El país a la deriva y el venezolano indefenso
Guillermo A. Zurga, 15 de julio de 2008.
El país va a la deriva cual submarino torpedeado y descontrolado hacia las profundidades del océano, rumbo hacia un futuro incierto y para nada prometedor. Los venezolanos que queremos salvarlo, estamos indefensos ante la situación real del país, el cual está secuestrado por un grupo de forajidos, quienes lo destruyen y lo utilizan para enriquecerse, o simplemente por odio, rencor y venganza. La unión y sinergia internas no se producen. La ayuda foránea que esperaríamos a que nos auxilie; o está comprada, o es lenta en las acciones para ayudarnos a sacarlo a flote.
Aún creemos que las elecciones de noviembre pudieran representar una salida democrática al problema a mediano plazo. No obstante, por momentos me asaltan las dudas, viendo tanta contradicción y tanta inercia en los venezolanos demócratas. La gente clama a gritos, con llantos y desesperanzas soluciones inmediatas a tantas necesidades acumuladas, ignorando el hecho de que este gobierno está colapsado y no puede dar esas soluciones, por más que lo intente. El liderazgo de la oposición pareciera estar con las manos amarradas para tomar decisiones trascendentes que le den un giro a la situación. Pareciera que todo está en manos del pueblo, el cual por cierto, ¡está arrecho!
Si todo sigue así, si no se presenta una guerra civil, una sublevación masiva, o un auto golpe de estado de parte del gobierno y llegamos a elecciones presidenciales en 2012, existe la esperanza de que el gobierno sea tomado por otras organizaciones demócratas mas responsables y serias que le den un giro a la situación actual y enderecemos el rumbo. Esa solución no la garantiza nadie. Es mas amigo lector, acá entre nosotros, dudo que se presente. Ante tanta incertidumbre, pareciera ser que ese dicho popular que dice que: “mientras vaya viniendo, vamos viendo” pareciera ser nuestra única esperanza y nuestro lema de seguir dando largas a la situación esperando a que ocurra algo milagroso.
Me resisto a creer y aceptar que los venezolanos no podemos solos resolver nuestra situación. Es inconcebible que exista tanta diferencia en las interpretaciones o puntos de vista que damos a la situación actual. Unos adoran a Hugo Chávez y están dispuestos a dar la vida por él. Otros lo odian, o detestan y están dispuestos a todo para sacarlo del gobierno. Otros esperan pasivamente. Otros no opinan.
El gobierno sigue aprobando y publicando leyes a todas luces inconstitucionales e ilegales, violatorias de los derechos ciudadanos y de los principios básicos de libertades. Ahora, gracias a RCTV, y al sociólogo Trino Márquez, me acabo de enterar de una ley que convierte al INCE o instituto nacional para la cooperación educativa, en INCES, o instituto nacional de capacitación y educación socialista. Se supone que ese instituto es el que educa y prepara a un amplio sector de venezolanos en áreas de trabajo, que los capacitan para ejercer una carrera digna tanto en el gobierno como en la empresa privada.
Es decir, el gobierno continúa intentando llevar a Venezuela al socialismo, sin que se haga nada concreto y definitivo para evitarlo. Mi reflexión de hoy, es la de que mientras mas cosas ilícitas le aceptemos mansamente a este gobierno, el retorno a la normalidad del País se hará cada vez más difícil, con un gran agravante, el daño colateral en vidas y en costo podría resultar inmenso.