobijan los principales beneficiarios del botín que reparte anualmente
Venezuela, participaron en este grotesco
acto de juramentación, con el propósito
de darle legitimidad a un gobierno que es abiertamente espurio, por violar
persistentemente la constitución y utilizar todo tipo de triquiñuelas para permanecer
en el poder.
Completaban a este cuadro
patético de juramentación, algunos gobiernos de Centro América y del Caribe,
quienes no podían dejar de estar presentes en la juramentación del presidente de
la Venezuela benefactora, quién supuestamente seguiría beneficiándoles, a
expensas del sufrimiento de millones de venezolanos que viven de la limosna que
les da el gobierno, luego de cumplir con las obligaciones políticas y
económicas contraídas con éstos países.
Es evidente que este es un plan
continental ideado muy inteligentemente por Fidel Castro, conducido ahora por
Luíz Ignacio Lula da Silva, usando como catalizador político al Foro de Sao
Paulo. Estos ultra izquierdistas se apoyan en el hambre, la injusticia y la desigualdad
social del pueblo, para penetrar y convencer a los ciudadanos más pobres a que
les apoyen. Brasil, país eje de este movimiento junto a Cuba, utiliza cínicamente
el eslogan de “hambre cero”.
Recientemente, Luíz Inácio Lula
Da Silva visitó a México uno de los pocos países que hasta ahora no ha caído
en las redes del plan desestabilizador de las democracias, del Foro de Sao
Paulo, aun cuando lo han intentado infructuosamente con la candidatura de Andrés
Manuel López Obrador, político de ultra izquierda apoyado por el Partido de la Revolución
Democrática de México miembro activo de este foro. Se anunció un plan social conjunto
entre Brasil y Médico con el propósito de lograr hambre cero en México Veremos
cómo resulta esa peligrosa alianza con Luíz Inácio Lula Da Silva, quién evidentemente
no cree en la democracia, sino que la utiliza, como un aventajado ideólogo del
marxismo leninismo.
Luchar contra la pobreza y las
injusticias sociales, debería hacerse en el ejercicio de la democracia. No se
puede ni se debe justificar atacar a la democracia y a los “otros”
ciudadanos, para favorecer a las
mayorías pobres de los países de América. Es ilógico y criminal, que se desvíen
los recursos económicos de Venezuela, para atender compromisos oscuros con
otros gobiernos, desatendiendo las múltiples necesidades de los venezolanos,
entre los cuales hay mayoría de pobres y minorías de menos pobres, que merecen
respeto.
Afortunadamente para las
democracias latinoamericanas, sus pueblos están aprendiendo a interpretar y a utilizar
sus propias constituciones y leyes, para defender sus derechos legítimos. Esto,
vistas las crisis de ingobernabilidad que se han desatado en varios países de Suramérica,
a raíz de los excesos de los gobiernos populistas de ideología marxista
leninista y de sus dirigencias, que han acorralado y obligado a éstos pueblos a
defenderse de esta plaga comunista que ha irrumpido con fuerza en nuestra
región.
El pueblo de Venezuela está esperanzado,
animado y listos para lograr un DESPUÉS que nos permita a los venezolanos, recuperar
nuestras plenas libertades y derechos, con un nuevo gobierno, donde: el progreso
predomine sobre la regresión, la verdad sobre la mentira, la construcción sobre
la decadencia, la inclusión sobre la exclusión, la unión sobre la división, la
justicia sobre la impunidad, la sensatez sobre la intolerancia y la paz sobre
la violencia.
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