Se
sabe que PDVSA viene trabajando en un nuevo plan de jubilación para sus
empleados. Existen muchas expectativas
sobre el contenido de éste. Algunos lo miran con mucho optimismo, como para
pensar que con el nuevo plan mejorarían los beneficios económicos y sociales que
recibimos actualmente. Otros más escépticos piensan que todo quedaría igual o
peor. Personalmente pienso es una medida más del régimen para profundizar en el
socialismo, sistema económico este al cual acostumbro calificar como estatismo
o comunismo – conocido mundialmente como la revolución del proletariado.
Aun
cuando no se ha emitido ni aprobado el nuevo plan de jubilados de la industria
petrolera, petroquímica y carbonífera nacional y ni siquiera tenemos el texto
del mismo como para revisarlo, considerarlo y evaluarlo, para los comentarios
respectivos.. No obstante la importancia y afectación que pueda tener este en
nuestra futura calidad de vida, considero importante abrir el debate sobre el
mismo. De hecho, mis comentarios en este escrito se basan en la información
limitada recibida recientemente vía internet
de CENAJIP. Por supuesto, también
en mis conocimientos académicos, entrenamiento recibido y experiencias de trabajo.
Al
parecer, el sistema o plan de jubilación actual, le resulta incómodo al gobierno por varias
razones, las cuales resumo a continuación. I) Tiene la flexibilidad necesaria y
suficiente como para invertir en dólares en el
exterior y recibir los beneficios resultantes en dólares. II) El monto
del fondo de pensiones se va formando con contribuciones por igual de los
trabajadores y empleados de la empresa (50%) y la empresa misma (50%); durante
el tiempo que el trabajador esté activo. III) El monto de la pensión se calcula,
entre otras consideraciones, tomando como base un porcentaje establecido del
último sueldo o salario del trabajador, lo cual beneficia a los jubilados que
alcanzan mejores posiciones (grados) en la empresa. Mientras más alta sea su
posición y/o grado de jerarquía en la organización, mayor sería la pensión a
recibir. IV) Permite la revisión y “homologación” periódica de las pensiones
asignadas al momento de la jubilación para contrarrestar el crecimiento del
costo de la vida por inflación, devaluación u otras razones. V) Permite la
distribución anual de las ganancias del fondo entre los jubilados en forma escalonada.
Quién tenga mayor pensión recibiría mejores beneficios. VI) El fondo es
administrado por una junta directiva privada diferente a la de PVDSA, que se
nombra para tales propósitos. VII) El plan actual vigente es considerado como
un derecho adquirido vitalicio. Se supone e interpreta que no puede ni debe ser
desmejorado ni mucho menos abolido o eliminado. VIII) La elegibilidad del
actual plan se basa en la edad mínima de 60 años, o 30 años de servicios.
Como
el amigo lector podrá apreciar, estas condiciones y beneficios económicos
amplios que debería recibir (teóricamente)
legalmente el jubilado petrolero, con el
plan existente de jubilación; en un gobierno que se ha declarado públicamente
como marxista leninista, colide y entra en conflicto con la aplicación y
cumplimiento del mismo. Eso explica el
trato inhumano y despótico que nos ha dado a los jubilados petroleros el
régimen desde el momento en que se declaró marxista leninista. El plan actual de
jubilación no ha sido aplicado ni justa ni correctamente desde entonces. Si se
hubiese hecho, estaríamos en mejores condiciones económicas para afrontar el
enorme desastre económico y social que ha causado este gobierno.
A
los jubilados petroleros no se les ha consultado sobre la necesidad del
gobierno de cambiar el plan de jubilación existente. Tengo entendido que
tampoco se ha consultado a los miembros actuales de CENAJIP. Quizás se ha
consultado a los sindicatos chavistas, simpatizantes del gobierno.
Dada
la falta suficiente de información que poseo sobre el nuevo plan me limitaré a
destacar algunos de los aspectos revisados y comentados por CENAJIP, Al final,
agregaré mis propios comentarios. A saber:
En
lo que concierne a la administración del
fondo, se establece que ésta será hecha unilateralmente por PDVSA
directamente, quién tendría la potestad de nombrar a la junta directiva o grupo
que lo administraría.
Un
párrafo muy desagradable e inaceptable es el 4.1.7. Modificación, suspensión o terminación del plan. “La empresa se reserva el derecho de enmendar,
modificar, alterar, o terminar en su totalidad o en parte este plan, aun cuando
el contenido del texto es determinante”. Para que no nos alarmemos, rematan
esta sentencia con ofrecer una cajita feliz a los jubilados en caso de aplicar
al artículo.
Otro
párrafo polémico pudiera ser el que se refiere a: La Elegibilidad del Plan de Seguridad Social de Jubilación. “Lo
requisitos para acceder a la jubilación establecían un mínimo de 15 años de
servicios y la edad del trabajador activo los cuales debían sumar 75 puntos.
Este puntaje fue modificado a 65 puntos, de modo que si el trabajador lo desea,
puede jubilarse a los 50 años de edad, y algo más, el tiempo de servicio puede
complementarse con el tiempo agregado que se señala es las en las disposiciones
Específicas cuales son: a) Reconocimiento de años de servicios acreditados
puntos a,b,c,d y e. (Servicios en el
Ministerio de Energía y Minas). b) Servicios en el Ministerio de Educación y
los reconocimientos acreditados prestados en la Empresa.”
Eso
de jubilarse a los 50 años, con 15 años de antigüedad, me recuerda a los países
de Grecia y aquellos otros con fuertes dificultades económicas en Europa como
España, Portugal e Italia, que según entiendo, abultaron las nóminas de los
empleados públicos, redujeron la edad de jubilación en algunos casos a 50 años
de edad y hasta les asignaron pensiones en algunos caso un 100% del monto del
sueldo. Total, el gobierno paga, la productividad se resiente y el país se
empobrece y fracasa.
Se
ignora, que la industria petrolera es diferente a otras industrias; dada la
complejidad, variedad y dificultad de las operaciones básicas, tales como:
Exploración, Geofísica, Perforación, Producción, Tratamiento, Licuefacción,
Almacenaje, Transporte, Mercadeo, Mantenimiento, Seguridad, Entrenamiento, etc.
Para
su formación académica, cursos técnicos, cursos gerenciales, actividades de
campo y adaptación al tipo de trabajo y empresa, se requiere de un tiempo
prudencial de 25 a 35 años, antes de que el trabajador petrolero empiece a
generar y aportar beneficios importantes para la empresa. A los 50 años, un
empleado petrolero, en especial el del área técnica y científica, está en un
nivel óptimo de aportar a la empresa los máximos beneficios, como para darse el
lujo de jubilarlo. En mi criterio, eso pareciera ser un gran desperdicio y
refleja una gran ignorancia y populismo en el manejo de la empresa petrolera. Usar
a la empresa petrolera para hacer populismo reduciendo la edad del candidato a
ser jubilado, es por decir lo menos, una aberración política, económica y
social, que traería consecuencias negativas nefastas a este país.
Si
pensamos en que Venezuela necesitará de mucha gente calificada para reconstruir
la patria y a PDVSA misma, y por el contrario, estimulamos la flojera, la
mediocridad y el facilismo, se estaría dando un mal ejemplo al país, afectándolo
en su productividad y capacidad de generar trabajo y riquezas. Facilitar la
jubilación antes de tiempo debido es sencillamente una felonía.
El
plan de jubilación actual del trabajador petrolero es excelente y completo.
Solo es necesario que se apliquen correctamente y a tiempo, los procedimientos
y condiciones contractuales que contiene y exista la voluntad de PDVSA de actuar
ajustado a las leyes y tener el respeto debido a los derechos de los jubilados,
otorgándoles los beneficios contemplados, tal como se establece en el plan.
Intentar
igualar por debajo a los jubilados es otro error, el cual se percibe en el
nuevo plan. El trabajador petrolero siempre ha tenido metas y propósitos altos,
que le motivan para seguir creciendo en la industria. Una de esas motivaciones
es la de llegar lo más lejos y alto posible para obtener una mejor pensión. Cuestionar el hecho de que existan jubilados
con mayores pensiones que otros es una aberrante torpeza y miopía. Ese era uno
de los motivos por el cual en PDVSA se hablaba y actuaba normalmente de
excelencia.
Aspirar
a una mejor pensión, ascendiendo en la
línea gerencial de PDVSA, es una aspiración humana, lógica e irrebatible,
puesto que motiva y motoriza al empleado a esforzarse más en sus
responsabilidades, lo cual al final, beneficia tanto a la empresa como al
empleado. Si eso es capitalismo, entonces que viva el capitalismo.
Los
ejecutivos y dirigentes laborales de PDVSA deben ser profesionales y técnicos altamente
calificados, preferiblemente formados en el negocio petrolero. Eso no se logra
inmiscuyéndoles en política. Para ello existe el ministerio de Petróleo y
Energía, y la comisión de Petróleo y Energía de la Asamblea Nacional,
organizaciones éstas que pudieran considerarse como los elementos políticos de
la industria petrolera. A la industria petrolera, se le hace daño y se merma su
capacidad de acción, cuando se le politiza.
Son
muchas las empresas petroleras fracasadas, donde la política torpe y el
sindicalismo corrupto las ha dañado. YPF de Argentina, Petrobras de Brasil,
Pemex de Méjico; son algunos ejemplos de politización, ineficiencia y
corrupción que debemos evitar en PDVSA de Venezuela. Aún se está a tiempo para
rectificar y mejorar.
Por
las circunstancias y argumentaciones dadas arriba, cuesta creer que PDVSA
decida unilateralmente imponer un nuevo plan de jubilación para los
trabajadores petroleros, siendo que ni siquiera ha sabido aplicar el plan
actual. Peor aún, si lo hace por la cercanía de las elecciones parlamentarias,
puesto que no hay manera de que el plan sea recibido con beneplácito por la
masa de trabajadores petroleros, ni por Venezuela entera; en especial cuando se
empiecen a descubrir las brechas e imperfecciones del mismo.
Un
nuevo plan de jubilación de los trabajadores de la empresa más importante del
país, preparado sin la participación ni opinión de las minorías políticas, ni
de los sindicatos independientes, ni de los afectados, tendrá el destino que se
merece, un fracaso absoluto. Seguramente, el mismo tendrá el respaldo de los
aduladores de siempre, lo cual no garantiza que sea exitoso. Sin embargo y sin
duda alguna, será aprobado e impuesto
sin contemplación y no tendremos otra opción que aceptarlo, con alguna que otra
protesta aislada.
Seguramente
las pensiones serán mejoradas en algo y algunos jubilados petroleros y
empleados activos simpatizantes del chavismo, se traguen el anzuelo y salgan a
manifestar su entusiasmo por tal aumento, el cual no sería más que un espejismo
y una manipulación para lograr sus objetivos de someternos perversamente por
ley. Actualmente lo hacen ilegalmente. Eso
estaría por verse. Solo sería cuestión de tiempo, percatarse de que el plan
actual era muy superior. Que éramos felices y no lo sabíamos.