Si fuese colombiano votaría por Juan Manuel Santos
Considerando la inesperada subida al primer lugar de las preferencias de los colombianos por Antanas Mockus para ganar la presidencia de Colombia, cuando semanas antes, la mayoría de los analistas políticos y encuestadoras daban por descontado el triunfo holgado del candidato oficialista Juan Manuel Santos en esas elecciones; llama al análisis y a la reflexión entender que fenómenos políticos estarían ocurriendo por debajo de la mesa de negociaciones entre los diferentes factores interesados en tal candidato como presidente de Colombia.
Lo primero que habría que preguntarse para entender tal atipicidad, es: ¿Qué factores se beneficiarían con el triunfo de Antanas Mockus aparte del equipo electoral y los partidos políticos que le apoyan? ¿Quiénes con suficiente influencia y volumen de votos estarían cambiando sus preferencias electorales hacia Antanas Mockus, y por qué?
Antanas Mockus, un personaje bohemio y excéntrico, que al parecer es ateo por no tener religión preferente, que ha mostrado vulgarmente el trasero en público, que confiesa que ha sido alcohólico, que confiesa que sufre del mal de Parkinson, que se contradice con frecuencia, que tartamudea en cada pregunta difícil que le hacen, que evidencia sus torpezas e imprecisiones al enfrentar y responder preguntas a la prensa y a la televisión y lo que es peor; que puede ser ideológicamente de izquierda o de derecha según sean las circunstancias, no es precisamente un modelo de ciudadano a seguir, como para elegirlo presidente de una importante república como Colombia, que vive un momento histórico muy difícil de superar por esa querida Nación.
De ganar Antanas Mockus la presidencia de Colombia, el apoyo parlamentario que tendría sería minoritario y crítico (partido verde y otros partidos menores), razón por las que tendría que forzosamente realizar alianzas, con los sectores políticos tradicionales y mayoritarios (partido de la U, conservadores y liberales) alianzas éstas las cuales implican que tendría que ceder en algunas de sus políticas pre establecidas, amén de correr riesgos de ingobernabilidad, los cuales estarían siempre presentes.
Estas indefiniciones y cambios frecuentes en la conducta de Antanas Mockus, me recuerdan la campaña electoral de Venezuela de 1998, donde a los alertas enviados por muchos políticos y analistas, que afirmaban que detrás de Hugo Chávez se encontraba el proyecto comunista cubano, los periodistas le preguntaban si era de tendencia marxista leninista o comunista y él contestaba que no. Le preguntaban si respetaría la propiedad privada y decía que sí. Le preguntaban si era un demócrata cabal y respondía que sí. Cuando le preguntaban si era amigo de Fidel Castro lo negaba escurridizamente. Hoy día, todos sabemos la verdadera personalidad de Hugo Chávez quién por cierto, resultó ser marxista leninista, y no solo es admirador de Fidel Castro sino que dice ser su hijo político, según sus propias expresiones. O sea, que mintió y engañó a todos los venezolanos.
El hecho de que Antanas Mockus esté a la cabeza de las encuestas en Colombia, debería preocupar a los amigos colombianos, quienes de muy buena fe están intentando recuperar la tranquilidad y la paz en su Nación y necesitan crear riquezas y progreso para la felicidad de la población en general. En estos momentos, donde existen amenazas por doquier, y donde la principal sigue siendo el narco terrorismo, que aún no ha sido neutralizado sustancialmente, e intenta recuperarse y volver a sus antiguas andanzas de secuestros y atentados sangrientos contra la población pacífica, considero peligroso entregarle Colombia a Antanas Mockus. Ya sabemos por experiencia, que por más democrático que sea un gobierno colombiano electo limpiamente, jamás los terroristas de las Farc lo reconocerán. En consecuencia, dudo mucho que Antanas Mockus logre pacificar al narco terrorismo con negociaciones, mimos o girasoles.
La segunda amenaza que tiene el pueblo colombiano pereciera ser la del grupo procomunista del Foro de Sao Paulo, con una gran influencia en la región suramericana. Hugo Chávez y los Castro a la cabeza del mismo, en rol de promotores del comunismo en Latinoamérica, ante la actitud pasiva y alcahuete de Luí Inácio Lula Da Silva y de Cristina Kirchner, entre otros, estarían intentando incorporar a Colombia dentro de ese círculo perverso de: demagogia, populismo, controles a la libertad de expresión, violaciones a los derechos humanos, atropellos a las democracias de la región y duraciones indefinidas o permanentes en el poder. No visualizo a Antanas Mockus enfrentado a ese grupo, por el contrario no es de extrañar que se integre al mismo.
En los preludios de la segunda guerra mundial ante las reiteradas amenazas y movimientos guerreristas de Adolf Hitler, los políticos británicos le advertían al Primer Ministro del Reino Unido, Arthur Neville Chamberlain – político conservador y pacifista -, sobre la necesidad de frenar diplomáticamente a Hitler y prepararse para la guerra, éste se negó reiteradamente a hacerlo, hasta que las evidencias lo obligaron a renunciar, razón por la que el Reino Unido colocó en su lugar al frente de la Nación Británica, a un político confiable y decidido como Winston Churchill. No se escogió a un político indeciso y cambiante, para enfrentar a Adolf Hitler. Todos conocemos el éxito obtenido por Winston Churchill en la segunda guerra mundial.
Supongo que en estos momentos Colombia se encuentra ante una situación de emergencia diferente, pero peculiarmente algo semejante a la vivida por la Nación Británica de los años 1930-1940, con una amenaza real cercana a sus fronteras que requiere de un presidente bien definido y confiable a quién dejarle la conducción del país para que lo dirija con energía y éxito. No se trata de pronosticar ni desear una guerra, ni nada por el estilo. Se trata de colocar a un político bien plantado, decidido y definido a conducir y a defender Colombia, de los atropellos y amenazas que se pudieran generar con Hugo Chávez en la presidencia de Venezuela, siguiendo lineamientos de los Castro, u otros factores enemigos impredecibles, tales como los del islamismo violento.
A todos los colombianos les pido disculpas por inmiscuirme en sus asuntos políticos internos. A los simpatizantes de Antanas Mockus, les pido comprensión por mi sinceridad en mis preferencias electorales, obviamente, diferentes a las de ustedes. De estar equivocado en mi análisis y apreciaciones, y de ganar Antanas Mockus la presidencia de Colombia, solo nos quedará exclamar esa bella y conmovedora frase: ¡Dios salve a Colombia! Fin.
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