En los últimos 15 años, Venezuela
sufrió un proceso de nacionalizaciones innecesarias y expropiaciones
irracionales de empresas y actividades del sector privado, que funcionaban exitosamente. Como resultado, de éstas
políticas erradas de estatización de la economía, muchas de estas empresas hoy
día han desaparecido, o las han convertido en cooperativas ineficientes, o
están fuera de servicio, o funcionan parcialmente con reducción alarmante en su
producción; afectando la producción nacional. Tal situación, ha obligado al
gobierno a importar alimentos y artículos de primera necesidad, que antes se producían
con suficiencia en el país, para abastecer a la población. En la actualidad
existe escasez y des abastecimiento.
Ante el hecho irrefutable de: la merma
en la producción de petróleo, el endeudamiento atroz de PDVSA y de la nación,
el despilfarro y la corrupción, la reducción drástica de las reservas financieras,
la merma significativa del aparato productivo del país (se importa más del 80%
de lo que consumimos), la reducción del poder adquisitivo del venezolano, el
subsidio exagerado de gran parte de los servicios públicos, el alto desempleo, el
crecimiento exorbitante de la inflación, la devaluación atroz del bolívar, la
escasez de dólares, entre otras causas; la nación se encuentra sin soluciones
efectivas a la vista que nos impiden visualizar pronta solución a tan grave
situación de indefensión financiera, próxima a una enorme recesión. Esta
situación económica desastrosa, es la prueba fehaciente del fracaso del gobierno
venezolano en la utilización del socialismo del siglo XXI como modelo de
desarrollo de nuestra economía.
El socialismo ya tuvo su
oportunidad en Venezuela, y la desperdició. Esa experiencia ha sido nefasta y
muy costosa para los venezolanos. Es hora de salvar a Venezuela con políticas
económicas modernas, sensatas y viables. No existe manera de convencer al venezolano
sobre las bondades de un socialismo que nos está llevando a la ruina. La ley de
precios justos no resolverá esta situación. Al contrario, la empeorará y muchas
buenas empresas se retirarán del país. Si el gobierno no quiere reconocer esta
situación real, la cual refleja claramente su derrota en la administración de
Venezuela, allá ellos con su conciencia. No obstante, son los que la han
generado y deberán responsabilizarse ante el pueblo por las consecuencias de sus
errores.
Me atrevo a asegurar, que los
venezolanos adversamos al socialismo comunista y preferimos un modelo de
desarrollo económico globalizado, abierto,
de libre mercado, el cual ofrece mejores oportunidades para la nación. Seguiremos
en la lucha por erradicar al marxismo leninismo de nuestro territorio, para
recuperar y mejorar: la democracia perdida, la justicia ciega, la decencia en
nuestra sociedad, el derecho a la vida,
nuestros valores humanos tradicionales, la libertad de expresión, el
respeto a las minorías, los sueños perdidos, la siembra real del petróleo, el
desarrollo económico integral de Venezuela, la libre y justa competencia, la
ilusión de triunfar.
Los factores de la oposición
tendremos que dilucidar la forma de salir de un gobierno que recién empieza otro
periodo de de 6 años de gestión, para completar 19 años, el cual ha empeorado
la crisis que venimos sufriendo desde hace años; y nos amenaza con profundizar
en el socialismo a pesar de lo desastroso que ha resultado este modelo
económico para Venezuela.
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