El ESTATISMO, es un sistema político de
gobierno totalitario donde los gobernantes, administran al aparato productivo
de la nación, mediante empresas controladas por el ESTADO, que por lo general
es el mismo gobierno o poder ejecutivo. Cuando,
por algún impedimento o dificultad, estos gobiernos no pueden administrar todas
las organizaciones o empresas privadas del país, tienden a intentar
controlarlas mediante leyes y decretos, para tener el monopolio de la actividad
completa del país.
El totalitarismo es por lo general, aplicado
por gobiernos totalitarios de ideología política socialista (comunista) o por
fascistas nacionalistas con pretensiones hegemónicas. A diferencia de las
dictaduras tradicionales de militares o de derechistas extremos, tienden a
utilizar el estatismo como una forma de gobierno, con el pretendido argumento
de que lo hacen para equilibrar las distribución de las riquezas del país y
eliminar la pobreza. Por tal razón, llegan a tener un gran respaldo popular,
hasta que empiezan a declinar en la solución de los problemas básicos de las
poblaciones, por la sencilla razón, de que la generación de las riquezas
necesarias no es posible lograrlas con tal obsoleto sistema económico.
Una particularidad muy generalizada entre
gobiernos totalitarios estilistas es su odio hacia el capitalismo o sistema
económico conoció mundialmente como de libre mercado, al cual atacan y acusan
de ser supuestamente el culpable de las injusticias sociales del mundo. Según
sus argumentos, el capitalismo produce riquezas las cuales se quedan en manos
de unos pocos, para el sufrimiento de las mayorías.
En cierta forma esa es una realidad a medias, considerada por
algunos como un mal necesario, dado que el capitalismo es el sistema económico
que produce abundantes riquezas, necesarias para producción masiva de alimentos
y productos de primera necesidad requeridos por las todas las poblaciones del
mundo, para su bienestar.
Los gobiernos totalitarios que utilizan el
estatismo o nacionalización de las empresas básicas para convertirlas en herramientas de poder
político y económico, para así someter a las poblaciones, han tenido en estos
últimos 15 años un surgimiento repentino y significativo en Latinoamérica, en
ocasión de la llegada del chavismo al poder en Venezuela. Argentina, Bolivia,
Cuba, Ecuador, Nicaragua y Venezuela, prácticamente se han aliado bajo el
nombre de un proyecto político conocido como el socialismo del siglo XXI, al
cual han apostado fuertemente; y cuyo financista único es el gobierno de
Venezuela.
Es tan fuerte esta unión, que bajo los
auspiciantes políticos del Foro de Sao Paolo y de la dictadura de Cuba, han
creado organizaciones políticas como el Alba, Unasur, Petrocaribe, y CELAC, en la cual han involucrado a otras
naciones democráticas que utilizan el sistema económico del libre mercado, con
la pretensión de convertir a toda Latinoamérica al socialismo, en antagonismo
al sistema económico capitalista que practican las naciones de Norteamérica y
Europa.
Los detractores latinoamericanos del
capitalismo o sistema económico de libre mercado tienden a nacionalizar
empresas privadas y convertirlas en empresas públicas administradas por el
Estado, no obstante la evidencia demostrada fehacientemente, de que la
eficiencia, rendimiento y larga vida de la empresa privada es por largo trecho,
muy superior al de éstas.
No debe entonces alarmarnos, del porqué el
crecimiento económico (PIB) de los gobiernos de Argentina, Bolivia, Cuba,
Ecuador y Venezuela, están en promedio, muy por debajo del crecimiento
económico promedio del de países como: Chile, Colombia, México, Panamá, Perú,
Costa Rica, Brasil, Canadá, EE.UU., Paraguay, entre otros.
Muy posiblemente el amigo lector esté de
acuerdo conmigo en que el lado oscuro del estatismo, razón de su frecuente
fracaso, pudiera estar reflejado en la siguiente lista parcial. A saber:
- Las empresas públicas no tienen defensores que vigilen responsablemente la administración, productividad y la calidad de las empresas. No importa que las empresas trabajen a perdida, ya que están orientadas a servir al pueblo, cual es su objetivo único.
- Se tiende a mantener los precios de venta de los productos, muy por debajo a los del mercado real. Esta medida les brinda beneficios y aceptación de las mayorías, pero va en contra de la administración sana de las empresas; pero produce votos.
- Se descuida el mantenimiento por la ausencia de sensibilidad de la empresa privada, la cual si cree en el mantenimiento e invierte en ello.
- Se tiende al amiguismo en la asignación de responsabilidades y cargos de las empresas, por preservar la lealtad y ayudar a los familiares y amigos cercanos.
- Se facilita la corrupción por la falta de filosofía, sistemas y procedimientos adecuados para prevenirla y evitarla. Por el contrario, estatizar es una forma lícita de corromper.
- Se politizan y las hacen parte del proyecto político totalitario lo cual las convierta en cajas chicas de los gobiernos y sus gobernantes, para usarlas con diferentes propósitos.
- Dado que son empresas del ESTADO, no pagan puntualmente sus obligaciones ni compromisos fiscales, ni de servicios básicos para su funcionamiento, puesto que les permiten ciertos privilegios, por la cercanía éstas a la presidencia de la republica.
- No existe meritocracia sino lealtad al proyecto político de turno, razón por la que los empleos y ascensos en la empresa se obtienen mediante la afinidad ideológica, adulación, amistad, o parentescos con los poderosos de la empresa o del gobierno, sin llenar los requisitos de antigüedad y méritos logrados para ascender.
- El abuso de poder es ilimitado en entre los jerarcas de las empresas públicas, quienes lo utilizan frecuentemente para vejar, humillar, castigar, oprimir, difamar y muy frecuentemente a forma de venganza de enemigos personales u opositores políticos.
- En cuanto a actualización tecnológica, la empresa pública siempre esta relegada u atrasada respecto a la empresa privada. Esto, debido a que la competitividad obliga a la empresa privada a estar modernizada y actualizada.
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