A
pesar de la avalancha de noticias negativas que pululan cada día en noticieros, redes y medios de
información por toda Latinoamérica y el mundo, se notan algunos signos de
madurez política que nos dan esperanzas a quienes creemos en la Democracia y el
Estado de Derecho en la región; ambos muy deteriorados, por sistemas de
gobierno populistas y demagogos, algunos de éstos totalitarios.
Hemos
visto por ejemplo, como las poblaciones han salido recientemente a las calles en
países tales como: Argentina, Bolivia,
Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Honduras, Guatemala, México, Perú y
Venezuela; a reclamar sus derechos civiles y constitucionales contra: la
violación a los derechos humanos, la delincuencia organizada, la corrupción, las violaciones de niños y
mujeres, las drogas y los estupefacientes, los feminicidios, la impunidad, el
desempleo, la inflación, el desabastecimiento, la escasez, etc.
Hasta
hace muy poco pensaba que: Todo estaba perdido en nuestra región. ¡Que la democracia estaba seriamente
deteriorada! ¡Que no había manera de luchar contra la corrupción y el
narcotráfico! ¡Que el comunismo (disfrazado de socialismo) había llegado muy
lejos, sin posibilidades de retroceder! ¡Que el mal se había impuesto sobre el
bien! ¡Que la imbecilidad se había impuesto a la racionalidad!
El
jueves 3/6/2015 por la noche se anunció
por la televisora CNNE, que La Cámara de Representantes de Colombia había
abolido la reelección presidencial y retrocedía al escenario a anterior de una
sola elección presidencial, para todos los aspirantes a presidente de la
Colombia. Esta medida, aun cuando es considerada controversial por algunos
sectores, fue aprobada por una mayoría apabullante de 90 contra 10, votos,
representantes políticos de la mayoría de los partidos políticos de esa nación.
Me alegro por Colombia y por aquellos otros países latinoamericanos que
estarían pensando en tomar la misma decisión.
Independientemente
de que la medida, propuesta por JM Santos tenga algunos detractores, el hecho
de que sean los partidos políticos quienes hayan tomado la iniciativa, deja un
claro mensaje ejemplar a la sociedad latinoamericana, digno de analizar e
interpretar. Quizás éstos desean expresar que: A) Los políticos se deben a sus
pueblos y a los intereses de sus respectivas naciones. B) Es hora de revisar,
madurar y adecentar la política en Latinoamérica, para que nuestras naciones
puedan desarrollarse cabalmente con éxito y dignidad. C) Es necesario entender
que las reelecciones, principalmente en Latinoamérica y en los países sub
desarrollados; en lugar de prosperidad y bienestar, solo traen totalitarismo, nepotismo,
injusticias, miseria, corrupción, caudillismo,
impunidad, desigualdad, y descomposición social.
Son
muy escasos en el mundo, los caudillos perpetuados en el poder, que han actuado
de buena fe en beneficio de sus pueblos. Apostar a tener presidentes vitalicios, es una especie de
ruleta rusa que jamás debe ser jugada por ningún pueblo. Y mucho menos en Latinoamérica,
con tantas debilidades a la vista.
Cuando
el Papa Francisco ha destacado públicamente el peligro del crecimiento
desmedido de la delincuencia organizada y del narcotráfico en Argentina, Méjico
y otros países latinoamericanos, ha dado un gran alerta a nuestra región, a
objeto de que consideremos evaluar tales situaciones dañinas para la sociedad
latinoamericana en general. El haber logrado que las autoridades de los
EE.UU. y las cubanas estén sentadas
dialogando para dirimir sus diferencias políticas, es un hecho que nos da
esperanzas para el logro de una mejor América en armonía y paz.
Todas
estas cosas que están sucediendo hoy día, en beneficio del fortalecimiento de la
democracia, de las igualdades y mejoras sociales, del crecimiento económico,
del combate a la delincuencia y a la corrupción; deben alegrarnos y
estimularnos a continuar en esa dirección. La sensatez debe privar sobre la aventura.
Cuando
vemos el insólito caso de la FIFA, donde un grupo minúsculo de personajes
inescrupulosos, montó un enorme olimpo de
corrupción y poder sobre el mundo deportivo y financiero del Futbol, nos apena
que un deporte tan maravilloso como ese, sea manchado de esa manera. Gracias al
sistema de justicia norteamericano, el cual aún con sus múltiples fallas por
corregir, es uno de los pocos sistemas judiciales confiables que funcionan a
plenitud; debemos mantener las esperanzas de que no todo se haya perdido.
Observar
de cerca lo que pasa en Guatemala y Honduras, respecto al repudio masivo por la
población contra la impunidad y actos bochornosos de corrupción en aduanas, así
como el uso de los fondos públicos de la Seguridad Social, repartidos entre
partidos políticos y corruptos inescrupulosos que se benefician; nos debe
llenar de esperanzas en que no todo está perdido.
El
hecho de que un abogado argentino, renunció como juez de la república y como
profesor de clases de derecho que daba en una universidad de ese país, por
presión de la población y de los medios de comunicación, por haber reducido
groseramente la sentencia a un violador de menores dejándole en libertad; es
motivo para mantener las esperanzas de que no todo se ha perdido.
El
hecho de que haya habido una multitudinaria concentración de argentinos
protestando por los constantes y alevosos feminicidios que ocurren a diario en
esa nación, sin que las autoridades argentinas tomen acciones concretas para
erradicar esta penosa costumbre del “varón argentino”; nos da esperanzas de que
no todo esté perdido.
El
hecho de que existan cada vez más latinoamericanos que se suman desinteresadamente
a la causa del venezolano común y su
lucha por el respeto a los derechos humanos, por la libertad de expresión, contra las persecuciones políticas, por el
cese y castigo a la galopante corrupción, por lograr una solución al desabastecimiento, para resolver efectivamente
la grave situación económica del país, para
ejercer el combate efectivo contra la delincuencia organizada, por el cese de los abusos por los poderes del
Estado contra las minorías, etc.; nos da esperanzas que no todo está perdido.
Con
la decisión de La Cámara de Representantes de Colombia, de abolir le reelección
presidencial, el sistema político colombiano de un paso al frente hacia la
renovación, modernización y madurez del político latinoamericano, muy necesario
para cambiarle el rostro forajido a nuestra región. En pleno siglo XXI se
requiere de otro tipo de líderes políticos; que sean capaces y renovadores y
sepan actuar con dignidad, ética y eficiencia ante los nuevos retos y
compromisos cada vez más complejos y difíciles de resolver.
Una
prueba de fuego por venir es la que habrá en Argentina, en ocasión de las
elecciones presidenciales a realizarse el presente año 2015. He oído con
atención a los precandidatos con mayor oportunidad de triunfo. Por lo
observado, pareciera evidente que ese hermano país tendrá al fin mejores
autoridades, las cuales por fin podrán llenar los inmensos espacios vacíos de
la justicia existente, así como la falta de claridad que ha tenido la dirigencia
Argentina para trazar adecuadamente su rumbo hacia un mejor destino y futuro; sin
el trauma de los cambios periódicos caprichosos y crispados al que han sometido
a esa nación los políticos inescrupulosos que han gobernado últimamente en ese
país.
Los
pueblos latinoamericanos en general, reclaman de sus gobiernos y a los
liderazgos políticos, mayor atención y prontitud en atender sus inmensos y
múltiples problemas y necesidades. Están cansados de que exista tanta impunidad
por crímenes de toda índole cometidos masivamente a diario. Exigen mayor
madurez, justicia y responsabilidad de sus políticos y gobernantes en el
ejercicio de sus funciones y deberes.