Cito sic: La organización de
países productores de petróleo (OPEP1), fue fundada en Bagdad (Irak)
el 14 de septiembre de 1960 a
raíz de unos acuerdos previos establecidos en el I Congreso Petrolero Árabe
realizado en El Cairo, (Egipto)
a finales de enero de 1960 por iniciativa del
Gobierno de Venezuela presidido por Rómulo Betancourt, el entonces ministro de Minas
e Hidrocarburos venezolano Juan Pablo Pérez
Alfonzo y
el ministro de Petróleo y Recursos Minerales de Arabia Saudita, Abdullah al-Tariki. Alfonzo señaló que era
necesario un "instrumento de defensa de los precios para evitar el
despilfarro económico del petróleo que se agota sin posibilidad de
renovarse". Fin de la cita.
El procedimiento de la OPEP
para procurar controlar los precios, ha sido el mismo en el tiempo, bajar la
producción de petróleo, en el momento en que se produzca una baja en los
precios del mismo. Con el control de
solo algo más del 30% de la producción total mundial, el sistema era infalible
y se mantuvo por varias décadas así, hasta ahora; cuando sorpresivamente, la
OPEP, liderada por Arabia Saudita, el mayor productor de petróleo del mundo se
opuso a bajar la producción, dejando al libre comportamiento del mercado libre,
donde prevalece el principio de la oferta y la demanda que se encargase de
fijar el precio de éste.
Este acontecimiento inédito, ha
encendido las alarmas en los sectores mundiales de la energía y sectores
económicos en general. Ha despertado además, sentimientos encontrados de:
tristezas y alegrías, de pros y contras en todos los países del mundo. En este escrito,
presentaré mis puntos de vista, sobre los pros y los contras que ha traído esta
situación.
PROS. Los países no productores de
petróleo son los primeros en beneficiarse, puesto que para muchos de ellos el
ahorro que logran al año puede ser tan alto que pudiera elevar su Producto Interno
Bruto (PIB) en varios puntos. Esos recursos que se ahorran pudieran cubrir
otros renglones deficitarios en su economía. La magnitud del beneficio
dependería del tamaño de su economía, y del consumo de petróleo. Con un
petróleo barato, los países no productores pueden abordar otros proyectos de
inversión requeridos para mejorar sus economías, que anteriormente se les hacía
imposible considerar. Todo dependerá de la duración de éste periodo de bajos
precios, estimado por algunos expertos en 1-2 años. Lógicamente, también
dependerá de los niveles de restablecimiento, crecimiento y estabilización de
los nuevos precios posterior a este periodo.
Los países desarrollados
productores de petróleo, no miembros de la OPEP, lógicamente también son consumidores. Los
beneficios (pros) a lograr para éstos, en este periodo de bajos precios,
dependerán de la magnitud de su consumo, del nivel de su producción, del tamaño
de su economía y hasta del tipo político de gobierno y/o sociedad que prevalece
(Democracia versus totalitarismo) como: EE.UU., Canadá, China, Rusia,
Inglaterra, Holanda, Francia, Italia, Noruega, etc... Por ejemplo, en los
EE.UU. se ha producido una baja automática de los precios de la gasolina que
beneficia enormemente a la población. Desconozco si este fenómeno también se
produce en Rusia y China u otros países.
CONTRAS. Todos los países productores
de petróleo se perjudican con este bajón en los precios del petróleo. Los más
perjudicados resultarán aquellos países que hayan sido incapaces de
desarrollarse plenamente, tales como: Angola, Argentina, Argelia, Brasil, Colombia,
Ecuador, Irak, Libia, México, Nigeria, Perú y Venezuela; en los cuales existe: pobreza,
necesidades por satisfacer y muchas desigualdades.
Se tendrán que revisar,
cancelar, congelar y/o suspender temporalmente, la ejecución de algunos
proyectos de inversión, cuyas tasas de retorno (TIR) que hayan sido calculadas
en base a los precios anteriores del petróleo, puesto que con los nuevos
precios que prevalezcan, éstos pudieran ser económicamente inviables.
El daño económico mayor para
estos países, será el bajo ingreso en divisas que dejaran de percibir con los precios actuales tan
bajos. Brasil, Colombia, México y Perú sobreviran - pero serán afectados levemente
en sus economías - debido a que los ingresos petroleros en estos países no son
tan vitales, como lo son para Venezuela, único país mono productor. Venezuela será
uno de los países más afectados, dada la grave situación político/económica que
vive, su gran deuda económica, su poca reserva e ineptitud de su gobierno.
Con esta situación, supongo que
habría un desgano en el entusiasmo de los inversionistas privados por el
negocio del petróleo. Pienso que serán más cautelosos a la hora a la hora de
considerar una inversión en el sector petrolero. No obstante, el negocio
petrolero seguirá adelante orientado a proyectos menos riesgosos.
Existe un viejo adagio que aún
perdura en el tiempo, que dice algo similar a esto: El 1er mejor negocio del
mundo es un negocio petrolero. El 2do mejor negocio del mundo es un negocio
petrolero mediamente administrado. El 3er
mejor negocio del mundo es un negocio petrolero mal administrado. Este adagio
nos lleva a presumir, que el negocio petrolero seguirá siendo un buen negocio,
aún con bajos precios.
En el cálculo de rentabilidad
de los proyectos de mejoramiento de crudo para explotar la Faja Petrolífera del
Orinoco en Venezuela, mediante los convenios estratégicos establecidos por
PDVSA, el precio de venta del crudo resultante era algo cercano a los 20 US$. Con
los precios actuales, creo éstos siguen siendo rentables.
CONSIDERACIONES FINALES. La industria petrolera está
estremecida y desconcertada por la baja en los precios del petróleo. La OPEP
está dividida al no permitir la baja de la producción de petróleo de los países
miembros, para intentar recuperar los precios. Tal pareciera que se abriese una
nueva era en las políticas de fijar precios del petróleo mediante la oferta y
la demanda, sin argucias ajenas interviniendo.
Las primeras interrogantes que
me planteo al respecto son: ¿Estaban los precios del petróleo inflados? ¿Cuáles
serían los niveles futuros justos de recuperación de estos precios de venta,
para mantener al mercado sano y sin grandes fluctuaciones? ¿Cuáles serían los niveles
de rentabilidad mínima permitida ante los precios próximos? ¿Seguirán los
inversionistas privados de la banca mundial occidental aún interesados en
invertir en Venezuela? ¿Cuánto afectará este bajón, al desarrollo de energías
renovables alternas?
Muy probablemente, este sacudón
mundial en la industria del petróleo llame a reflexionar tanto a gobiernos como
a empresas transnacionales petroleras a ser más selectivos a la hora de tomar
decisiones petroleras; en muchas de las cuales privan sentimientos más nacionalistas
que racionales, a los cuales no hay que renunciar, pero tampoco usarlos como
escudo de protección ante los inversionistas. La industria petrolera es muy
generosa y da oportunidades a todos cuando se utiliza el raciocinio. El negocio
petrolero debe dejarse en manos de los expertos quienes aportan las nuevas
tecnologías y saben utilizarlas.
La lógica indica, que el Estado
debe dejar la costosa práctica de pretender ser principal protagonista en el
negocio petrolero, tal como es el caso del gobierno de Venezuela en la
actualidad. Los gobiernos deben dar paso a las empresas: internacionales privadas,
mixtas o convenios estratégicos, con
participación económica del gobierno más reducida, dejando el protagonismo y
mayor riesgo a las empresas internacionales que aporten el capital, tecnología
y experiencia (KNOW-HOW). Aún cuando el margen de ganancia se reduzca por ser
socio minoritario, igual se obtendrían jugosos ingresos por regalías, impuestos
sobre la renta, y otros beneficios contemplados en las leyes de los países. Esta
disminución en los ingresos se compensa con la garantía de tener operaciones
exitosas, acceso inmediato a tecnologías de punta, óptimo mantenimiento y menos
riesgos en las inversiones. Es decir, en futuras negociaciones, utilizar el
método ganar-ganar.