La “revolución
bolivariana” se edifico en base a mentiras, revanchismo, populismo,
odio, corrupción, improvisaciones e ilegalidades. Muchos creemos,
que ésta caerá estrepitosamente, cuando su líder desaparezca o
merme su capacidad para ejercer el mando, debido a la gravedad del
estado de su salud. Solo el presidente Hugo Chávez, dado su
liderazgo y enorme poder que se ha endilgado, pudiera garantizar
ejercer por algo más de tiempo, el control del CAOS gubernamental
que nos afecta a los venezolanos, el cual empeora cada día.
No existe la
constitucionalidad necesaria, que garantice la gobernabilidad en el
destino inmediato de Venezuela. Todos los Poderes del Estado sin
excepción, están penetrados por la mediocridad, la amoralidad, la
parcialidad, el fanatismo, los intereses económicos y la indolencia.
O sea, que los venezolanos estamos en la presencia de un vacío de
poder generalizado, consecuencia de las políticas y decisiones
gubernamentales erradas y estilo de gobernar totalitario, donde
cualquier cosa podría pasar en muy breve tiempo.
El país está
secuestrado por la mediocridad, y los intereses internos y foráneos
que en estos momentos luchan decididamente por sus privilegios y
posiciones. La lucha soterrada que se desarrolla, pareciera ser
feroz y brutal. El interés foráneo del gobierno comunista de Cuba,
pareciera que jugará un rol fundamental en nuestro destino
inmediato, con la anuencia y permisividad del gobierno bolivariano.
Se dice, que las FANB adelantan movimientos militares preparatorios,
con participación de civiles y militares cubanos, para contener y
aplastar cualquier tipo de manifestación que pretenda poner en
peligro a la revolución bolivariana.
Estamos a la espera de
una decisión que no depende de alguien en particular, puesto que
estaría en manos del destino. De Dios depende el futuro de
Venezuela. Si le da vida, si deja que fallezca, o si le permite vivir
incapacitado para gobernar. Todos oramos para que Dios decida sanar y
prolongar la vida al presidente, para que éste termine de gobernar.
Esa seria la solución humana y piadosa esperada por la oposición.
Cualquiera de las otras dos soluciones sería indeseable,
impredecible, peligrosa, y hasta pudiera convertirse en sangrienta.
Muy pocas veces,
Venezuela ha empezado un nuevo año con tanta incertidumbre y
angustias entre su población. El liderazgo de todas las tendencias
pareciera estar petrificado, y/o a la espera de lo que Dios decida
hacer. Hay como una barrera invisible que impide ver o predecir lo
que sucede entre bastidores en el seno de los factores de poder civil
y militar.
El gobierno se ha negado
reiteradamente el permitirle a toda Venezuela, estar informada veraz
y oportunamente en detalle, sobre el estado real de la salud del
presidente Hugo Chávez. Hoy vivimos en base a rumores, los cuales
abundan de todo tipo, unos más pesimistas que los otros. La guerra
sucia arrecia, empeora y se hace más patética.
Ante este panorama
tétrico que se cierne sobre nuestro país, los venezolanos
intentamos seguir nuestras vidas como si nada estuviese ocurriendo.
Fingimos contrarrestar esta tragedia con acciones rutinarias como lo
hacemos cada día normal. Reímos, bailamos, hacemos chistes,
viajamos, tomamos, escribimos y hacemos planes para el futuro. No
obstante, sabemos que estas vivencias no son espontaneas, e
internamente rogamos que esto que estamos viviendo, resulte ser una
gran pesadilla pasajera que vivimos soñando despiertos.
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