miércoles, febrero 05, 2014

Locura en la presidencia

El venezolano que sigue los discursos del presidente de la república con la esperanza de informarse sobre acciones positivas en pro de la solución a la grave crisis económica del país, se queda perplejo ante las declaraciones absurdas, que rayan en la locura, de amenazar con nuevas expropiaciones, como represión a empresas que por alguna razón no satisfagan las reglas de juego que pretende imponer el gobierno para solventar la referida crisis que vive toda Venezuela.

Aún cuando es evidente que estas declaraciones de ira, machismo y prepotencia, no ayudan en nada a la solución de la crisis, una cosa si es cierta; van dirigidas a las turbas y al pueblo que apoya al régimen, quizás para darles a entender que la culpa de lo que ocurre no es del gobierno, sino de los empresarios y comerciantes especuladores. Eso señor presidente, es una salida peligrosa,  mal intencionada, insana y mediocre qué usted le intenta dar a una crisis, la cual al parecer se escapó del  control del gobierno.

Usted, en lugar de intentar conciliar con el capital privado interno, lo ataca con crueldad y alevosía, porque no se puede sacar el chip que le insertaron los cubanos en el cerebro, de que el enemigo de Venezuela es el capitalismo. Usted abusa de su poder, cuando culpa a todo el empresariado de especuladores, cuando sabe perfectamente que los que adulteran y contrabandean son un grupo  minúsculo de mafias y delincuentes a quienes seguramente la guardia nacional tiene identificados, pero por alguna razón no se atreve a denunciarlos por sus nombres y apellidos.

Usted señor presidente no desea ni puede resolver la crisis económica del país. Sus declaraciones y actos están orientados a seguir los lineamientos que les da el partido comunista de Venezuela, quién a su vez los recibe de Cuba, cuyo propósito real es el de profundizar en el socialismo. Usted mismo lo ha expresado reiterada y públicamente. Soy socialista y seguiré siendo socialista, son palabras que he escuchado que usted las ha pronunciado. Cualquier buen entendedor percibe el verdadero trasfondo que está detrás de sus constantes declaraciones de odio y perversidad contra los comerciantes y empresarios venezolanos, incluida la oposición.

Si su gobierno no puede resolver la crisis, acéptelo y reconozcalo. Mandatarios en otras partes del mundo lo han hecho y han llamado a conformar un nuevo gobierno de unidad nacional para trabajar hombro a hombro a objeto de solventar la crisis entre todos los ciudadanos del país. Otra solución honrosa para usted, sería renunciar a la presidencia de la república y llamar a nuevas elecciones, para elegir un nuevo gobierno que pueda hacerlo.


Si usted continúa con ese discurso disonante y agresivo, con el cual no arreglará nada, lo más probable es que factores importantes del país se cansen, se molesten y tomen acciones atrevidas y/o desesperadas, que nos lleven a confrontaciones indeseadas. Si eso es lo que desea su gobierno, siga adelante; pero después no la chille, ni lo lamente. Venezuela no está en época de elecciones que justifiquen el tipo de discurso distorsionado que usted dirige a la nación y al mundo. Recapacite presidente, Venezuela necesita de ayuda financiera y esta es muy huidiza.

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