En
Venezuela hemos tenido amplia y nefasta práctica con dictaduras de varios
signos, intereses, e ideologías. Principalmente de militares ambiciosos e inescrupulosos y/o, civiles totalitarios
en su esencia. Por lo general, estas dictaduras militares, por lo general
vienen pactadas con un sector político civil, que en muchos casos las aúpa y
las defiende por diversas razones e intereses mezquinos, que resultan
mayormente en excusas para justificarlas, protegerlas y disfrutarlas; debido a
los intereses individuales y grupales detrás de éstas.
Algunos
de nuestros héroes libertadores, luego del glorioso triunfo militar por las
libertades y la justicia en nuestro país; en el tiempo se convirtieron en
hegemónicos y dictadores, puesto que ante tanto desorden y caciquismo existente
en el país, se consideraban la única opción para sacar a la recién fundada república
de Venezuela hacia el progreso, la modernidad y el orden.
La
ante penúltima dictadura de Venezuela, que precedió a la actual, fue la del
general Marcos Pérez Jiménez, que como sabemos fue derrocada por un movimiento
cívico militar el 1º de enero de 1958. Luego de ello, tuvimos una etapa
democrática de 40 años, tiempo durante el cual se produjeron varios intentos de
golpe de estado, donde se hizo evidente la participación de la revolución
cubana, durante la guerra fría, con la participación del partido comunista de
Venezuela, junto a otros partidos políticos de la izquierda radical, tales como
el MIR, MEP, ARS, PRIN, entre otros, cuyo motivos parecían ser, implantar en
Venezuela una revolución comunista similar a la cubana.
El
sistema democrático establecido principalmente por AD, Copei y URD, unidos bajo
el llamado pacto político de Punto Fijo, creado con el vital propósito de
salvaguardar la democracia, logró controlar la insurgencia, tanto militar como
la comunista importada desde Cuba, hasta el 4 de febrero del año 1992, fecha en
que surgió el fracasado intento de golpe de Estado de Hugo Chávez Frías y compinches.
La
forma condescendiente, demagoga y populista, como algunos líderes políticos del
momento malinterpretaron el origen de tal movimiento insurgente, facilitaron al
mismo, participar en las elecciones democráticas que les permitió lograr un
triunfo holgado en diciembre de 1998. Ese movimiento, era el mismo que durante
40 años intento apoderarse del poder político en Venezuela por la fuerza. Lo
demás es historia contemporánea.
El
gobierno electo “democráticamente” se declaró marxista leninista, e intentó
cambiar la constitución que lo impedía. Aún cuando no obtuvieron el éxito
deseado en un plebiscito que convocaron para tal fin, continuaron gobernando abusivamente
con una visión y un programa de gobierno totalitario diferente a la orientación
democrática que ofrecieron al país antes de las elecciones. Es decir,
realizaron un vil y burdo engaño a la sociedad venezolana, momento a partir del
cual, los venezolanos hemos vivido una pesadilla horrible la cual no pareciera
tener fin.
Personas
en el exterior, des estiman que Venezuela viva una neo dictadura tal como se
califica en el escrito. Sobre todo si tales personas son de ideología política
cercana al socialismo/comunismo o
similares. La OEA y la ONU, por sus intereses y alianzas, quizás pondrían en
tela de juicio tal afirmación.
Se
habla de neo dictadura debido a que las dictaduras tradicionales en Venezuela,
jamás se inspiraron en el marxismo leninismo, como ideología política para
gobernar, ni en el socialismo para estatizar la economía. La dictadura de
Venezuela es militar con un presidente civil comunista, quién evidentemente es
asesorado e influenciado por los
hermanos Castro, quienes llevan casi 60 años, como dictadores comunistas de
Cuba.
¿Por
qué se califica de neo dictadura al régimen de Venezuela, cuando éste ha sido
electo en elecciones abiertas, supuestamente democráticas, ante la vista de cientos
de observadores invitados? La respuesta es sencilla. Ni las elecciones han sido
democráticas ni transparentes, ni la gestión del gobierno se lleva a cabo
dentro de los principios y premisas democráticos. Existe mucho abuso de poder
que nadie controla: A saber.
El
Consejo Nacional Electoral (CNE) quién administra y dirige todos los procesos
electorales que se llevan a cabo en Venezuela está conformado por 5 miembros
principales, de los cuales 4 son miembros activos del partido político del
régimen (PSUV) o simpatizantes de éste. Son notorias las actuaciones pro
gubernamentales del CNE; cuando se supone que los miembros de esta
importantísima institución deberían ser
políticamente independientes y no lo son. El Banco Central ya no emite los
indicadores económicos.
Los
poderes del Estado venezolano; TSJ, defensoría del pueblo, fiscalía y
contraloría están todos constituidos y
dirigidos mayoritariamente por miembros de la revolución bolivariana que
intenta imponer el comunismo en Venezuela. Esto explica que no existe Estado de
derecho en el país, lo cual da cabida a una enorme indefensión política y legal. La Asamblea
Legislativa no controla al poder ejecutivo, lo alcahuetea.
El
Estado Mayor de La Fuerza Armada Nacional,
está constituido por simpatizantes políticos del régimen que actúan como
fichas políticas del mismo. La mayoría de ellos acompañaron a Hugo Chávez en su
intento de golpe de Estado. Los artículos de la constitución sobre los cuales
se basa su actuación y disciplina, son reiteradamente violados por éstos. En
lugar de defender la seguridad, soberanía e independencia del país, la
entregan a los gobiernos; cubano, ruso y
chino, según sea el caso y/o intereses en las relaciones o negociaciones con
éstos.
La
justicia venezolana (TSJ y la Fiscalía) está totalmente parcializada, actúa
ilícitamente. Defiende los intereses del régimen; e intenta someter al escarnio
público a los factores de la oposición. Existen muchos presos políticos, sin
juicio alguno y con testigos falsos. Existe
persecución sistemática del poder judicial contra el sector opositor, por
instrucciones del poder ejecutivo, con indicaciones públicas del presidente de
la nación a través de los medios de información en cadena nacional. La
violación a los DD.HH., es permanente.
El
gobierno ha logrado el monopolio de las comunicaciones y medios de
comunicación. Esto, mediante la compra a través de terceros, de medios que
antes eran imparciales y críticos para
convertirlos en dóciles defensores del
régimen. El régimen presiona constantemente a los medios de comunicación para
que controlen sus editoriales, no se diga la verdad de lo que acontece y solo
informen sobre asuntos triviales o favorables al régimen. Tele sur es el vocero
principal del marxismo leninismo en Latinoamérica.
El
miedo de opinar públicamente de algunos medios es tal, que se atreven a asegurar,
en palabra de sus directivos, que ellos no opinan. Desconocen, que opinar es
lícito y que hasta los periodistas pueden hacerlo. Opinar está permitido según
la constitución de la república y hacerlo con sensatez no representa delito
alguno. Han cerrado varias televisoras y radios nacionales y evitan que entre al
país la señal de la televisora colombiana NTN24. CNNE está amenazada. Ahora
quieren obligarnos a comprar y registrar nuestras compras en una tarjeta
electrónica, dizque para controlar el contrabando, ofendiendo así a toda la
población.
No
se entiende la larga espera de la OEA, para que ésta dirija la CARTA
DEMOCRÁTICA al régimen de Venezuela. ¿Será que la OEA espera, a que haya un
golpe de Estado “justificable” para condenarlo y rechazarlo y así honrar a la neo
dictadura amiga de Venezuela, tal como sucedió en Honduras y Paraguay?