La amenaza del corte de suministro de petróleo a EE.UU.
En reiteradas oportunidades hemos oído con preocupación al presidente Hugo Chávez y a su ministro de energía y minas, Rafael Ramírez, con una facilidad y ligerezas desconcertantes, amenazar a los Estados Unidos de Norteamérica, con cortarle el suministro de petróleo, si la administración de George W. Bush continua atacando verbalmente a la administración de Hugo Chávez. Siendo los ingresos por ventas de petróleo la principal y más segura y prácticamente nuestra única fuente externa de ingresos, nos preguntamos:
¿Es que acaso no es Hugo Chávez y su gobierno el que se la pasa atacando verbalmente a EE.UU. y provocando al gobierno norteamericano en cada foro nacional e internacional al que asiste? ¿No es esta una temeridad inexcusable e irresponsable del gobierno? ¿Podemos darnos el lujo de cortar esa fuente de ingresos tan cercana y segura porque el gobierno actual – que se supone transitorio – no tolera la política de Washington? ¿Podemos los venezolanos pensantes quedarnos de brazos cruzados ante este juego peligroso y negativo para los intereses de Venezuela? ¿Tienen los venezolanos – sobre todo los chavistas - conciencia de lo que eso significa? ¿Es que acaso existe en el mundo un mercado para nuestro petróleo, mejor que el norteamericano? ¿Es que acaso nos queremos distanciar definitivamente del País con mayor actividad económica en el mundo y el de las mejores tecnologías de avanzada en gran parte de las disciplinas conocidas, sobre todo en la petrolera? ¿Es que acaso no hemos calculado que si perdemos ese mercado, aunque sea transitoriamente, en menos de lo canta un gallo, será tomado por otro productor, muy posiblemente Árabe, corriendo el riesgo de perderlo irreversiblemente? ¿Es que acaso este gobierno tiene el apoyo mayoritario de los venezolanos, la autoridad legal y la moral suficientes como jugar con el futuro de nuestros nietos y biznietos?
Ante tantas interrogantes que se me ocurren, como venezolano con vocación democrática y como profesional de la industria petrolera que he sido durante casi toda mi vida, pienso que este es un tema muy importante que todos los venezolanos debemos tratar seriamente y fijar posición con firmeza de parte de los que no estamos de acuerdo con esa política internacional de la confrontación y la provocación permanentes así como el uso indiscriminado del chantaje petrolero como medio de negociación o persuasión.
Si bien es cierto que Venezuela es el País con una de las reservas petroleras mas grandes del mundo, lo cual nos da una posición privilegiada, tenemos que reconocer que por su importancia y necesidad vital para la humanidad, como la primera y mas económica fuente de energía conocida, el petróleo esta prácticamente siendo considerado como patrimonio de la humanidad y en consecuencia, debemos ser comedidos cuando se trata de su distribución y su venta. Tenemos mucho petróleo, sí. Pero no olvidemos que es mayormente pesado y extra pesado, con alto contenido de minerales y contaminantes, lo cual lo hace difícil y costoso de extraer, refinar y/o comercializar. Eso lo saben los expertos petroleros del régimen y cualquier venezolano que sepa algo de petróleo. Además, no debemos subestimar a las potencias desarrolladas, que como sabemos trabajan acelerada e intensamente en el desarrollo de fuentes alternas de energía, entre las cuales la de el nitrógeno, la energía nuclear, la bioenergía, la energía eólica y la energía solar tienen grandes posibilidades de ser desarrolladas económicamente al mediano y largo plazo.
Es necesario que el gobierno venezolano sea mas humilde, tolerante, sensato y comedido al tratar estos temas, que tanto significan para Venezuela. Esta es una materia entre muchas otras, donde el gobierno nacional tiene que consultar y pedir respaldo a la población, para la toma de decisiones. El haber ganado unas elecciones no los faculta para arruinar a Venezuela, o provocar una crisis política, internacional y/o económica de proporciones inimaginables.
Este tema del petróleo, sumado a otros temas importantes, tales como: el apoyo incondicional de Venezuela al Irán, el tomar partido y fijar posición a favor de los Árabes y grupos fundamentalistas islámicos como Hezbolá, Al Qaida y Hamás, distanciándose de Israel - ignorando las razones y puntos de vista de los Israelíes - las estrechas y frecuentes relaciones con dictadores y países extremistas, la salida arbitraria del comercio Andino de Naciones, la incorporación caprichosa e inducida de Venezuela al MERCOSUR, la construcción arbitraria e injustificable de un gasoducto hacia el sur, inviable económicamente, que además es una posible amenaza para la política de mantenimiento de presión de nuestros yacimientos petrolíferos de Oriente; son temas vitales para nuestra economía, seguridad y política internacional, sobre los cuales la oposición, los especialistas y los venezolanos en general deben opinar y pronunciarse abiertamente, so pena de convertirse en cómplices por omisión de tales decisiones.
Lo mas preocupante de todo esto es que ante tantos disparates, arbitrariedades y abusos del gobierno, comprometiendo irresponsablemente las finanzas, la seguridad y el prestigio de Venezuela, el venezolano adopta una posición, complaciente, impasible y tolerante, que pareciera que ya nada le importa, nada le duele. Es elemental entender que un presidente electo tiene la gran responsabilidad de administrar los recursos del estado, de delinear y conducir la política exterior, y el derecho de representarnos a todos los venezolanos en el exterior y hacer acuerdos y negociaciones con otros países, que beneficien a la Nación, no a un proyecto político personal. Lo que no se entiende, ni se debe tolerar es que haga todo esto con irracionalidad, negligencia y desprecio hacia todos los venezolanos, incluyendo a sus seguidores, a sabiendas que está dañando a Venezuela por su empeño enfermizo de enfrentarse a EE.UU. y todo lo que sea o se parezca al imperialismo, capitalismo y globalización.
No soy estúpido para solicitar a la Asamblea Nacional, a la fiscalía y/o al TSJ para que controlen las irresponsabilidades y extravagancias del presidente y limiten y le pongan coto a esas acciones y acuerdos peligrosos e inconvenientes para el País. Los venezolanos sabemos que además del terror y el miedo que le tienen al líder, todos ellos tienen la misma línea, la misma conducta, la misma ideología – el medio justifica el fin - y las mismas intenciones de implantar su nefasto castro comunismo en Venezuela.
Con base a lo expuesto, exhorto a los diferentes factores de la oposición, y de la sociedad venezolana realmente demócrata en general, buscar una forma practica, viable y contundente de protesta contra estos excesos y abusos del gobierno y hacerlos conocer nacional e internacionalmente a objeto de que nuestra posición sea inequívoca y quede formalmente establecida. Se trata nada más y nada menos de tratar de proteger y salvar a Venezuela del fanatismo ideológico de un grupo que gobierna indebida y peligrosamente al País y quienes no tienen conciencia del daño que pueden ocasionar con sus actos y decisiones.
Guillermo A. Zurga