El drama que tiene Venezuela hoy
día, empieza por las diferencias abismales existentes entre la visión política
que presenta el sector chavista y la que presenta el sector opositor actual.
Son visiones contradictorias e irreconciliables, que por lo general no se
dirimen en las urnas electorales, tal como lo ha demostrado nuestra historia
reciente. Normalmente, los proyectos políticos totalitarios se imponen por la
fuerza de las armas, o emboscadas políticas como las que aplicó el chavismo. Los
proyectos políticos democráticos se imponen con los votos secretos del pueblo, en
honestas, libres y transparentes elecciones.
VISIÓN CHAVISTA
El proyecto chavista es excluyente,
atenta contra las reglas de juego de la democracia y viola la constitución,
para el avance de la revolución. Es una propuesta cerrada, autoritaria,
totalitaria. Ideológicamente diseñada y condicionada para ir en contra del
sistema político democrático y contra el sistema económico de libre mercado.
Tal como lo ha puesto en práctica el chavismo, es una propuesta fundamentada en
la ideología política del marxismo leninismo, o comunismo.
La propuesta revolucionaria es de
confrontación y odios que ha llevado a la polarización del pueblo venezolano en
dos bloques bien definidos. Deja en una segunda prioridad los intereses propios
de todo el país, y a las necesidades básicas de toda la ciudadanía, para
concentrar su lucha en atender a los más necesitados, intentando en
contrapartida; vengarse, destruir y empobrecer al sector opositor, lo cual
además de injusto e ilógico, es inhumano y perverso.
El otro aspecto muy cuestionado
internamente en Venezuela, contenido dentro del proyecto chavista, y principal causante
del descuido interno del país y sus propias necesidades, motivo importante para
nuestra precaria situación económica; ha sido el de regentar y financiar un
movimiento latinoamericano de justicia social en el continente, para lo cual el
chavismo necesitó repartir colosal ayuda económica a casi todos los gobiernos
de los países de la región, a través de diferentes mecanismos, utilizando gran
parte de los recursos provenientes de las ventas petroleras.
Mediante el abuso del poder y
sabiéndose favorecido por las mayorías, el gobierno chavista MANIOBRÓ, para secuestrar
los demás poderes del Estado, imponiendo en la conducción de éstos poderes, a
dirigentes influenciables y/o simpatizantes de sus planes totalitarios, para manipular
la constitución, las leyes y los procesos electorales con total parcialidad, y
garantizar así, los triunfos electorales que se requerirían para imponer soslayadamente
su proyecto comunista. De hecho, en 14 años de gobierno, el chavismo solo ha
perdido un sufragio.
EL CHAVISTA TÍPICO
El chavista típico seguidor y
gran apoyo de la revolución bolivariana, en su gran mayoría pertenece a las
clases sociales pobre y media-baja de Venezuela. Obreros, analfabetas, empleados,
informales de la economía, madres jóvenes solteras, amas de casa abandonadas,
estudiantes pobres, personas de la tercera edad desempleados y sin pensión,
profesionales, discapacitados, intelectuales de la izquierda, emprendedores y
comerciantes de estratos sociales bajos, etc.
Todos ellos en general
discriminados o desasistidos en mayor o menor grado por los gobiernos
democráticos anteriores. El gobierno chavista les dedicó atención especial y
recursos a través de programas sociales denominados MISIONES en áreas de la
salud, analfabetismo, educación básica, educación media y universitaria,
vivienda, transporte, empleo, ayudas financieras a través de préstamos blandos,
becas, adquisición de equipamiento para el hogar, adquisición de vehículos,
adquisición de alimentos subsidiados, adquisición de viviendas, etc.
Todo este contingente de
venezolanos necesitados, al margen de lo político, tiene un especial y eterno agradecimiento
por el difunto presidente Hugo Chávez, que va más allá de su persona; por el
hecho de haberles, incluido y considerado en beneficiarios de su gobierno.
Personas que aprendieron a leer y a escribir, personas a quienes se les entregó
una vivienda, jóvenes que pudieron ingresar a una universidad sin exámenes de
admisión ni esperas interminables, taxistas que pudieron comprar un auto nuevo
con relativa facilidad, madres solteras a quienes se les reconoció su
existencia y se les suministró ayuda económica, viejos execrados del SSO por no
contribuir, acceso al poder de muchos que antes no eran tomados en cuenta por
ser rechazados por la meritocracia, personas quienes obtuvieron prestamos que
antes les era imposible obtener por lo riguroso y exigente del sistema bancario
nacional.
VISIÓN DEMOCRATICA
La propuesta de la oposición, es genuinamente
democrática, donde los valores y principios de la democracia y la constitución
se mantienen vigentes y se respetan. Es una propuesta incluyente para
desarrollar económicamente al país, con el apoyo de todos los venezolanos,
inspirada en la unión, el respeto y el mejoramiento de la calidad de vida de
todos los ciudadanos y residentes del país, incluyendo a los simpatizantes
chavistas. No persigue la perpetuidad en el poder, ni pretende instigar al
pueblo chavista para que les acepten o ayuden en la implantación de la
propuesta. Por el contrario, les invita a participar en el proyecto de
reconstrucción del país. La propuesta opositora, como en toda sociedad democrática,
busca el poder en competencia electoral
franca, honesta y abierta, con las otras corrientes políticas supuestamente
democráticas en total y absoluta igualdad de condiciones electorales.
EL OPOSITOR TÍPICO
El opositor típico, proviene mayormente
de la clase social media venezolana. Lo complementa un amplio sector de la
clase pobre que se ha integrando al sector opositor. La disidencia del
chavismo, quienes han desertado del chavismo y se han unido a la oposición,
mayormente por divergencias políticas irreconciliables. Es complementado por un
amplio sector de la oligarquía tales como: la alta sociedad, empresarios,
inversionistas, comerciantes; conocidos como la clase rica u oligárquica, quienes
han sido constantemente atacados, instigados, ofendidos y vejados por el gobierno, quienes verían con agrado
un triunfo de la oposición.
El sector opositor se ha
constituido en guardián de la democracia, la justicia, la tolerancia, el
respeto a las leyes y a Constitución de la República Valores éstos que al dirigente
y militante chavista sub estiman, por los múltiples servicios y distinciones
que reciben del gobierno al aplicar éste el populismo como práctica perversa de
ganar adeptos y seguidores.
CONCLUSIONES
Con visiones políticas tan disimiles como es el caso actual en Venezuela, donde la propuesta chavista se
sale del marco de la democracia, es impensable que en condiciones normales de
competencia electoral transparente, pueda ganar limpiamente unas elecciones,
razones para que el gobierno utilice ilícitamente su poder, para comprar
conciencias y manipular resultados electorales, que le permitan garantizar los
triunfos que sean necesarios para mantener vigente su proyecto político socialista
en el tiempo.
Para el chavismo, perder el
gobierno significaría el fin definitivo de su proyecto político, el cual por
ser inviable a largo plazo, tendría que ser cancelado por quién le sustituya en
el poder del lado opositor. No obstante, desde el punto de vista social, algunas
iniciativas y políticas públicas del chavismo pudieran ser extendidas tal como
se implementan actualmente. Otras pudieran ser mejoradas y continuadas.
Desde el punto de vista de la
macro y micro economía es evidente la necesidad de emprender cambios
sustanciales que tiendan a impulsar la economía del país para diversificarla y
mejorarla a objeto de lograr mayores ingresos y reducir la marcada dependencia
del país del negocio petrolero. Un gobierno opositor tendría que reactivar la
economía en base al sistema económico de libre mercado, aupando al capital
privado a la creación de nuevas empresas
privadas y/o mixtas para generar nuevos empleos. El sistema económico
socialista podría ser útil y jugar un papel restringido en algunas áreas específicas
de la economía.
Con la muerte del presidente Hugo
Chávez y la posibilidad real de participar en breve en unas nuevas elecciones
presidenciales, a la sociedad democrática de Venezuela se le presentan varias
disyuntivas e interrogantes que es necesario dilucidar antes de seguir
insistiendo en la vía electoral, como medio de ganar el poder para desarrollar
su propuesta electoral.
Como es sabido y suficientemente
expuesto y debatido, el sistema electoral venezolano, garantiza el voto, pero
impide al sector opositor elegir a los gobernantes de su preferencia, razón por
la que es necesario y pertinente revisar y corregir el sistema electoral. El
mismo está plagado de irregularidades, maquinaciones, componendas y abusos de
poder; que hacen necesario que el sector opositor reclame y exija al Estado
venezolano, la equidad y transparencia que debe existir en tan importante sistema
electoral para elegir.
Se desconocen las condiciones que
exigirá la oposición para participar en estas venideras elecciones
presidenciales. Sin embargo, pienso que probablemente algo harán al respecto.
Sobre todo, cuando sabemos, vemos y oímos con frecuencia lo siguiente: a)
dirigentes del chavismo expresar que aún de perder las elecciones no entregarán
el poder, b) a las FANB custodiando las urnas electorales, vigilando el proceso
de votación y por otro lado confesarse seguidores del proceso revolucionario
del chavismo, c) al CNE totalmente sumiso al chavismo, d) un registro electoral
contaminado con irregularidades de todo tipo, e) uso de recursos financieros de
la república así como el uso propiedades del Estado, para ayudar en la campaña
del candidato del gobierno, f) uso indiscriminado por el gobierno de los medios
de comunicación del Estado, para la publicidad y promoción del candidato del
gobierno, etc.
Con visiones políticas tan encontradas
como la revolucionaria del chavismo y la democrática de la oposición, es
fundamental para la nación que exista total imparcialidad y transparencia en
las elecciones presidenciales, para que sea el pueblo quién elija libremente y
sin presiones, el tipo de gobierno y país que prefiere. No negamos que existan
minorías de venezolanos que prefieran a militares y a dictadores como
gobernantes. Allá ellos con su conciencia.
Lo que se cuestiona es el hecho
de éstas minorías pretendan inducir con trampas y sobornos a venezolanos, para
que voten a favor de una propuesta totalitaria, que además de ir en contra del
espíritu democrático de las mayorías venezolanas, quienes prefieren vivir en
libertad, justicia y progreso; abusan descaradamente del poder para imponerse,
lo cual es inaceptable.
EL ESENCIA DEL PROBLEMA
Han sido 14 años de duros de enfrentamientos
políticos, plenos de: controversias, abusos de poder, violaciones a la
constitución, persecuciones políticas, malversación de fondos, violaciones a los derechos humanos,
persecuciones a medios de comunicación privados, expropiaciones arbitrarias, debilitamiento
aparato productivo, endeudamientos innecesarios, fallas en servicios básicos, debilitamiento
de PDVSA, impunidad ante la corrupción y el crimen, politización Fuerza Armada,
desabastecimientos, economía de puertos; y peor aún, una sociedad resentida, fragmentada
y polarizada entre chavistas y opositores que se odian.
El innegable el propósito humano chavista,
de reconocer y ayudar al pueblo más necesitado. Sin embargo, es errado hacerlo,
violando la constitución y las leyes que ellos mismos establecieron, utilizando
políticas públicas demagógicas y populistas erróneas; que propiciaron el cuadro
negativo señalado arriba; lo que significa, que los logros sociales obtenidos,
han sido en base a un costo excesivamente alto. Entre otras cosas, han
comprometido severamente la economía del país a niveles tan graves, que el
nuevo gobierno que se elija, tendrá que resolverlos con urgencia, antes de se
conviertan en una debacle económica nacional, no obstante los altos ingresos
petroleros, que afortunadamente todavía recibe la nación.
Las recientes declaraciones
envalentonadas y desafiantes de los lideres chavistas de honrar al presidente
Hugo Chávez, profundizando en el socialismo e ignorando los graves problemas
económicos de: desempleo, inflación, escasez
de alimentos, pérdida de capacidad adquisitiva, colapso de las infraestructuras
(vial, industrial, y suministro servicios básicos), escasez de viviendas, inseguridad
ciudadana, pagos y servicios a la inmensa deuda que agobia a la nación;
parecieran indicar que, de ganar el chavismo las elecciones presidenciales estarían
dispuestos a continuar con el CAOS, en el cual seguimos inmersos.
Ante esta posibilidad real, nos
preguntamos: ¿Hasta cuándo resistirá pasivamente el pueblo marginado,
excluido, perseguido, odiado y
atropellado de los sectores opositores? ¿Piensa el chavismo que podrá continuar
aplicando libremente y sin consecuencias, esta estrategia de odios y
enfrentamientos, negando la existencia del otro? ¿Cuándo y cómo, piensa el
chavismo dedicarse al crecimiento económico de la nación? ¿Está dispuesto el
chavismo a propiciar una guerra civil entre hermanos, para mantenerse en el
poder? ¿Será la muerte del presidente Hugo Chávez, la única e irónica oportunidad,
para lograr una reconciliación nacional?