miércoles, abril 26, 2017

UN PLEBISCITO PARA VENEZUELA

                                           
El propósito de la oposición mayoritaria al régimen dictatorial de Venezuela es el de continuar protestando, hasta que se re-establezca la democracia en el país y se puedan realizar elecciones generales adelantadas, lo más pronto que sea posible. Los más radicales, exigen la salida inmediata e incondicional del régimen del poder, para realizar elecciones generales inmediatas y nombrar a un nuevo gobierno. El propósito del régimen, es el de continuar en el poder a como dé lugar, hasta la fecha final del periodo de su mandato a cumplirse en diciembre de 2018, realizando antes elecciones de gobernadores y municipales, durante 2017, en fechas desconocidas al presente.

Mientras tanto, el país sigue prácticamente paralizado en sus actividades comerciales y productivas, que causan cuantiosas e irrecuperables pérdidas económicas al país, incuantificables por ahora. El tan mencionado y viejo diálogo, aún sigue vigente entre las estrategias y mentes de los líderes del gobierno del régimen. Del lado de la oposición, pareciera que éste dialogo ha muerto y nadie se atreve a mencionarlo, debido a las malas y amargas experiencias anteriores cuando se ha intentado. Como en una partida de dominó, pareciera que el juego político se ha cerrado, a la espera de la claudicación de alguno de los dos bandos en pugna.

La oposición sigue llamando a marchas y actos de protestas; mientras que el gobierno amenaza con armar al pueblo chavista, y lanzarlo contra la gran mayoría opositora en el caso de que lo considere necesario. Mientras tanto, siguen las bombas, los atropellos, los saqueos, las muertes, los vandalismos, las declaraciones, las amenazas, los francotiradores, los colectivos y las medidas grotescas y excesivas de las fuerzas del gobierno contra tales manifestaciones políticas pacíficas. Los muertos se cuentan por cientos, mientras las detenciones se estiman en miles, de las cuales muchas son ejecutadas sin pruebas, ni comprobantes de delito alguno.

El presidente dictador de la república Nicolás Maduro, amenaza y adelanta supuestas acciones futuras, que desconocemos; entre las cuales, renunciar a la OEA pareciera ser una de éstas. Los del lado opositor, nos preguntamos, por qué la OEA, aún no se ha pasado la carta democrática a la dictadura de Venezuela. Por mucho menos de lo que hizo Cuba, sancionaron a la Isla con la misma carta democrática.

Dentro de este cuadro de expectativas, amenazas, especulaciones, supuestos y soluciones; y vista la situación real de que ninguno de los dos bandos enfrentados, “el dictatorial y el democrático” no claudicarán ni darán su brazo a torcer, se me ocurre la idea; de que el régimen llame a un plebiscito nacional, en el cual el gobierno pregunte al pueblo, si desea que este régimen chavista siga gobernando a Venezuela. Ciertamente, eso se intentó cuando la oposición solicitó un referéndum al presidente Nicolás Maduro, y este fue saboteado en noviembre 2016, entre el CNE y le TSJ, con la complicidad del Poder Ejecutivo.


Dado que el gobierno persiste e insiste en que tiene un pueblo mayoritario que le apoya, esta sería una buena oportunidad de que compruebe con hechos irrebatibles, de que aún goza de esa popularidad que cacarea. Pienso que esa sería una salida democrática, justa y consensuada entre dos grupos de venezolanos enfrentados e ideológicamente incompatibles que, mediante esta electoral salida propuesta, podríamos dilucidar quién de los dos tiene la razón, y así evitar una guerra civil a punto de iniciarse, de no lograr soluciones como la propuesta.  Las razones y argumentaciones están a la vista. Además, pienso que la comunidad internacional estaría dispuesta y abierta a poyar tal solución, para beneficio de Venezuela de la región y de toda América. 

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