sábado, septiembre 06, 2014

El régimen debe disculparse ante la iglesia católica

El régimen de Venezuela, debe disculparse ante la IGLESIA CATÓLICA por la ofensa hecha con toda maldad y resentimiento a la oración del PADRE NUESTRO, que todos los católicos rezamos diariamente para demostrar nuestra fe en Dios y Jesucristo. Sabemos del ateísmo practicado mundialmente por los militantes comunistas desde su creación como doctrina política, que intenta satanizar a la iglesia católica, por el gran poder de convocatoria que ésta ejerce ante millones de creyentes, que practican su fe en esta religión.

Esta burda, descarada, grosera, satánica e inhumana agresión que acaban de hacerle al PADRE NUESTRO de la iglesia católica, en lugar de vulnerarla; la robustece y glorifica aún más, vista la gran fe de sus fieles seguidores, que no tienen que ver nada con política y politiquería que, desde hace siglos el marxismo leninismo intenta utilizar para dañarla, dado el gran resentimiento que tienen hacia esta religión.

El chavismo en Venezuela, ha hecho todos los intentos posibles para dañar al cristianismo, sin lograr amedrentarlo ni inhibirlo, en la lucha social, misericordiosa y religiosa que viene emprendiendo desde que se conoce como tal. Ha intentado incluso crear una serie de hechicerías, dogmas y creencias extravagantes anti religiosas importadas de África y de Cuba que intentan imponer a la población venezolana, a sabiendas de la gran fe que éste pueblo profesa por dios, Jesucristo y su iglesia católica.

Utilizar a la figura del fallecido Hugo Chávez, para este tipo de santerías y politiquería es grotesco y corresponde a políticos de la época de las cavernas. La familia del difunto presidente debería ser la primera en protestar e impedirlo. Creo que el “presidente” Nicolás Maduro, comete un gravísimo error al justificar y apoyar a estas personas que propiciaron tal burla a la iglesia católica y a su oración del PADRE NUESTRO.  No tiene idea Maduro del gran daño que se hacen ellos mismos y a su fallida revolución, enfrentado a la iglesia católica de esa grotesca manera. Gobiernos pasan y la iglesia se robustece y enaltece cada día más.

Soy un venezolano común que practica su fe en Dios y Jesucristo y se siente orgulloso de ser católico. Así como yo existen millones de venezolanos que hoy nos sentimos avergonzados e indignados por este tipo de lucha aberrante que utiliza un movimiento revolucionario de fanáticos comunistas, cuyo único legado será el de enriquecerse de odio a sus líderes y blasfemar del pueblo venezolano, mayoritariamente católico.

En lugar de buscar el perdón de la nación, por los crímenes cometidos contra la nación, el tesoro nacional  y su pueblo, se empeñan en intentar distraer la atención del venezolano de los verdaderos problemas de toda índole que en estos momentos vive la nación. No se explica si estas acciones las hacen para ganar tiempo, confundir o exaltar el caos existente en el país; o simplemente, las producen por simple maldad, ignorancia o falta de educación. Con estas acciones satánicas, el régimen solo conseguirá el desprecio del pueblo que religiosamente reza el PADRE NUESTRO antes de acostarse y al despertarse.

Señor presidente Nicolás  Maduro. Usted se volvió a equivocar, tal como lo hace a diario en la conducción del país. Usted permite y respalda el insulto de su régimen y fanáticos a la población venezolana, mayoritariamente católica y cristiana, por su odio injustificado a ésta.  No se le ocurra volver culparnos de herejes, que acá los únicos de esa clase son usted y sus fanáticos. Si UD se arrepiente de sus pecados cometidos, posiblemente la iglesia católica le perdone, tal como hace con los pecadores arrepentidos.


Sin embargo, ante la justicia del hombre, ni aún arrepentido, usted jamás podrá ser perdonado por el pueblo venezolano y la justicia, quienes entienden perfectamente el gran daño físico, económico, social,  moral y cultural que el régimen que usted representa, ha ocasionado a la nación, dentro del cual usted ha sido uno de los más responsables por ocasionar tal daño. Cuando su régimen expire, se le juzgará, cueste lo que cueste. 

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