Entre las críticas frecuentes que
recibo por correo, mensajes o telefónicamente; de fanáticos del gobierno por
mis escritos, la más increíble y frecuente es la siguiente: “la oposición
desea gobernar a Venezuela para entregarle la INDUSTRIA PETROLERA a los EE.UU.”
Esta matriz de opinión, que
pregonan los seguidores de este apátrida e inepto gobierno, es necesario
desmentirla y desenmascararla. Es evidente y demostrable, que quienes han
entregado nuestro petróleo, al servicio del comunismo internacional, han sido los
gobiernos socialistas de Venezuela, aupados y asesorados por Cuba comunista,
durante 14 años.
Es lamentable que a objeto de
ganar apoyo político en Latinoamérica, se dispensen unos 400 mil barriles de
petróleo por día, a precios muy por debajo del mercado internacional, con
facilidades de pago a largo plazo e intereses por mora al 2%. ¡Increíble pero
cierto!
Algunos de esos países, como Cuba
y Nicaragua, según se comenta con fuerza, revenden parte de ese petróleo para
favorecer sus propias economías. Incluso van más allá. Pretenden instalar
refinerías en ambos países para exprimir económicamente tales regalos y vender
gasolinas y derivados a otras naciones. ¡Esa si es una vulgar y apátrida entrega
de nuestro petróleo!
En lugar de regalar el petróleo
tal como lo hace este gobierno, sería preferible que Venezuela pudiera ser capaz de vender todos los barriles de petróleo,
gasolinas, diesel, aceites y demás derivados por día, que pueda producir PDVSA,
a los EE.UU., o a cualquier otro país que los requiera y adquiera a su justo
precio comercial. Regalarlo es una cachetada al pueblo.
Los ingresos, se usarían para
diversificar la economía, creando empresas que generen trabajo y múltiples
renglones de exportación, para el desarrollo industrial, crecimiento económico,
y reducir la importación; que permita realizar la auténtica labor social que
reclama el pueblo con justicia desde muchas décadas atrás. Desarrollado previamente
al país y atendiendo las diversas necesidades del pueblo venezolano, podríamos permitirnos ayudar
a otros países.
Como venezolano progresista,
estaría de acuerdo con que vinieran al país, las mejores empresas petroleras del
mundo, entre las cuales, las norteamericanas y europeas están entre las 20 mejores empresas en avances tecnológicos.
Esto, a fin de que inviertan en Venezuela y nos asesoren con sus tecnologías de
punta, con el propósito de extraer las máximas cantidades posibles de petróleo de
los yacimientos prospectos, para explorar y desarrollar a plenitud.
De no hacerlo así, Venezuela se
quedaría atrás con el petróleo bajo tierra, vistos los descubrimientos de
petróleo y de gas en lutitas en varios países del mundo, entre los que se
destacan los EE.UU., lo cual representa una amenaza competitiva real para
nuestro petróleo.
Otra amenaza a considerar,
parecieran ser los adelantos tecnológicos de los próximos 20 años, que harían económicamente
viable la producción de energía no fósil (solar, eólica, hidráulica hidrógeno, etanol, entre otras). Al parecer,
el gobierno sub estima o ignora estas realidades.
Durante 14 años, Venezuela ha malgastado
miles de millones y excelentes oportunidades para desarrollar a la INDUSTRIA
PETROLERA a niveles por encima de sus capacidades actuales. Por ello, los Indicadores
petroleros operacionales y financieros están por debajo de lo esperado.
Por otra parte, no se entrena al
personal (técnico, administrativo y gerencial), ni se mantienen instalaciones
adecuadamente, la meritocracia ha sido abolida y PDVSA está totalmente
politizada. ¿Qué se puede esperar de una industria que ha llegado a tales
condiciones?
La anterior PDVSA ya hubiese
rebasado los 5 millones de barriles por día de potencial de producción y
cuidado si ese potencial estuviera en los 10 millones de barriles por día. No
me queda la menor duda de que con el tipo de dirección, gerencia, capacidad
técnica, capacidad administrativa, mística y valores que se tenían en PDVSA, ello
hubiese sido una gran realidad.
La infraestructura física que se
tenía antes del chavismo, en: exploración, perforación, producción,
transporte, tratamiento, almacenaje y
refinación, en gas y petróleo, ha sido
desmantelada en parte, paso a paso. Y no solo eso. No ha habido políticas
eficientes de mantenimiento. El personal esta profesionalmente desactualizado y
no es entrenado adecuadamente. La poca capacidad tecnológica que tenía antes la
industria, ya no existe. Muchos andan perdidos aprendiendo idiomas extraños y
difíciles de aprender, para poder comunicarse con sus actuales socios, cuando
el idioma inglés es el utilizado mundialmente.
El desastre actual de la INDUSTRIA
PETROLERA NACIONAL, fue posible debido a que el gobierno le dio prioridad a la
política, al populismo y a la demagogia, pensando que con lo que se tenía en
desarrollo e ingresos petroleros era más que suficiente para convertir a
Venezuela en un país socialista como Cuba.
Quizás el evento que cegó al
gobierno para comportarse con la administración de PDVSA tan erráticamente,
haya sido la fortuna que este tuvo, tuvo con el aumento brutal del costo del
barril de petróleo desde unos 30 USA$/barril promedio, hasta los 100
USA$/barril promedio actuales, que aún se mantiene. Algunos ignorantes piensan,
que ello se debió a Hugo Chávez.
Todos estos fracasos de la PDVSA
chavista, han demostrado fehacientemente, que LA GENTE DEL PETRÓLEO tuvo razón
al declararse en huelga indefinida en diciembre de 2002, como medida
desesperada para intentar evitar la politización de PDVSA y ésta se convirtiera
en caja chica del gobierno para sus planes políticos, cuyos resultados adversos
están a la vista.
Para el colmo de todos los males,
luego del saboteo y fracaso de la huelga petrolera, despidieron a unos 20.000 empleados
técnicos y administradores excelentemente entrenados, muchos de ellos expertos
y con estudios de post grado en sus diversas disciplinas. Hoy día la gran
mayoría de ellos, están esparcidos por todo el mundo cosechando triunfos
profesionales para ellos, sus nuevas empresas y aportando éxitos a otros países
que encontraron esa gran ventaja, gracias a la imbecilidad del presidente de
Venezuela Hugo Chávez en ese entonces.
El verdadero temor que debe tener
el gobierno actual de Venezuela del ilegítimo presidente Nicolás Maduro y sus
fanáticos, no es el de que la oposición entregue el petróleo a EE.UU. Su temor
real debería ser el mal uso del petróleo que ha hecho y hace el gobierno del
mismo, lo que impide desarrollar aceleradamente al país, antes de que sea
demasiado tarde para lograrlo. De esa manera, la población de Venezuela se
evitaría, tener que comer petróleo crudo como alimento en el futuro, por falta
de dirección y visión a largo plazo. Al aparecer, Venezuela perdió el tren de
la historia y quedo rezagada varias décadas atrás.