martes, julio 28, 2015

El jubilado petrolero y su gran drama.

Da pena y tristeza, ver a personas jubiladas de la industria del petróleo y de otras instituciones, que tengan que salir a las calles -  algunos con bastones y otros en sillas de ruedas – reclamarle al gobierno el cumplimiento de sus obligaciones legales, contractuales y humanas de garantizarles sus pensiones y políticas de aumento según fue establecido durante la época en que estos jubilados fueron jóvenes trabajadores, orgullosos de sus respectivas áreas para las que trabajaron. En esta lista que lucha con grandes dificultades y desigualdades por nuestras reivindicaciones económicas justas, los trabajadores petroleros no estamos solos, puesto que la gran mayoría de las asociaciones de jubilados en las otras áreas de la actividad productiva venezolana se vive la misma situación de pensiones insuficientes que rayan en lo inhumano y ridículo.

El propósito es que cada jubilado común tenga una pensión suficiente que le permita vivir decentemente sin grandes privaciones económicas; disfrutando de sus hijos, nietos y biznietos. Que le permita darse un viajecito por Venezuela y disfrutar de nuestras bellezas naturales. Deleitarse a plenitud practicando su distracción favorita (domino, bolas criollas, cartas, boliche, golf, cocina, etc.)…. Al fin y al cabo, durante nuestra vida inicial; le hemos dedicado mucho tiempo, esfuerzos y recursos económicos a educarnos, prepararnos, sacrificarnos y trabajar duramente, para satisfacer todos esos sueños comunes en nosotros.

Nuestro país fue políticamente tomado;  originalmente por engaño, luego por el totalitarismo y finalmente por el militarismo. No es culpa de la  Asociación de Jubilados de la Industria del Petróleo (AJIP), ni de los jubilados quienes por iniciativa propia (chavistas u opositores) se han dedicado a reclamar nuestros derechos;  por haber llegado a esta triste situación de no disponer mensualmente de suficientes recursos para comer y vestirnos. Peor aún, no se nos permite tener representantes en la administración de nuestro fondo de ahorros en dólares y ni siquiera se nos informa sobre los rendimientos económicos anuales que éste genera.

He venido insistiendo en que el problema global y fundamental de Venezuela es político. Las debacles económicas son consecuencia de las malas políticas públicas y macro económicas tomadas erróneamente, por este gobierno desde 1999. Algunas veces con saña; como esa de apoderarse, politizar y utilizar a PDVSA para hacer política nacional e internacional, y así afianzarse indefinidamente en el poder. Sin duda alguna, nuestro gran drama, es consecuencia directa de esas nefastas políticas “socialistas”  que vivimos hoy día.

Lo que este gobierno ha venido haciendo periódicamente con los jubilados petroleros, es aflojarles un poco la cuerda  al cuello, para que ésta no apriete tanto y no nos estrangule. Los líderes políticos y sindicalistas de la revolución chavista, saben perfectamente lo que hacen en el manejo perverso de la Industria petrolera, de la cual fuimos parte y que contribuimos gallarda y honrosamente a enaltecerla.

Ese último supuesto aumento a recibir pronto, el cual  para algunos de nosotros es una generosidad del régimen y del sindicato petrolero que nos representa, no es más que otra dadiva engañosa, para que nos tranquilicemos e impidamos que tales reclamos justos y legales, no se conviertan en un gran movimiento y escándalo nacional e internacional, que perturbe la “generosa” campaña pre electoral que ya ha emprendido el gobierno con miras a las elecciones legislativas del próximo mes Diciembre de 2015.


Si el jubilado petrolero desea reconciliarse y superar las diferencias existentes entre nosotros, debería empezar por aceptar la realidad y conocer la verdadera causa de nuestro gran drama. Son loables y encomiables los mensajes conciliadores de muchos de nuestros destacados y dignos miembros; de llamar a la sensatez, moderar el lenguaje y lograr la unidad, los cuales comparto respetuosamente. Pero eso sí, hablemos claro y con la verdad por delante, requisito indispensable para lograrlo.

miércoles, julio 01, 2015

Morir matando IV.

Desde que escribí el primer artículo de la serie MORIR MATANDO, en Abril de 2012, he corroborado lo acertado que fue el uso de este concepto; sobre la posición del régimen respecto a lo que se debe hacer en Venezuela para superar las diferentes crisis en las que estamos hundidos desde hace varios años. Insistir en aplicar el concepto MORIR MATANDO, por la terquedad del régimen en no reconocer el fracaso de sus políticas públicas, en la imposición absurda del obsoleto sistema de gobierno denominado “SOCIALISMO DEL SIGLO XXI” como sistema político, social y económico, para conducir el destino del país, alejan cada vez más las soluciones juiciosas y sensatas a la vista.

FEDECÁMARAS, organización que representa al empresariado privado de Venezuela, ha invitado al presidente Nicolás Maduro a la celebración de su  71ª Asamblea anual, a celebrarse a mediados de Julio.  Puedo percibir fe y esperanza en que esta invitación tenga acogida, vista la situación real que existe. Esto, debido a la posibilidad real de la desaparición de más empresas productivas del mercado venezolano, las cuales bajarían la Santamaría, de no recibir el apoyo solidario del régimen en abrirse al sector privado.

Entiendo que FEDACÁMARAS aspira del régimen: su apoyo, aceleración en los trámites y amplia colaboración para la compra ágil de los insumos que éstas necesitan, para lograr mantener en operación las empresas que aún quedan, y reactivar en  otro tanto a las empresas privadas que contribuyen con el aparato productivo venezolano, el cual como sabemos está prácticamente colapsado y en vías de desaparecer.  

Ojalá, son mis deseos y pienso que el de todos los venezolanos, de que el presidente asista a esta Asamblea y dialogue abierta y sinceramente con el empresariado privado, para el bien de Venezuela. Qué bueno sería, que entre el Ejecutivo Nacional y Fedecámaras, se llegue a un acuerdo serio y sincero para solventar muchas de las trabas existentes, para dar solución a los planteamientos de Fedecámaras en beneficio de la reactivación de la economía del país.

Cuando vemos que el costo de la cesta básica está en el orden de los 50 mil bolívares, y los sueldos, salarios y pensiones están muy por debajo de ese costo, con reducción dramática del poder adquisitivo del venezolano; el concepto MORIR MATANDO cobra mayor fuerza. Cuando vemos a gente invadiendo los espacios comunes destinados a estacionamientos, aceras, pasillos, áreas de esparcimiento, sótanos, etc., para hacer las inmensas colas  en todo el país, para obtener alimentos; el concepto MORIR MATANDO cobra mayor fuerza. Cuando vemos el espectáculo de millones de personas de la tercera edad, jóvenes, y mujeres cargando a sus bebes (llorando y quizás con hambre) en colas en supermercados, distribuidoras, farmacias, tiendas etc., para poder comprar la comida y demás artículos de primera necesidad; el concepto MORIR MATANDO cobra mayor fuerza. Cuando vemos que la inflación crece y va por la vía de los 3 dígitos bajos con tendencia a seguir creciendo exponencialmente; el concepto MORIR MATANDO cobra mayor fuerza. Cuando vemos la devaluación acelerada del bolívar, con el valor del dólar llegando a los 500 bolívares; el concepto MORIR MATANDO cobra mayor fuerza. Cuando vemos la merma de apoyo popular al régimen chavista la cual cada día es mayor e indetenible; el concepto MORIR MATANDO cobra mayor fuerza.

Con estas señales que indican, que el colapso económico y social podría presentarse en cualquier momento, la posición del régimen resulta absurda e inexplicable. Al insistir en no reconocer que su sistema de régimen colapsó y algo urgente debe hacerse al respecto, me pregunto: ¿Es que acaso el régimen pretende continuar aplicando el concepto MORIR MATANDO, para no dar su brazo a torcer? ¿Es que acaso, insistir en un proyecto político obsoleto y fracasado, tiene mayor importancia que la suerte de todo un país y la de su población? Concisamente, esta actitud del régimen, pudiera calificarse de: fanática, irresponsable y suicida.