martes, enero 08, 2013

Venezuela sitiada


Evaluando la situación de indefensión en que nos encontramos los venezolanos demócratas en nuestro propio país, me viene a la mente, el cruel y sanguinario cerco del ejército alemán a la ciudad rusa de Stalingrado – conocida actualmente como Volgogrado – hecho éste ocurrido entre AGO/1942 - FEB/1943, durante la II guerra mundial.

En la denominada Batalla de Stalingrado, considerada una la más sangrientas de la historia, murieron 2 a 3 millones de personas. Del lado ruso murieron civiles y militares en una cantidad superior a la de las bajas militares alemanes que ocasionaron esa masacre. El ejército ruso esperó a que llegase el invierno de 1943, para contraatacar al ejército alemán. Esa estrategia, aunque produjo más muertes de las esperadas, salvó a Rusia de caer en manos de Alemania. Algunos consideran, que esa batalla, significó el inicio del resultado final de la II guerra mundial, en la cual Alemania e Italia resultaron las naciones derrotadas militarmente.

Sin ánimos de protagonizar un teatro dramático sobre la situación venezolana, y reconociendo, que aún nos quedan ciertas libertades en Venezuela, encuentro cierta similitud, que aún cuando ahora no sea tan dramática como el referido cerco a Stalingrado, estaría en vías de convertirse en algo similar, con la diferencia que éste cerco a los venezolanos demócratas. lo realizan ciudadanos venezolanos, de ideología política marxista leninistas, aliados con la dictadura comunistas de Cuba y apoyados por gobiernos rufianes y cómplices, de países como los de Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador y Nicaragua.

Volviendo al teatro de operaciones en Venezuela, tenemos que: La comida empieza a escasear desde hace tiempo, las divisas para viajar son muy escasas y su costo es inalcanzable para los bolsillos de las mayorías. Las comunicaciones cada vez nos las restringen más, y nos jaquean las cuentas electrónicas, para limitar nuestras comunicaciones. Los lideres invasores nos atemorizan con mayores y fuertes represalias a través de sus repugnantes alto parlantes. A los diputados opositores, les insultan y los abuchean desde los palcos secuestrados por el chavismo, y les limitan sus intervenciones. Las tropas provenientes de Cuba aumentan y se reestructuran, ante la mirada complaciente y guapetona de los enemigos venezolanos de la democracia Nos sentimos como solos en Latinoamericana y el mundo sin que se produzcan indicios de solidaridad provenientes de gobiernos influyentes y reconocidos, o de instituciones internacionales, en defensa de la democracia venezolana. El ejército cívico militar, enemigo declarado de la democracia, aprieta más sus medidas de aislamiento para sofocarnos y obligarnos a rendirnos y a entregarnos. Cada día nos acostamos pensando y divagando, cuando irrumpirán violentamente en nuestras ciudades y puertos, con sus submarinos, destructores, tanques y aviones, cual fuerza invasora. Así me siento como venezolano, y creo que muchísimos más como yo se sienten igual.

Con el debido respeto a ese valiente y glorioso pueblo de Stalingrado, que pudo soportar ese horror, en base a coraje, dignidad y amor propio, intento imaginarme, como se sentirían todos ellos: padeciendo de hambre y sed, por no tener agua potable ni comida, comiendo ratas y demás animales, comiéndose a sus muertos, muriendo de hipotermia por falta de combustible y leña para resguardarse del frio penetrante hasta los huesos, abandonados en la nada, rodeados de un desierto gigantesco de hielo, sin saber cuándo volverían a comer, o si al siguiente día estarían muertos, acurrucándose unos a otros, para darse algo de calor, desvelados por no poder dormir, o por lo duro e incómodo del suelo.

Cuando leo algún escrito o columna panfleto de algún venezolano, que exterioriza la aceptación, de que todo está perdido y no hay nada que se pueda hacer; no dejo de pensar en ese noble pueblo ruso, que resistió su cautiverio con honor y valentía, hasta los máximos sacrificios inimaginables.

Al menos en Venezuela, tenemos la ventaja, de que la temperatura no es tan inclemente como la de aquella ciudad de Stalingrado. Es cierto que tampoco estamos en igualdad de condiciones que el pueblo de esa ciudad. Pero al menos ellos tuvieron un ejército leal y patriota que les defendía y protegía, ante la despiadada invasión extranjera. Por el contrario, nuestro ejército se une al invasor extranjero.

Quizás tengamos solo una afinidad o cosa en común que compartir, con el horror de la Batalla de Stalingrado. A saber: Los alemanes invadieron Rusia, principalmente para apoderarse de los pozos petrolíferos del Cáucaso, entre otras variadas razones estratégicas. Lo venezolanos y aliados cubanos que les acompañan, lo hacen básicamente por apoderarse de la riqueza de Venezuela proveniente de los ingresos por su producción petrolera, simulando que lo hacen por el pueblo y para el pueblo.

El solo saber que quienes nos amenazan, nos acorralan y nos atropellan, son nuestros propios hermanos venezolanos, en complot con nuestro propio y desleal ejército, supuestamente creado para defender a Venezuela y a su población. Y peor aún, orientados, asesorados y dirigidos por el gobierno comunista cubano, quién ha desplegado un ejército cívico militar en nuestra propia tierra, para virtualmente contribuir a aplastar nuestra determinación de permanecer en democracia, justicia y en libertad.

Apreciado compatriota, y consecuente lector; disculpa que me sienta pesimista en estos momentos, cuando mi temperamento y voluntad me convierten en una persona optimista por naturaleza. Pero esto tengo que expresarlo crudamente y de alguna manera, para contribuir a que despertemos, y sólidamente unidos, busquemos una salida honrosa a este cerco en que nos han metido: los ambiciosos aventureros, los golpistas consuetudinarios, los vende patria, y los fanáticos de ideas políticas obsoletas y periclitadas; tal como lo hubiese expresado ese insigne personaje y luchador incansable por la democracia latinoamericana, llamado en vida Rómulo Betancourt.

¡Irónico! ¿Verdad?.... En este escrito, estoy honrando al pueblo ruso y destacando al ejército ruso de la antigua URSS del criminal Joseph Stalin, por su heroísmo y tenacidad, y tener que enfrentarnos hoy día, a las secuelas de ese mismo sistema político decadente del comunismo, en nuestro propio territorio venezolano, 60 y tantos años después de ocurridos tales lamentables y heroicos hechos.

Se acercan momentos donde el cerco a la democracia venezolana se profundizará, para intentar ahogarnos en nuestras angustias y miedos. Han intentado argüir que el pueblo pobre está de acuerdo con ellos y con su revolución bolivariana, cuando es una enorme falacia, lo cual pronto certificarán.

Nos han amenazado y expresando públicamente en cadena de radio y televisión, que la revolución bolivariana (léase comunista) seguirá imperturbable, con Chávez vivo o muerto. Están a punto de pasar la línea delgada línea roja entre democracia y dictadura. Espero confiadamente que tú, querido compatriota, sepas como actuar en defensa de nuestra única patria, para evitar que nos la quiten.

Es de esperarse que, mañana 10 de enero, luego de perpetrado el hecho ilícito de violar la constitución y de producirse automáticamente un auto golpe de estado, a ser dado por el gobierno chavista, la representación opositora en la AN, se debería retirar voluntaria y dignamente de esa caldera del diablo llamada Asamblea Nacional, y se inicie así una nueva lucha desigual, más abierta y más frontal en defensa de la democracia, de las libertades y de la justicia. Dios bendiga y salve a Venezuela.

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