El
concepto, criterio, o definición que se ha expandido en toda Latinoamérica
sobre los políticos de derecha, los cuales a menudo son estigmatizados y
rechazados por los políticos de izquierda y centro, le está causando un gran daño a la región.
No importa que los gobiernos que se dicen de izquierda sean populistas, corruptos,
demagogos, ineptos, despilfarradores, ignorantes, narcotraficantes,
delincuentes comunes, etc.
Con
tantos factores adversos en contra que han demostrado poseer con hechos muchos
de los políticos izquierdistas en la región, la matriz de opinión negativa que
se ha forjado sobre lo perverso del político de derecha, facilita que los
pueblos de Latinoamérica sigan engañados, adorando al izquierdismo como única
vía válida para gobernar bien a un país determinado. Tenemos siglos en este
círculo vicioso y no terminamos de aprender a elegir nuestros gobernantes.
Intentar colocar a los derechistas como enemigos de los pobres es una falacia.
En
Europa, los gobiernos democráticos de izquierda, centro y derecha se alternan
frecuentemente en el poder. Gobiernos tanto de la izquierda, centro y de la
derecha, han tenido éxito en la administración de sus respectivos países. Otros
han sido malos gobiernos. Escándalos de corrupción ha habido en todos los tipos
de gobiernos democráticos. Así como ha habido gobiernos democráticos de las
tendencias principales; también ha habido dictaduras de izquierda, de centro y
de derecha. Esas dictaduras se
clasifican en fascistas (derecha), en ultra nacionalistas (izquierda) y
finalmente en militaristas en ambos sentidos. Los enemigos de las derechas en
Latinoamérica usan el subterfugio de calificar a los gobiernos de derecha de
fascistas.
Venezuela
ha tenido durante estos últimos 16 años gobiernos de ultra izquierda,
declarados marxistas leninistas (comunista), tal como el gobierno de Cuba. En
Venezuela no se ha logrado comunizar totalmente al país, pero ese es el
propósito final de la ultra izquierda. Los resultados de ambos gobiernos han
sido desastrosos en: economía, desarrollo, modernidad, educación,
comunicaciones, tecnología, seguridad ciudadana, impunidad, justicia,
libertades, maltrato humano, etc. No obstante culpan al capitalismo de sus
fracasos sin reconocer su ineptitud para gobernar y administrar los recursos
económicos de éstos dos países.
Es
tan positiva y exitosa la campaña anti derechista de la ultra izquierda
latinoamericana (influenciada por el marxismo
leninismo internacional), que los líderes de los partidos políticos
democráticos tradicionales de oposición de la región, no mencionan jamás a la derecha,
ni se identifican con ella. Tampoco defienden abiertamente a los EE.UU. ni al capitalismo.
Esto porqué creen que al hacerlo ahuyentarían a los votantes de la izquierda
y/o a los independientes. El marxismo leninismo llega al colmo de lavarles el
cerebro a sus seguidores, satanizando al PAPA, a las religiones, al capitalismo
y a todo lo que huela a orden y derecha.
Un
político de derecha cree en la familia. Prefiere a la democracia y respeta sus
principios. Utiliza al capitalismo como el sistema económico que realmente genera riquezas, necesarias para
el desarrollo de los pueblos. Es por lo general religioso y cree en Dios. Es
respetuoso de las leyes y del “status quo”. Acepta la participación del capital
privado en las economías de los pueblos, convencido de ser ésta una
necesidad. Le desagrada el Estatismo
extremo. Prefiere la diversificación de la economía. Cree en el desarrollo y
modernización de los pueblos. Se niega a los cambios radicales irracionales y
rechaza a los aventureros políticos. La derecha contradice a la improvisación,
a la demagogia y al populismo.
Estoy
convencido, de que en Venezuela y en gran parte de Latinoamérica, habrá que
girar hacia el lado de la derecha en la conducción de nuestras naciones, puesto que la izquierda marxista leninista ha
defraudado en grande a sus pueblos. Solo han dejado deudas, corrupción, muerte,
atraso y desolación en la región.
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