Al
declararse marxista leninista, el chavismo le declaró unilateralmente la guerra
a países, instituciones y factores políticos democráticos, sociales, culturales
y económicos mundiales y locales, entre los cuales destacamos:
1)
Al gobierno de los EE.UU.; 2) A la Unión Europea, UE; 3) Al capitalismo; 4) Al
Neoliberalismo; 5) A la DEA; 6) A la Iglesia Católica; 7) A los partidos
políticos opositores; 8) Al Banco Mundial, BM; 9) Al Banco Interamericano de
desarrollo, BID; 10) A las universidades autónomas; 11) A Fedecámaras; 12) A la
Confederación de Trabajadores de Venezuela, CTV; 13) A los medios de
comunicación privados e independientes; 14) A Israel y al judaísmo, 15) A la
PDVSA Azul; 16) A las FAN institucionalistas; 17) Al Banco Central de
Venezuela, BCV; 18) A los ricos y a la burguesía, abarcando a gran parte a de
la clase media; 19) A la alta burocracia de anteriores gobiernos, 20) A la
independencia de los poderes del estado; 21) A la pobreza; 22) A la
distribución de la riqueza; 23) A la descentralización; 24) Al analfabetismo;
25) Al desempleo; 26) A la supuesta guerra económica; 27) A la corrupción, 28)
A los altos precios; 29) A los “bachaqueros”; etc.
Hoy,
después de 17 años de gobierno, el balance en favor de gobierno por todas las
guerras declaradas y ganadas; es absolutamente negativo, puesto que
prácticamente las ha ido perdiendo casi todas. En algunas de esas guerras en
las cuales tuvo éxitos relativos al principio; sobre todo en las áreas
sociales; ha ido perdiendo terreno, lo cual se manifestó abiertamente en las
recientes elecciones parlamentarias del 6 de Diciembre de 2015, al perder la AN.
Lo
más dramático y lamentable de estas guerras declaradas y perdidas, está en el
hecho real, de que el país se ha descapitalizado, endeudado y destruido física;
económica, social y moralmente; al punto de causar un daño a la nación,
calificado por los expertos como de irreversible, por la imposibilidad de
volverla a su estado original. El daño está hecho, Venezuela tendrá que
reconstruirse y reestructurarse con un nuevo y mejor gobierno democrático.
Más
dramático y grave aún, es el hecho de que el gobierno considera que lo ha hecho
bien, no rectifica, no pide disculpas, no cambia las políticas públicas, no da
un viraje en la dirección correcta; lo cual se evidencia en la pésima calidad
del gabinete recién nombrado para recomponer la economía del país.
Por
el contrario, el gobierno insiste en seguir utilizando el mismo modelo
económico socialista, con algunas variantes inútiles y populistas que de
ponerse en práctica pusieran enterrar
aún más al país, precipitándolo a una terrible recesión económica de
pronósticos reservados.
No
es un secreto que al declararse marxista leninista e invitar al gobierno de
Cuba a participar en nuestro país como cogobierno en diversos roles, al punto
de proponer construir una sola nación que
se denominaría Cubazuela; el gobierno de Venezuela perdió la sindéresis y la
perspectiva como gobierno democrático y soberano, al pensar y actuar en esa
absurda posibilidad.
Es
indudable que el gobierno chavista es admirador y seguidor de la “exitosa”
legendaria revolución cubana. Lo triste y lamentable es, que los que elegimos a
ese gobierno, jamás nos imaginamos que se atreviera a tanto. Sobre todo
sabiendo de las entrevistas previas a las elecciones que le hiciesen algunos
periodistas a Hugo Chávez, en las cuales ante las preguntas sobre su íntima
amistad con Fidel Castro, negaba esa empatía ideológica por el comunismo.
El
afortunado fracaso de las guerras declaradas por el chavismo, y por ende, de su
revolución pacífica, como la denominaron estos, ha sido un costoso aprendizaje,
para los venezolanos, que los historiadores, analistas y sociólogos tendrán que
analizar y divulgar a las futuras generaciones para no cometer ese terrible
error otra vez.
Declararle
la guerra económica a naciones democráticas amigas, para complacer y
congraciarse con el tirano cubano, va más allá de traicionar a la patria. Declararle
la guerra al sistema económico de libre mercado, siendo Venezuela un país mono
productor de petróleo, que necesita diversificar su economía y aupar el
crecimiento económico del país; es más que una irracionalidad. Es ignorancia
supina en las artes de las ciencias económicas.
Pretender
hacer una revolución socialista/comunista pacífica, contraria a nuestros
deseos, ideología, cultura e idiosincrasia; y pedirle al venezolano que se haga
el muertito mientras se implanta, es como creer que el venezolano es un tarado
mental sin ningún tipo de iniciativa ni interés ni amor por su país, lo cual es
sub estimar la inteligencia y el temple del venezolano.
Con
todo el poder político, militar, social y económico que logró el chavismo en
los inicios de su revolución pacífica o socialismo del siglo XXI, si bien es
cierto que las fuerzas políticas opositoras al chavismo han hecho un decoroso
papel protagónico que nos ha ayudado a lograr un triunfo político determinante
para expulsarlos del poder, los verdaderos héroes de esta fundamental victoria
han sido los venezolanos en general; tanto opositores como independiente y
chavistas sensatos y arrepentidos; quienes han llegado al convencimiento de que
el chavismo ha estado equivocado y continua equivocado en la clase de país que
desea el venezolano.
Declararle
la guerra a factores superiores que han demostrado con resultados tangibles su éxito en el tiempo, además de
una necedad, es un desconocimiento craso de la historia y de los principios básicos
de la guerra.
Si
vas a declararle la guerra a alguna nación, o a algún organismo internacional o
a instituciones importantes de tu país, asegúrate de aplicar correctamente los
siguientes 10 principios básicos de la guerra, propuestos por el famoso guerrero
chino Sun Tsu.
El
fracaso del proyecto socialista y revolucionario para Venezuela y parte de
Latinoamérica, no es casual. Analizando los referidos principios, he llegado a
la conclusión, de que ha sido algo así como nadar contra la corriente, de parte
del chavismo y liderazgos políticos de otras naciones. A saber:
PRINCIPIO
1: Aprender a combatir.
El chavismo jamás estuvo bien preparado para asumir el poder en Venezuela:
mucho menos para declararle la guerra a naciones e instituciones poderosas nacionales
e internacionales.
PRINCIPIO
2: Muestra el camino.
La autodisciplina, la decisión, el logro, la responsabilidad, el conocimiento,
la cooperación con los subordinados y el ejemplo; brillaron por su ausencia en
la dirigencia del chavismo. En su lucha contra la democracia y el “statu quo”
establecido, prevaleció la improvisación el desorden, la anarquía, el
enriquecimiento, las luchas internas por el poder y la corrupción.
PRINCIPIO
3: Hazlo bien. Los ganadores son los que hacen lo correcto en el momento
correcto. El chavismo adoleció, adolece y continúa adoleciendo de este
principio de hacer las cosas bien, sin violar la constitución y las leyes.
Principio 4: Conoce los hechos. A pesar de tener el
monopolio de la información, el chavismo
sub estimo la información y hechos de sus declarados enemigos, concentrándose
en utilizar la información de sus fuentes internas sumamente ideologizadas y
distorsionadas.
PRINCIPIO
5: Espera lo peor. El chavismo tiene muchos puntos
débiles en su organización, los cuales por muchas razones no ha podido reforzar
ni mejorar. Tampoco está preparado para sorpresas, razón por la que solo
utiliza la improvisación, negación, mentiras y represión cuando es sorprendido.
PRINCIPIO
6: Aproveche el
momento.
Las decisiones del chavismo son lentas y parcas debido a que requieren de
consultas internas de los diferentes factores del chavismo y foráneas del
gobierno de Cuba y otros, para poder ejecutarlas.
PRINCIPIO
7: Quema las naves. El hecho de tener diferencias básicas entre
el liderazgo del chavismo, con variados y diferentes intereses entre éstos, es
la razón por las que pedirles uniformidad de criterios donde la motivación y el
compromiso son variados, les imposibilita a tener un liderazgo uniforme y sólido.
Tal situación de falta de liderazgo ha empeorado con la muerte del caudillo
Hugo Chávez, único con ascendencia en convocarlos y auparlos.
PRINCIPIO
8: Hazlo mejor cada
vez. En materia de
innovación pareciera que el chavismo tiene problemas de creatividad, puesto que
son muchas las iniciativas que han empezado y se han quedado en el camino.
Muchas obras populares iniciadas sin terminar por mala planificación y falta de
previsión presupuestaria. Son numerosos los proyectos de construcción, donde
solo se ve la primera piedra, y donde se han perdido miles de millones de
dólares.
PRINCIPIO
9: Empujad todos
juntos.
El solo hecho de haberle declarado la guerra a múltiples factores internos y
externos, con una organización política y militar no adecuada, la cual siempre
ha estado por debajo de sus ambiciones reales, demuestra que han estado
imposibilitados de empujar a todos sus elementos juntos dada la debilidad de
sus organizaciones y la formación de sus líderes, donde la rotación de estos es
extrema para poder cubrir huecos que siempre se van formando.
PRINCIPIO
10: Que no adivinen tus
intenciones. Si de algo adolece el chavismo es precisamente de la
falta de sensatez, prudencia y confidencialidad. En su afán de adoctrinar a
todo el país en el socialismo y dar propaganda a su proyecto político; es
precisamente el factor que los hace más vulnerables de lo que aparentan ser.
Con tal despliegue de información abierta en cadenas permanentes de radio y
televisión, es posible prever sus próximas acciones.
CONCLUSIÓNES:
Desde
el mismo momento en que el chavismo declaró la guerra a todos estos factores
descritos arriba, se sabía que era imposible que tuviera éxito en estas
diversas guerras. Sin embargo, dada la gran ventaja inicial de su popularidad,
disponibilidad económica y factor sorpresa, era de esperarse que estas guerras
fueran largas, costosas y frustrantes en muchos de los casos.
Derrotar
al chavismo, ha sido un asunto de tiempo, paciencia, tenacidad y creatividad.
Para contrarrestar las ventajas iniciales del chavismo en sus guerras
declaradas, exigía un largo proceso por parte de la oposición para la
recuperación de la Venezuela democrática, lo cual está en vías de lograrse.
Que
Venezuela se haya convertido en un Narco Estado, no es de extrañar. Sobre todo,
si consideramos, que una de las primeras medidas del gobierno, fue la de
asegurarse de la salida del país del personal de la embajada de los EE.UU.
(políticos, militares y personal de la DEA), para tener el terreno abonado para
sus proyectos delictivos a desarrollar.
El
temor a la embajada de EE.UU. no era el de que ésta apoyase o no un movimiento
conspirativo para tumbar al gobierno. Era el de asegurarse de la ausencia de
éstos, mientras desarrollaba su negocio de narcotráfico y de colaboración con
los grupos de terroristas y narcotraficantes de la región, para pretender
acorralar y vencer al gobierno norteamericano.
Extender
su proyecto socialista a toda la región de latino américa, lo cual lograron a
medias, nos indica que se ilusionaron con la idea de arrodillar a los EE.UU. y pretender
destruir su economía; mientras abrían las puertas de par en par a naciones como
China, Rusia, Irán Corea del Norte, Siria, Libia, Bielorrusia, Vietnam del
Norte, Palestina, extremistas musulmanes, etc.; todos éstos países y factores, enemigos
históricos de los EE.UU. y de las democracias en general.
Países
socialistas y totalitarios, donde el populismo y el rentismo son sus grandes
fortalezas, tales como: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Nicaragua,
Uruguay y Venezuela; tuvieron un auge pasajero mientras Venezuela tuvo un
enorme poder adquisitivo gracias al altísimo precio del petróleo; que permitió
incluso, un financiamiento sin precedente en la región, que incidió en el
triunfo electoral del socialismo en muchos de estos países gracias a la
contribución financiera de Venezuela. La salida del ALCA, o Área de Libre
Comercio de las Américas, del bloque socialista latinoamericano indicado
arriba; fue una jugada del socialismo tendente a solidarizarse con Cuba, e
intentar debilitar la economía de los EE.UU. Afortunadamente, los EE.UU.
superaron ese intento, y continúan siendo hoy día, el país más desarrollado y
económicamente más poderoso del mundo.
Los
errores políticos y económicos cometidos por Hugo Chávez, Luiz Inácio Lula da
Silva, Dilma Rousseff, Cristina de Kirchner y Nicolás Maduro; aunados a la
corrupción, han facilitado que sus guerras contra el capitalismo y las
democracias, estén fracasando. Han facilitado altamente que las aguas tomen su
nivel normal, y los aires de la democracia libre y justa empiecen soplar en la dirección correcta. Si bien es
cierto que aún en Brasil, Bolivia, Chile, Ecuador, Nicaragua y Venezuela el
socialismo aún se mantiene vigente, solo es cuestión de algún tiempo más, para
que éste termine de fenecer y dé paso a la democracia verdadera que toda América
ambiciona.
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