Entristece e indigna al venezolano demócrata,
leer en los medios de comunicación nacionales e internacionales, actos
escandalosos sobre maltrato humano a la población civil por militares, actos frecuentes
de corrupción, su apoyo incondicional a las FARC, su involucramiento en
diversos crímenes, su participación creciente en el narcotráfico, la dejadez
con la que han actuado ante la entrega del país al comunismo y los pronunciamientos
políticos ilegales que involucran a muchos de los militares del alto mando de la
FANB de Venezuela.
Ante una Fuerza Armada Nacional definida demagógicamente
como “Bolivariana” por el régimen actual, altamente politizada y corrupta, la
indefensión de la patria llegó a extremos insoportables e inaceptables que no
podemos, seguir ignorando por mucho tiempo más, so pena de caer en una espiral
caótica de deterioro físico y moral que nos puede llevar a la anarquía absoluta
en el país.
Esta degradación de la FANB, se explica por
la decisión del gobierno de declararse marxista leninista, y pretender
instaurar en Venezuela un sistema político, social y económico comunista, para
lo cual el control político de las FANB fue y sigue siendo indispensable. Como consecuencia de esto, algunos excelentes
militares institucionalista han salido antes de tiempo de la FANB, otros han
sido expulsados, por no aceptar esta imposición. Muchos siguen adentro, pero
descontentos.
La “revolución bolivariana”, siempre se ha
definido como cívico militar y ha logrado que el alto mando de la FANB se
subordine dócilmente al gobierno con argucias de todo tipo, entre las que predominan;
el adoctrinamiento, la corrupción y la implantación de políticas de ascensos
ilícitas de lealtad al régimen. Pareciera que la corrupción se ha incrementado
y el deterioro moral ha avanzado más rápido dentro de la FANB, en la cual
pareciera que no existiesen límites judiciales ni morales para las actuaciones
ilícitas de los grupos corruptos que operan dentro de ésta.
Tal es el grado de subordinación de las FANB
al proyecto político del gobierno, que los cubanos han logrado penetrar y
actuar masivamente en actividades que competen exclusivamente a personal
venezolano, lo cual sucede ante la mirada cómplice de la FANB y el rechazo de
militares institucionalistas dominados por el temor. Militares cubanos dando
órdenes e instrucciones a militares venezolanos, pareciera ser algo común y
permitido dentro de la FANB.
Cuando observamos el puente aéreo que existe
entre Venezuela y Cuba, para tratar todo tipo de asunto o estrategias; hace
pensar a muchos, que el verdadero poder del gobierno venezolano se ha trasladado
a Cuba. Todo ello, sin protestas ni posturas nacionalistas de nuestros
militares que no cuestionan ni censuran tales conductas villanas.
El presidente venezolano viajando en línea
aérea cubana, cuando Venezuela posee línea aérea bien dotada y además posee
avión presidencial bien costoso por cierto, sobre cuyo estado nadie se atreve a
opinar por temor a represalias. Esto es tan grave, que en Canadá al parecer no
le vendían gasolina a la comitiva venezolana para re abastecer al avión en el que
viajaba el presidente, porqué éste pertenecía a la república de Cuba, sobre la
cual existen sanciones económicas impuestas por la comunidad internacional, por
razones de todos conocidas.
Expertos internacionalistas señalan, que
Venezuela ha descuidado negligentemente el reclamo limítrofe con Guyana, al punto de haber perdido territorio
supuestamente nuestro, tanto en tierra como en el mar, por razones que nadie se
explica claramente.
Se ha calcado al carbón la posición anti
yanqui del régimen dictatorial cubano de los Castro, y la hemos hecho nuestra.
Incluso, la hemos radicalizado al extremo de ofender a los gringos grosera y públicamente
sin ningún desparpajo, lo cual al menos los cubanos evitan hacer por decencia.
Llama la atención que cuando se trata de
algún reclamo a los EE.UU, las FANB apoyan al gobierno, sin importar si éste
tiene la razón. Expulsaron a la DEA y prohibieron sus vuelos de observación,
sacaron a los militares que interactuaban con las FANB en asuntos castrenses, rechazaron
su ayuda humanitaria cuando el deslave en el litoral central, los acusan de
desestabilizadores sin pruebas concisas y precisas, los llaman gringos de
mierda y emiten cualquier tipo de descalificativos contra éstos, expulsan a
funcionarios de su embajada por sostener reuniones sociales, humanísticas y
religiosas con venezolanos, rompen relaciones internacionales con ellos a pesar
de ser nuestros mejores clientes petroleros, etc.
En todas estas anomalías, la FANB ha podido
intervenir, cuestionar o plantear su inconformidad en cada una de ellas y nada
de eso ha sucedido. Ello demuestra la solidaridad manifiesta de la FANB con el
gobierno y el comunismo, así como su alejamiento de la constitución respecto a
su deber de defender la democracia y la soberanía del país, tal como se exige
con claridad en la constitución.
Sin definición aún sobre el destino incierto
del país, me atrevo a afirmar que la primera y urgentísima tarea que debe
desarrollar un nuevo gobierno ciertamente democrático en Venezuela, debería ser
la de reorganizar y limpiar a la FANB de tanta basura que lleva por dentro. No
deberían existir excusas de ningún tipo para ignorarlo y no hacerlo, puesto que
las fuerzas institucionales y morales que aún conviven dentro de la FANB, viven
y sufren esta situación dentro de ella, e igualmente lo reclaman. Además, esta
es una necesidad nacional apremiante
para salvar al país de su autodestrucción, por ambiciones personales de un
grupo de aventureros y villanos.
Los tiempos por venir estarán signados por la
(el): inteligencia, tecnología, globalidad,
productividad, diplomacia, intereses económicos nacionales, desarrollo
industrial y comercial, justicia social,
respeto a los derechos humanos y pluralidad ideológica; razones éstas para
re diseñar a la FANB, a objeto de que contribuya con el poder político civil, a
lograr los objetivos y metas de estas nuevas realidades que exige el mundo en
general y Venezuela en particular.
En el futuro cercano el país demandará de
militares idóneos y ejemplares, prestos a contribuir con los gobiernos
democráticos de turno en lograr retos necesarios para el crecimiento y
desarrollo del país. En consecuencia, se requiere de una sólida
institucionalidad dentro de la FANB, amplia preparación, modernos conocimientos
castrenses, alta moral y unidad solidaria con los factores de la sociedad
venezolana, para lograrlo con éxito en el menor tiempo y al menor costo posible.
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