Ha
concluido, sin pena ni gloria, la lucha política por la conquista de la
democracia en Venezuela, La lucha en favor de la democracia, dio un enorme e
irreversible salto atrás. Es decir, el avance que se había ganado en 18 años de
lucha intensa, se desintegró, sin pena ni gloria. Preparémonos ahora, para un
largo periodo de compleja y férrea dictadura: militarista, marxista leninista y
narcotraficante, que pudiera prolongarse por varias décadas más.
Lamentablemente,
el liderazgo político del movimiento democrático liberador, colapso
estruendosamente. Personalismos, egoísmos, intereses personales, falta de
cohesión, falta de liderazgo efectivo, falta de unidad, falta de patriotismo,
falta de sinergia y exceso de egocentrismo; nos llevaron a este triste y
lamentable colapso, o como quiera llamárselo. Venezuela, hoy está de luto.
Las
elecciones seguirán su curso, esta vez mas parcializadas, con un CNE más
radical que antes, sin fuerzas políticas que logren presionar al régimen para
que depure e independice; y con el apoyo de los pocos partidos políticos que
acompañaran al régimen a continuar con sus orgías, excesos y experimentos de
todo tipo.
La
esperanza antes probable, de intervención militar por los EE.UU., como acción
extrema, se distancia cada vez y se hace improbable por prudencia, visto el
apoyo al régimen de: China, Rusia, Irán y Corea del Norte, etc. al régimen
venezolano. La salida política y pacífica, se desmoronó y ya no es una solución
al problema. La presión para el diálogo que antes tenía el régimen, se ha
desinflado, y no habrá forma de una salida negociada, al menos que, esta se
traslade a las potencias mundiales que forman parte del problema. Se pudiera
hablar de una negociación, a esos niveles internacionales, con una probable
solución, donde todas las partes pierden o ceden algo, como tal fue el caso de
la crisis de los misiles cubanos de 1963.
De
no lograrse una solución algo similar, los venezolanos seguiremos emigrando, el
liderazgo seguirá desapareciendo y/o sumándose a la dictadura, y esta
finalmente se consolidará. Ahora vendrá la parte más dolorosa, para el
venezolano común demócrata, del proyecto marxista leninista, con beneficios
adicionales para los líderes del proyecto chavista; como lo sería la tan temida
abolición de la propiedad privada, donde la repartición de bienes dentro del
chavismo podría ser apoteósica.
En
esta parte final de la democracia cercenada en Venezuela, las pocas empresas privadas existentes,
tendrán que ser nacionalizadas, para facilitarle a la dictadura, controlar totalmente
la economía del país, sin tener que lidiar con los supuestos saboteadores
enemigos del régimen, que suben los precios de los alimentos a su libre albedrío, tal como lo dice el régimen. Solo es cuestión de tiempo, para empezar
a ver los sucesivos actos de socialización de Venezuela, según la visión del líder
supremo, Hugo Chávez Frías, quién seguramente, le expropio las llaves del
infierno, a San Pedro, allá donde debe estar ardiendo de alegría, por su
inmaculado triunfo. Mas perfecto y pérfido, no ha podido ser el proyecto del régimen,
para apoderarse pacíficamente de Venezuela.