Según
lo expresado por el CNE de Venezuela, las elecciones parlamentarias se
llevarían a cabo el último trimestre del 2015. Llama poderosamente la atención,
razón para este alerta, que entrando al segundo trimestre del año, aún
persistan inconvenientes para elegir una fecha tan vital para el destino de la
nación, que se supone a estas alturas debería estar perfectamente definida y
acordada.
No
quisiera apresurarme en señalar cosas que parecieran obvias, para este CNE
forajido y manipulador; pero da mala espina, que con toda la experiencia
acumulada con tantas elecciones realizadas por este mismo CNE en 16 años, el
cual ellos auto califican de ser uno de los mejores y más modernos del mundo,
que aún no pueda definir esa fecha.
Dado
que este es un asunto meramente político y administrativo, como un ciudadano
común y corriente, altamente preocupado por el destino del país, llamo la
atención del sector político opositor a que estén alertas y vigilantes con las
probables trampas que el CNE pueda colocar en el camino de estas importantes
elecciones, con esta estrategia de mantener tal fecha en el limbo de las
probabilidades.
Ante
esta incertidumbre planteada por el mismo CNE, cabe preguntarse: ¿Será qué,
están esperando instrucciones del PSUV, de Cuba y/o del gobierno? ¿Será qué, están tramando diferirlas
para el próximo año? ¿Será qué, no hay presupuesto suficiente para costearlas?
¿Será qué, tienen temor de realizarlas?
De
un CNE, totalmente al servicio del proyecto socialista del chavismo, se puede
esperar cualquier cosa. Se tienen evidencias de las múltiples anormalidades
ocurridas durante el ejercicio en funciones de este CNE, a saber: A)
Crecimiento exponencial de electores. De 10 millones de electores con que se inició el universo de
votantes, esta cifra se ha duplicado en solo 13 años, alcanzando la friolera de
20 millones de votantes pronosticados para estas próximas elecciones, para una
población de solo 30 millones. B) La votación múltiple de miles de venezolanos
quienes tienen el privilegio otorgado por el CNE, de votar varias veces en
diferentes centros de votación. C) La creación de mesas de votación, donde el
acceso para el sector opositor es difícil y peligroso, razones para no tener
representatividad efectiva a la hora de las elecciones. D) la violación
permanente de extender las horas de votación, por motivos banales que siempre
se presentan. E) La salida a las calles de los colectivos
chavistas armados, para amedrentar al sector opositor, ante la actitud pasiva
del ejército, encargado de mantener el orden en el país durante las elecciones. F) La excesiva pasividad del CNE ante los
abusos de poder del gobierno durante las campañas electorales, para obtener
ventajas ilegítimas.
Quizás
la lista anterior se quede corta para algunos críticos, mucho mejor
documentados que mi persona, y se me hayan escapado algunos que otros factores
importante a señalar.
Es
posible que me equivoque y el CNE esté realmente imposibilitado físicamente,
con razones poderosas de peso que ignoro, para no tomar ahora una decisión de
fijar la fecha exacta de las elecciones. Si es así, pido disculpas al CNE y a
mis lectores, por pensar tan maliciosamente.
Sin embargo, con la triste experiencia de Venezuela con este CNE, es
necesario estar alerta en todo momento, puesto que han demostrado ser muy
habilidosos a la hora de justificar sus actuaciones parcializadas, erróneas e
ilegítimas.
En
el caso actual de las próximas elecciones parlamentarias, lo que se percibe en
las calles y rincones de Venezuela, me permiten vaticinar, que de cada 10
venezolanos electores, al menos 7, estarían ganados a un cambio de gobierno,
para intentar mejorar la grave situación del país, la cual el gobierno se
empeña en negar y achacar a factores conspiradores. ¿Será acaso ésta, la
verdadera causa de tanta indefinición?
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