Mauricio
Macri, nuevo presidente de la Argentina dijo la siguiente: “Defiendo la
democracia y lo que pasa en Venezuela no refleja eso”. Cuando un político, sea
éste de izquierda, centro o de derecha, decide luchar por la democracia, tiene
la obligación moral de defenderla en todas las circunstancias. Para hablar y
defender la democracia es necesario sentirla, palparla, vivirla y ejercerla,
tanto como político responsable y/o como
un ciudadano cualquiera que sabe que ese es el sistema de gobierno que se desea
para toda la nación. Con sus palabras, actuaciones y hechos Mauricio Macri, según
lo interpreto, se ha plantado ante el mundo y le ha señalado a plena voz: “Soy
un demócrata y luchare y defenderé la democracia, por qué ese es el sistema de
vida e ideología política que señala la constitución de mi país”. Ese es el
tipo de líder político que deseamos en Latinoamérica. Mientras los líderes de
la región hablen claro sobre sus ideologías políticas populistas, las sorpresas
y “madrugonazos” desaparecerán de la
región. Un discurso de un político en el cual no invoque la palabra democracia,
varias veces, es un discurso al cual hay que oírlo con algunas reservas.
La
palabra democracia encierra tantas cosas, que con solo nombrarla, el interlocutor
que la escucha sabe de qué se trata. Si
el amigo lector duda sobre esta afirmación, le reto a que oiga a los líderes de
la región cuando hablan en público - y
ahora en la nueva modalidad de cadenas interminables en algunos de ellos - y
observe cuantas veces hablan de democracia y el tono en que pronuncian la
palabra. Seguramente observarán diferencias sorprendentes entre éstos. Por ejemplo Fidel Castro y Raúl Castro nunca utilizan
la palabra en sus discursos, y cuando lo hacen, intentan hacer creer a quienes
les escuchan, que su sistema de gobierno comunista es el más democrático del
mundo, porque solo atiende a los pobres y desamparados; cuando deberían
gobernar para todos sin exclusiones, como es el principio en una verdadera
democracia.
La
palabra democracia ha sido estigmatizada con una variedad de conceptos
demagógicos y rentistas como; la igualdad económica y social, el poder para el
pueblo, hay que eliminar la pobreza a cero, debemos jubilar a todos los
ciudadanos – aun cuando este no haya trabajado nunca, las ayudas sociales
aumentarán, dotaremos a los pobres de casas y autos a muy bajos precios, obligaremos
a los productores a bajar los precios, los productores son unos ladrones y
criminales, las clases oligarcas son los
culpables de nuestro males, ahora PDVSA es socialista y del pueblo, existe una
guerra económica oligarca contra el pueblo, ahora gobierna el pueblo, el
capitalismo y los EE.UU. son una lacra. Esas frases en boca de un líder
político o de un gobierno, desdicen que éste sea un demócrata. Esta es una
forma populista, maliciosa de adoctrinar e indisponer a los pueblos
democráticos por excelencia en su origen, en contra del sistema democrático.
Un
líder demócrata se expresa diferente. Cree firmemente en: a) la alternabilidad
en el poder, b) mejorar la calidad de la educación en la nación, c) la justicia
independiente y ciega, d) la necesidad de incorporar al capital privado en el
desarrollo del país, e) utilizar eficientemente los recursos naturales para
desarrollar la economía del país, f) generar programas y proyectos sociales
para todos los ciudadanos, g) aceptar y promover
la separación de los poderes del estado, h) respetar y proteger a los medios de
comunicación privados, i) respetar los derechos humanos, j) construir y no de
destruir, k) promover la creación de nuevas, eficientes y modernas industrias, l)
respetar opiniones de las minorías políticas, m) mantener relaciones con todos
los países, n) facilitarle la vida a los ciudadanos y mejorar la calidad de
vida de todos sin exclusiones, ñ) combatir la delincuencia. En fin, un
demócrata piensa y actúa en positivo y respeta a los que les adversan. Estoy
convencido, que toda américa prefiere la democracia al totalitarismo y/o al
socialismo. ¿Qué cree UD?
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